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Colombia «no futuro»

Fuentes: Rebelión

En 1990, hace 31 años nada más, se presentó una película en el festival internacional de Cannes, titulada “Rodrigo D No futuro”, donde se mostraba la desesperanza-aprendida y su triste final de unos jóvenes sacados de la misma calle uno de ellos el protagonista llamado Rodrigo, habitantes de la famosa ciudad colombiana de Medellín o “Medallo”, famosa en el Mundo desde esos años por la violencia narco- paramilitar y militar oficial generalizada incluso en todo el Valle de Aburrá.

 Cuya expresión máxima fue la masacre de la Comuna 13 los días 12 y 13 de octubre del 2002, u “operación Orión” comandada por el genocida pero muy condecorado general Montoya su ejecutor, y ordenada por el presidente Uribe Vélez junto con la “veterana” ministra de guerra Marta Lucía Ramírez, hoy vicepresidenta del Pelele cebado Duque y aspirante a reemplazarlo en la subpresidencia de Colombia en las elecciones (si se realizan) del año próximo.

Operación Orión genocida de terror Estatal contra la población civil, cuyos macabros resultados conocidos hasta hoy, la mayoría en la impunidad, además de los 70 muertos es de 200 heridos, 300 arrestos ilegales aleatorios ocurridos durante esas pavorosas noches y madrugadas, doce 12 de ellos torturados con métodos nazis para arrancarles delaciones y  471 desaparecidos enterrados en “La Escombrera”, basurero municipal convertido en una verdadera fosa común en donde reposan hasta hoy más de diez mil (10.000) restos cadavéricos, despojos y huesos carcomidos, para identificar.

Desde esos años ya todo el mundo sabía que el Terrorismo fascista de Estado y la contrainsurgencia imperialista dominaban a Colombia y Hegemonizaban su realidad y su pensamiento. Se sabía en el mundo también que los jóvenes colombianos no tenían futuro. No podían tener educación y menos trabajo. Pero lo verdaderamente alarmante es que hoy, pasada una generación (exactamente 31 años despues) todavía la opinión pública mundial, la misma que en 1945 volteo la cara para no molestarse con el hedor del humo fétido que salía de los hornos crematorios del campo de concentración nazi de Buchenwald a un lado de la bella ciudad de Weimar; con motivo del estallido social que se está dando en Colombia en esta semanas de comienzos de mayo 2021, como si se trata de una novedad vuelve a hablar del NO Futuro que espera a los jóvenes colombianos rebelados que expresan su hartazgo, su ira y como decimos en colombiano su verraquera, en las calles y carreteras de Colombia, demostrando que el único futuro posible está ahí, en las calles y carreteras, no en las oficinas oficiales asépticas desde donde los “vándalos de cuello blanco” con su corrupción desjetada, tomando café tinto a sorbos pequeños, roban y saquean impunemente los dineros del pueblo.

El chancho cebado que funge de subpresidente colombiano conmovido allá en su seno, les ofrece  como dádiva a esos jóvenes rebelados para que se calmen y abandonen su ideales, que les va a rebajar la matrícula en las Universidades Estatales, mientras  gruñendo y con el ceño fruncido por su autoestima herida por los carteles y caricaturas porcinas que lo desnudan, da órdenes (como hace 31 años lo ordenó su jefe AUV) de arreciar el terror fascista del Estado, de militarizar ciudades y veredas; de endurecer la brutalidad policial y narco-paramilitar combinadas y sincronizadas contra esos mismos jóvenes alzados y los demás demostrantes. Su reducida mollera de niño rico con mucho futuro por ser hijo de un reconocido jefe de la contrainsurgencia Turbayista de fines del 70, que en 2018 lo llevó a la presidencia de Colombia en brazos de AUV, no le permite entender que el asunto es más hondito.

Que viene de lejos y tiene raíces más profundas que los investigadores e historiadores llaman “estructurales”. Que estamos en medio de un gran Proceso Histórico movido por la lucha de clases que abarca el continente latinoamericano y caribeño llamado SEGUNDA INDEPENDENCIA, el cual se entronca históricamente con el proceso de  la primera independencia iniciado por nuestros Padres fundadores en 1810 contra el “decadente” Imperio Español, ahora contra otro Imperio tal vez más Global y posiblemente más poderoso y cruel militarmente y voraz financieramente, pero al que también le ha llegado la hora histórica de su reemplazo y la pérdida de su Hegemonía, corroída no solo por la emergencia de potencias rivales (Rusia, China, Norcorea, Irán, etc) sino por la lucha decidida de todos los pueblos del mundo:

En Asia Central, en el Mundo Musulmán, en África descolonizada y, también en Nuestramérica, donde sucesivos alzamientos y estallidos sociales así lo demuestran a lo largo de todas estas décadas de lucha contra el neoliberalismo imperial: En el Caribe, en el Cono Sur, en Centroamérica, Brasil, y ahora último en Venezuela, Chile, Perú, Ecuador y al final aunque no será el último, en Colombia.      

