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Clamor internacional por el respeto a la vida y el rescate de la verdad

Fuentes: Rebelión

1. Ante las declaraciones del Presidente Uribe la primera semana de febrero llamando «terroristas de civil» e «instigadores de la violencia» a un grupo de los más altos dirigentes del POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO de Colombia, incluido su Secretario General, y acusando a su Presidente y excandidato presidencial Carlos Gaviria de ser simpatizante de las guerrillas, […]


1. Ante
las declaraciones del Presidente Uribe la primera semana de febrero llamando «terroristas de civil» e «instigadores de la violencia» a un grupo de los más altos dirigentes del POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO de Colombia, incluido su Secretario General, y acusando a su Presidente y excandidato presidencial Carlos Gaviria de ser simpatizante de las guerrillas, declaraciones que constituyen una seria amenaza contra la vida e integridad de los mencionados y una situación de alto riesgo para sus afiliados y militantes. De hecho, en las 72 horas siguientes a las declaraciones del Presidente, dos miembros del Polo fueron muertos a tiros en circunstancias aún no aclaradas.

El Senador Gustavo Petro del Polo Democrático Alternativo anuncio hace un par de semanas un debate en el Congreso de la República sobre el auge y la expansión del paramilitarismo en el departamento de Antioquia entre 1995 y 1997, época en la que el actual Presidente de la República Álvaro Uribe Vélez fue gobernador de esta región.

Para el Polo, un proceso de paz serio con los grupos paramilitares, supone la superación total de este fenómeno, el cual por la vía del terror, la masacre y la expropiación de tierras, logró consolidar su poder económico, político y militar en regiones y ciudades importantes del país. Convencidos de que la verdad es el camino ineludible para la superación del paramilitarismo y consecuentes con la necesidad de recuperar la institucionalidad del Estado colombiano, permeada por los grupos mafiosos paramilitares, la bancada del POLO ha desarrollado importantes debates políticos en el seno del Congreso de la República, como contribución a la construcción de la verdad histórica y a la reivindicación de derechos a la verdad, justicia y reparación de las victimas.

2. Ante la decisión en el Congreso Nacional de Colombia la primera semana del pasado diciembre, conforme a lo trazado por el gobierno estadounidense, de cobrar 3.600 millones dólares a colombianos para sostener un conflicto que se ha prolongado y se ha profundizado con el descomunal presupuesto bélico estadounidense dirigido a Colombia (más de cinco mil millones de dólares en los últimos seis años, casí dos millones de dólares diarios dirigidos a promover el odio y el enfrentamiento entre colombianos).

Confrontación prolongada con un falso patriotismo por el Presidente Uribe Velez y por una clase politica que en significativos sectores -como ahora se revela- ha sido corrompida por el narcotráfico y las megacorporaciones, y a la que no le ha importado el sacrificio de centenares de miles de seres humanos que han perdido sus vidas, sus seres queridos, han sido mutilados o han perdido su libertad.

3. Ante el anuncio oficial del engrosar con 40.000 jovenes más la fuerza pública sumándolos a los 500.000 seres humanos hoy atrapados de manera directa en la dinamica monstruosa de recibir o infringir los horrores de la guerra.

4. Ante la continuación de las fumigaciones con Glifosfato, ordenadas por el gobierno de los EEUU que hoy no solo destrozan y destierran a los pueblos indígenas, afros y campesinos colombianos, atentando contra la naturaleza y sus delicados equilibrios, sino que agreden al pueblo y la tierra hermana del Ecuador.

5.Ante la comunicación del gobierno estadounidense, anunciada este 31 de enero, de no «apoyar» (permitir) el intercambio humanitario y pretender en cambio resolver con operaciones militares la situación de las personas secuestradas o retenidas por las guerrillas, y la decisión de este mismo gobierno, presentada a consideración del Congreso estadounidense en febrero, de continuar destinando miles de millones de dolares dirigidos a armamento, proyectiles y entrenamiento militar para que los colombianos continúen odiándose, reprimiendose y destrozandose entre sí.

