La decisión del presidente venezolano Nicolás Maduro de aceptar que su país sea garante de las negociaciones y acuerdos de paz entre la administración del presidente Gustavo Petro y el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN), junto con la reanudación de las interrumpidas relaciones diplomáticas y comerciales, trajo consigo esperanza no solo de paz sino de pasos hacia una interrumpida integración.
La reactivación del diálogo de paz entre el Gobierno de Colombia y el ELN, suspendido en 2019 por el gobierno del ultraderechista Iván Duquem se concretará en los próximos días, según fuentes del gobierno colombiano. En este sentido, se prevé que el proceso cuente con la participación de representantes de Chile, Cuba, España y Venezuela en calidad de garantes.
“Una vez más, como lo hizo el Comandante Chávez, para garantizar los acuerdos que luego se firmaron y que me tocó participar como garante, le decimos que Venezuela acepta el carácter de garante de las negociaciones y acuerdos de paz de Colombia con el ELN y pondremos nuestra mejor voluntad en nombre de Dios padre, todopoderoso, para la paz total en Colombia”, dijo el mandatario venezolano tras recibir una carta de Petro.
“Claro que sí y en eso llevo la voz de todo el pueblo de Venezuela y los seis millones 200 mil colombianos que viven aquí en el país, Venezuela apuesta por la paz, por la seguridad y estabilidad de Colombia y la paz de Colombia, es la de nuestra nación, de Suramérica y de todo el continente”, agregó.
En este proceso de normalización de las relaciones entre los dos países, que comparten dos mil 200 kilómetros de frontera, el embajador colombiano en Caracas Armando Benedetti confirmó que en dicho encuentro virtual se estableció que el primer vuelo entre ambos países saldrá el próximo 26 de septiembre, mismo día cuando se reabrirá la frontera. Petro ya había manifestado cuando anunció la reapertura que una de las primeras instrucciones era reanudar conexión aérea y el transporte de carga.
El 7 de agosto, el presidente Petro hizo un llamado a «todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado» para que «la paz sea posible».
El canciller colombiano Álvaro Leyva dio a conocer el mes pasado que Bogotá reiniciaría los diálogos con el ELN, en el marco de la promesa de “paz total” que hiciera el nuevo presidente en su campaña electoral, viajó junto a una comitiva integrada por el comisionado para la paz, Danilo Rueda, el senador oficialista Iván Cepeda y el jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, a Cuba, donde se reunieron con miembros del ELN y con delegados del gobierno cubano.
La guerrilla el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que nació en 1964, participó de un proceso de paz separado del de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que culminó en el desarme y disolución de las mismas y un acuerdo de paz que los sucesivos gobiernos de Santos y Duque incumplieron.
Las conversaciones de paz pasaron de Ecuador a Cuba, con diferentes garantes y presidentes colombianos, pero la guerrilla siempren manifestó su voluntad de retomar los diálogos de paz. Las conversaciones de paz fueron iniciadas en 2017, durante el gobierno de Juan Manuel Santos. Desde el rompimiento de la mesa de diálogo en 2018, algunos integrantes de la dirección del ELN permanecían en Cuba.
El 4 de julio, el actual comandante del ELN, Eliécer Herlinto Chamorro, alias “Antonio García”, señaló que la organización estaba dispuesta a “reanudar las conversaciones de paz con el nuevo gobierno para que sus resultados traigan la paz con justicia social para toda Colombia”.
El 29 de julio, tras concluir una reunión con los embajadores de varios países de América Latina, el entonces presidente electo anunció que le trasladó su intención al embajador de Cuba en Colombia, Javier Caamaño, su intención de que la isla siga siendo anfitriona de los diálogos de paz con el ELN, en caso de que el proceso se reactive.
El 17 de enero de 2019, un atentado adjudicado al ELN en la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander, en Bogotá, que dejó 22 muertos y 68 heridos, llevó al gobierno a congelar los diálogos que ya estaban suspendidos y a pedir posteriormente a Cuba la extradición de los negociadores de paz del ELN que estaban en la isla. Más tarde, el 5 de julio, el Gobierno de Iván Duque rechazó una oferta del ELN de reiniciar diálogos de paz.
* Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)