 Es un Proceso Histórico complejo y contradictorio de avances y retrocesos pero irreversible un poco difícil de entender para quien no lo quiere o no lo puede entender por estar rodeado del envanecimiento y los elogios de los yupis de palacio, de los cortesanos intrigantes, pelechadores y “vándalos de la corrupción”, que por la mañana asesoran al subpresidente cebado en sus mal llamados “consejos presidenciales”, mientras engullen croissants con mermelada y beben café espumoso y le nublan al jefe con sus consejos la poca captación de la realidad exterior que le permite su meollo.

Por ejemplo, acogiendo la muy argumentada, novedosa y reciente teoría de la “conspiración internacional” que le trasmite desde Washington su embajador el gran intelectual y futurólogo colombiano descubridor del agua tibia doctor Phil Francisco Santos, fundador del bloque capital del narco paramilitarismo en Bogotá, que le manda decir a su jefe a través del ministro del interior que:  «Colombia vive una violencia organizada que busca desestabilizar al país» ( ver https://www.las2orillas.co/colombia-vive-una-violencia-organizada-que-busca-desestabilizar-al-pais/

O cuando tienen un poco más de elevación conceptual y pierden el tiempo jugando a la construcción de escenarios futuros que cambian con cada demostración o combate callejero, pero que de todas maneras la falsimedia adicta les publica como el análisis de la semana: Que si en Colombia se dará el escenario Chileno de una constituyente pactada, o el Ecuatoriano contra el cuadripléjico Lenin Moreno que concluyó derrotando electoralmente al “progresista” Pablo Aránguiz, o el Salvadoreño de una guerra civil convertida en los “Maras” , o el escenario de Myanmar con una dictadura militar abierta más sanguinaria y represiva de lo actual.

Cuando todo el mundo sabe que, el fascismo mientras más mata más muere porque esa es su contradicción interna. Y que podrá tener triunfos parciales deteniendo el Movimiento Social por el momento con perfidias y engaños como lo hicieron Pastrana en 2001 que pensó obtener una gran victoria para su clase oligárquica cipaya, destruyendo el proceso de paz del Caguán con el Plan Colombia impuesto por los EEUU, pero que agravó la situación general de toda la sociedad.

O, JM Santos en el 2016, quien aliado en la Habana con el liquidador Timochenko pensó obtener un gran triunfo político y social para la tradicional democracia electoral colombiana manejada por su clase financiera transnacional en disputa con AUV, adelantando un Proceso de Paz que desde su diseño estaba planeado incumplir o convertir en papel mojado, porque fundamentalmente su clase financiera no tenía con qué financiar semejante adefesio firmado, y por tal perfidia, el enconado conflicto que pretendió resolver se ha agravado y reciclado en uno peor.

Por un bien se obtuvo un mal. Ese es el movimiento contradictorio que da la interminable lucha de clases que forja la Historia de la humanidad y Colombia no es ni será excepción ahora que está inserta en la globalidad tecno-informática.  

Por el contrario, la más importante negociación social y política pendiente durante tantos años en Colombia, la que se debía realizar esencialmente con el Movimiento Social, en los cuatro años del proceso de la Habana se reemplazó con el desarme de las FARC y con unas charlas y eventos con algunos gastados figurones de la política, gerentes de la sociedad civil y la cúpula obrerista cooptada, todos ellos presentados como “representantes de las Sociedad Civil, y que no condujeron a ninguna negociación social. Lo que resultó del acuerdo Santos Timochenko 2016, fue simplemente la liquidación de las Farc-EP. Nada más

Hoy la verdadera negociación, la negociación politica con la sociedad que no se realizó en la Habana, se tiene que realizar por la potencia y la presencia en calles y carreteras colombianas de todo el pueblo sometido y su juventud sin futuro, exigiendo cambios estructurales para la sociedad en un ambiente de alzamiento social, represión fascista desbordada y terrorismo contrainsurgente de Estado que tampoco tendrá futuro.

Y por todo esto, al chanchito cebado en su pseudo palacete encortinado le está sucediendo lo que le pasó al Rey francés Luis XVI, quien a comienzos de la Revolución Francesa, viendo la muchedumbre que venía por él, asomado en el balcón de Palacio real preguntó a su ministro consejero y a los intrigantes que lo rodeaban: -” ¿Es esto una manifestación de respaldo al Rey? A lo cual el ministro le respondió: – “No, Sir, es una revolución”.

Así considerando el futuro que es ya, el estallido o alzamiento social en Colombia solo tiene dos posibilidades: Una, es derrotado y aplastado cruel y sanguinariamente con ayuda de la potencia estadounidense y el estupor mundial, durante otro lapso para volver a reaparecer porque sus causas profundas no se han resuelto.

O triunfa, imponiendo una negociación social y política favorable a las clases subordinadas explotadas cuya potencia por fin se ha visto en las calles y carreteras de Colombia, volviendo a traer la esperanza a millones de colombianos y quizás a millones de latinoamericanos que miran azorados lo que está sucediendo.

Fuente imagen Internet. En la foto: el presidente Uribe Vélez y los generales Padilla de León y Montoya.