6. Ante el infame montaje judicial y las gravísimas amenazas contra la vida de Freddy Muñoz, corresponsal de Telesur en Colombia. Torpe orquestación, que como el mismo Freddy señala , parte de la ofensiva de la administración estadounidense en la región para evitar que Telesur realice su trabajo de ofrecer información verdadera sobre lo que acontece en Colombia.

7. Ante el cumplimiento, el próximo 21 de febrero, de dos años de la más absoluta impunidad y total falta de verdad sobre la inconcebible masacre que en la Comunidad de Paz de San José de Apartadó torturó y arranco la vida de lider campesino Luis Eduardo Guerra, de tres niños de la Comunidad: Deiner (11 años), Natalia (6 años), Santiago (2 años), y de Bellanyra (17 años), y Alejandro Perez, Sandra Milena y Alfonso Bolivar, campesinos integrantes de la Comunidad.

Expresamos nuestro más profundo rechazo a este curso de horror.

(Todos estos enormes recursos dirigidos al odio, la muerte y la mentira, tendrían que destinarse ahora mismo a la vida, la verdad y la curación de tantos estragos. En lugar de promover la ignorancia y el enfrentamiento entre hijos de un mismo pueblo, tendrían que dirigirse ya a sanar las heridas y los destrozos en el tejido social, destinarse a los cultivos para que no falte el alimento que ahora falta a millones de colombianos; a curar los odios, las vidas arruinadas y los sentimientos de venganza engendrados; a la salud, la educación y la artes, que en este momento faltan a millones de colombianos, para formar seres que dignos que brinden los frutos de su labor desde su capacidad creadora, y no sean forzados a convertirse en maquinas criminales que solo arrojan sufrimiento y horror, dilapidando sus vidas que apenas florecen.)

E Invitamos a suscribir y compartir esta comunicación suscrita por más de 200 artistas e intelectuales y obreros del pensamiento del mundo que levantan su voz para:

1. Exigir el respeto del valor sagrado de la vida, el cese de todo forma de violencia -venga de donde venga- contra las comunidades y el fin de toda intervención exterior que prolongue el conflicto.

2. Apoyar el Acuerdo Humanitario que permita en el tiempo más breve posible el intercambio de rehenes retenidos o secuestrados en manos de la guerrilla por los guerrilleros presos en las cárceles colombianas y estadounidenses.

3. Presionar para que ese Acuerdo sea el paso inicial para la solución de un conflicto armado de naturaleza política y de raíces socioeconómicas.

4. Promover un debate amplio e informado a nivel internacional sobre el capital financiero y el narcotráfico a fin de cesar los estragos que produce en los pueblos donde está ubicado el gran consumo, y los pueblos en donde se han estimulado los cultivos y el procesamiento.

Exigimos el cese inmediato de las fumigaciones que destruyen la naturaleza y los pueblos, para beneficiar a las corporaciones agro tóxicas.

5. Apoyar al tejido de organizaciones de la sociedad civil para rescatar la verdad y comenzar la larga tarea de curación de las heridas y los odios engendrados con la promoción y el estimulo del conflicto entre colombianos.

Los diez primeros firmantes de este manifiesto han sido:

1. Manu Chao, Cantante, Francia.

2. Belén Gopegui (Escritora, España)

3. Santiago Alba Rico (Escritor, España)

4. Susan George (EEUU, ATTAC)

5. Ana Esther Ceceña. Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM (www.geopolitica.ws)

6. István Mészáros. Profesor y escritor, Inglaterra

7. Gilberto López y Rivas (Escritor, México)

8. Carlos Tena (Escritor, España)

9. Natalia Zuluaga (Realizadora de cine documental, Colombia-Francia)

10. Maribel Wolf (Escritora, Francia)

– PARA ADHERIRSE A ESTE MANIFIESTO escribir a [email protected] y dar el nombre, el país, la organización, la profesión y el correo electrónico.