El nuevo Código de Policía entró en vigencia y remplazó al antiguo que fue sancionado en 1971. A pesar de haber sido aprobado a mediados del año pasado, su socialización ha sido casi nula. La mayoría de la población colombiana lo desconoce. Así quedó en evidencia en su primer día de vigencia. Una perspectiva positivista […]
El nuevo Código de Policía entró en vigencia y remplazó al antiguo que fue sancionado en 1971. A pesar de haber sido aprobado a mediados del año pasado, su socialización ha sido casi nula. La mayoría de la población colombiana lo desconoce. Así quedó en evidencia en su primer día de vigencia.
Una perspectiva positivista sobre las normas es la que demuestra este Código, donde se debe cumplir tal cual está escrito, sin tener en cuenta la causa. Por tal razón se ataca la acción, pero no se mira el contexto ni el porqué ocurrió. Críticos del código como la representante Ángela María Robledo han manifestado que estas normas ponen «énfasis en punibilidad, esto cierra oportunidad de cultura ciudadana. Represión antes que educación». El abogado Ramiro Bejarano también se expresó diciendo que el «Código Policía da miedo. Tanto poder a una policía que no supera sus graves problemas de corrupción es peligroso».
Por su parte el representante Alirio Uribe ha manifestado que el nuevo Código de Policía trata como a delincuentes a los vendedores ambulantes, a quienes les pueden decomisar y destruir la mercancía. Lo que iría en contra del derecho al trabajo caso que la corte constitucional ya ha abordado.
El articulado también contempla otras normas que han sido criticadas, en cuanto son pérdidas de derechos fundamentales, como por el ejemplo el allanamiento sin orden escrita, el derecho a la protesta, la ocupación indebida del espacio público y el trato a los habitantes de calle. Por estas razones desde el año pasado cursan varias demandas contra esta normatividad.
En sondeos realizados por diversos medios de comunicación sobre el Código de Policía, éste no es aprobado por la mayoría de personas consultadas. Así las cosas, la percepción es que aplica multas y no arregla los problemas de fondo, además no hay pie de fuerza en la Policía que pueda controlar la normatividad de 254 artículos.
Los primeros seis meses de vigencia el Código tendrán multas de carácter pedagógico; el primer día de vigencia se impusieron 800 comparendos a nivel nacional, 537 de estos fueron impuestos por tratar de colarse en buses de servicio público. La mayoría de las sanciones fueron en la capital del país. Al respecto, en Bogotá, algunas personas argumentaban que no les alcanza el salario mínimo o los ingresos para poder acceder a Transmilenio que tiene un costo elevado para sus necesidades.
Entonces el nuevo código de policía sanciona y se vale de su normatividad para callar al que piense diferente, lo que no soluciona los problemas de fondo que son la educación, el buen vivir y la convivencia. Parece que este Código de Policía fue planteado para seguir en guerra y no para convivir todos.
Fuente original: http://prensarural.org/spip/spip.php?article20925