Agrupación solicitó el retiro de la estatua del almirante José Toribio Merino del Museo Marítimo Nacional y el cambio de nombre de la Escuela de Suboficiales de Carabineros, que honra la memoria del suboficial mayor Fabriciano González Urzúa, quien participó en la fatídica jornada que terminó con el gobierno de la Unidad Popular. Integrantes de […]
Agrupación solicitó el retiro de la estatua del almirante José Toribio Merino del Museo Marítimo Nacional y el cambio de nombre de la Escuela de Suboficiales de Carabineros, que honra la memoria del suboficial mayor Fabriciano González Urzúa, quien participó en la fatídica jornada que terminó con el gobierno de la Unidad Popular.
Integrantes de la agrupación «Ciudadanos por la Memoria» solicitó a los ministerios de Defensa e Interior el retiro de la estatua del almirante José Toribio Merino del Museo Marítimo Nacional (ubicado en Valparaíso) y el cambio de nombre de la Escuela de Suboficiales de Carabineros, que rinde homenaje al suboficial mayor Fabriciano González Urzúa. ¿La razón? El primero integró la Junta Militar que administró el país durante la dictadura y el segundo participó en el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
«Hace años que la agrupación Ciudadanos por la Memoria viene dando una lucha por terminar con los signos de glorificación de la dictadura, de los íconos de violadores de derechos humanos y terrorismo de Estado», afirmó el historiador Sergio Grez, quien señaló además que la organización fue una de las impulsoras al cambio de nombre de la avenida 11 de Septiembre por Nueva Providencia.
Grez relató que en 2014 ya habían intentado promover el retiro de la estatua, pero no fueron escuchados por el gobierno de Michelle Bachelet. Sobre la ex mandataria, el historiador sostuvo que «tiene una responsabilidad muy grande en la instalación de esta estatua en el Museo Marítimo y Naval, porque esto ocurrió cuando ella era ministra de Defensa del entonces presidente Lagos».
El académico considera que los homenajes a quienes participaron del golpe de Estado que terminó con el gobierno de la Unidad Popular constituye una «ofensa a la conciencia democrática de la ciudadania nacional».
«El almirante Merino fue uno de los máximos impulsores del golpe de Estado, fue un amotinado en contra del almirante (Raúl) Montero, que era el comandante en jefe de la Armada hasta el 11 de septiembre de 1973, y fue complice activo en la violación masiva de DDHH de detenidos y detenidas que pasaron por manos de la Armada y de los servicios de seguridad de esa institución», expuso Sergio Grez.
Respecto del suboficial mayor Fabriciano González Urzúa, el historiador explicó que «este personaje fue un carabinero que participó en el golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973 y que murió atacando la industria Indumet, en el cordón Vicuña Mackenna, puesto que ahí hubo una breve resistencia de trabajadores y de personas que se concentraron para tratar de defender al gobierno democrático de la época, del presidente Salvador Allende».
El historiador comentó que el retiro de hitos que honran a los miembros de la dictadura «no tiene que ver con el pasado, tiene que ver también con el presente y con el futuro, porque no es posible que se esté continuamente enviando una señal a las actuales y futuras generaciones de ciudadanos y de miembros de las fuerzas armadas y de seguridad del país de que violar los DDHH en Chile no tiene un costo muy alto o incluso, en algunos casos, esto redunde positivamente en el sentido de que la memoria de estos personajes va a seguir siendo honrada».
«Honrar el nombre de estas personas -agrega Grez- sería el equivalente en Alemania a que hubiesen monumentos, avenidas, calles o plazas con los nombres de Hitler o de otros jerarcas del nazismo».