Tras conocer que la persona que acompañaba a Raúl Reyes en una fotografía difundida en la reunión de la OEA afirmando que era el ministro ecuatoriano Gustavo Larrea, era en realidad un líder social argentino, ahora se descubre una nueva mentira del gobierno colombiano. Esta se une a las informaciones de testigos del ataque al […]
Tras conocer que la persona que acompañaba a Raúl Reyes en una fotografía difundida en la reunión de la OEA afirmando que era el ministro ecuatoriano Gustavo Larrea, era en realidad un líder social argentino, ahora se descubre una nueva mentira del gobierno colombiano. Esta se une a las informaciones de testigos del ataque al campamento guerrillero de las FARC en Ecuador, quienes afirman que las tropas colombianos remataron con tiros de gracia a los heridos.
La Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos (Aldhu) aseguró este viernes que el cadáver que las fuerzas colombianas sustrajeron tras el bombardeo del pasado 1 de marzo en territorio ecuatoriano, y que fue presentado como del guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Julián Conrado, pertenece en realidad al ciudadano ecuatoriano Franklin Guillermo Aisalia Molina.
La ONG atribuyó la confirmación de la identidad de Aisalia Molina a fuentes de la Interpol
En un boletín de prensa fechado este viernes en Quito, la organización asegura que las Fuerzas Militares colombianas y el Gobierno de Álvaro Uribe falsearon la identidad del segundo cadáver que exhibieron junto al del número dos de las FARC, Raúl Reyes, tras el ataque en el que murieron al menos 24 personas.
«En efecto, el cadáver exhibido por las autoridades colombianas como perteneciente a Julian Conrado, es en realidad el de un civil ecuatoriano que responde a la identidad de Franklin Guillermo Aisalia Molina», informó el secretario general de la Aldhu, el chileno Juan de Dios Parra.
Además, el secretario general de esta ONG acusó al Gobierno colombiano de robar el cadáver del ciudadano ecuatoriano, para falsear su identidad y presentarlo como un guerrillero, con la finalidad de justificar la violación del territorio de Ecuador, que desató una crisis regional.
«El asesinato de Aisalia Molina, el robo de su cadáver, su exhibición publica y la deliberada confusión de su identidad, son nuevos elementos que agravan los delitos atroces cometidos por las autoridades colombianas en el marco de la masacre del primero de marzo», destacó.
La víspera, el gobierno de Ecuador anunció que realizaría una investigación para determinar la verdadera identidad del cuerpo que autoridades colombianas presentaron como como Julián Conrado, ideólogo de las FARC.
El jueves, en declaraciones a TeleSUR, Juan de Dios Parra explicó que «de ser cierta la versión que el cadáver exhibido por las autoridades colombianas como perteneciente a Julián Conrado, se trataba de un ciudadano civil ecuatoriano, estamos frente a varios delitos: uno es un asesinato en una acción ilegítima de guerra, y dos el robo del cadáver por parte de quienes perpetraron ese crimen».
Por su parte, también en exclusiva para TeleSUR, el embajador ecuatoriano en Bogotá, Francisco Suescum, acusó a las autoridades militares de Colombia de secuestrar ciudadanos de su país, matarlos y «disfrazarlos» o hacerlos aparecer como guerrilleros de las FARC.
«Ciudadanos ecuatorianos han sido secuestrados y asesinados por fuerzas militares o paramilitares del lado de Colombia y después devueltos o disfrazados como si fueran guerrilleros haciendo creer una realidad totalmente contraria», lamentó.
Los padres de Aisala Moreno, un cerrajero de 38 años de edad de había desaparecido el pasado 21 de febrero, antes del ataque colombiano, reconocieron el cadáver de su hijo junto al del comandante de las FARC Raúl Reyes en fotografías difundidas por diferentes medios de comunicación.
Además de Franklin Aisalia, en el bombardeo colombiano en territorio ecuatoriano fueron asesinados cuatro estudiantes mexicanos, y tres personas resultaron heridas, una de ellas también estudiante de nacionalidad mexicana, y las otras dos civiles colombianas.