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¿Colombia, otro genocidio?

Fuentes: Aporrea

El día miércoles 23 de septiembre desde la Habana Cuba, el mundo se sorprendió con el histórico acuerdo firmado entre las FARC y el gobierno nacional. El apretón de manos como símbolo de reconciliación, entre Rodrigo Londoño Echeverry más conocido como Timochenco jefe máximo de las FARC y Juan Manuel Santos Calderón en representación del […]

El día miércoles 23 de septiembre desde la Habana Cuba, el mundo se sorprendió con el histórico acuerdo firmado entre las FARC y el gobierno nacional. El apretón de manos como símbolo de reconciliación, entre Rodrigo Londoño Echeverry más conocido como Timochenco jefe máximo de las FARC y Juan Manuel Santos Calderón en representación del Estado colombiano, dieron preámbulo a un acuerdo de entendimiento de Unidad y Reconciliación, donde la fecha definitiva para pactar la Paz y terminar la guerra será el 23 de marzo del 2016.

Al haber llegado a un acuerdo sobre Justicia Transicional, primando la verdadera reparación de las víctimas con verdad, justicia, reparación y no repetición; dicho acuerdo hace que el camino hacia una Paz estable y duradera sea por fin una realidad en nuestro País.

Las voces altisonantes de quienes se oponen a que Colombia logre por fin la tan anhelada Paz, hace prender las alarmas ¿Qué tanto está preparada nuestra sociedad de desarmar los corazones de odio y resentimiento, presidido por la Elite criolla contra el pueblo por más de sesenta años, donde la verdad va a ser la chispa del detonante de si estamos preparados para conocer por fin la triste realidad de como se originó este conflicto político, social y armado?

El tribunal especial para la Paz en su esencia, obliga a que todos los actores del Conflicto digan y confiesen las violaciones que se han cometido en estos setenta años de barbarie en un conflicto degradado como el colombiano. Unos a nombre de defender el Estatus-Quo y otros por defenderse de ese mismo, hizo que Colombia entrara en una espiral de muerte, desolación, victimización, desapariciones, tortura; dejando viudas y huérfanos en una absurda guerra que si hacemos un análisis serio, fueron las elites Conservadoras y Liberales en un pacto maquiavélico donde se repartieron el poder económico y político, primando la mezquindad e intolerancia sobre el sufrido y desconsolado pueblo colombiano.

El conflicto armado de Colombia tiene unas causas y origen de carácter estructural, no sólo desde la época de la violencia entre liberales y conservadores ya que esto viene inclusive desde la conformación de la república en el siglo XIX.

Las guerras civiles a finales del siglo XIX han conducido a la Nación al ostracismo de una verdadera democracia, entendida esta como el ejerció del poder soberano (el pueblo). ¡Si! ese pueblo sumido en la tristeza y en la pobreza, no solo de recursos físicos si no también carente de una educación Emancipadora y Liberadora. Las resistencias de los Campesinos, indígenas, obreros y estudiantes, han hecho por más sesenta años una lucha por la dignidad que la élite gamonal y terrateniente de esta República Banana niegan que un pueblo se fortalezca por esa misma Dignidad.

En la óptica de un Estado meramente Burgués, hace que por lógica un pueblo subyugado se alce contra ese mismo Estado. Debemos mencionar que el Estado burgués Colombiano hizo transito del Feudalismo hacia el capitalismo, como parte del desarrollo dialéctico de la sociedad burguesa, en el cual las viejas relaciones productivas eran caducas de acuerdo al grado de desarrollo de las fuerzas productivas criollas. Gamonales y Terratenientes de Origen Conservador, hicieron que en Colombia predominara la concentración de la tierra en unas cuantas familias, a costa de miserabilizar a millones de campesinos, no solo quitándoles las tierras si no también, asesinándolos con métodos de barbarie y terror (descuartizamientos con machetes y motosierras).

Recordando a esa élite criolla «la verdadera fuente del dominio y la influencia social radicaba en el control absoluto ejercido por el terrateniente sobre los minifundistas dependientes que rodean la gran propiedad y se le subordinan. Este modelo de ordenación social, al desarrollarse con plenitud a lo largo del siglo XVIII, remplazando al viejo régimen encomendero, da origen a una actitud de rebeldía contra las reglamentaciones coloniales y contra la intervención de los funcionarios reales en el proceso de la vida económica.»16

Si nos remontamos en la época de Bolívar, (2) «que pretendió entonces, inspirado en la Grande Armé napoleónica, crear un Ejército Regular conformado por soldados profesionales que obtuvieran ascensos en virtud de sus logros militares y los servicios prestados a la patria. El carácter moderno de este ejército y su disciplina, que contrastaba con la pereza y falta de visión característica de la oligarquía, debía conformar una casta de oficiales capaz de orientar hacia un Socialismo de la época , no sólo a Colombia (entonces integrada por la Nueva Granada, Quito y Venezuela), sino a la América Española. Además, «…existía en América una peligrosa realidad social, susceptible de ser aprovechada por la Santa Alianza o por Inglaterra para establecer en América un nuevo tipo de coloniaje» (Fortich, J.)

Bajo estos pequeños antecedentes relatados en el texto de la comisión histórica: Los 300 mil muertos producto de la violencia, entre liberales y conservadores, podemos denotar el primer magnicidio de Colombia (1948-1953). Pregunta ¿Cuántos de los dirigentes políticos de estos dos partidos tradicionales fueron juzgados por un tribunal de Justicia? El segundo magnicidio 222, mil muertes violentas desde (1953- 2011) 6 millones de Víctimas. El exterminio de la Unión Patriótica pregunta: ¿Por qué ahora los estertores de la guerra, rechazan el tribunal especial para la Paz donde el objetivo principal es la Justicia restaurativa, entendida esta como la justicia para la Paz y la reconciliación, donde las victimas por primera vez de este conflicto van a tener verdad, justicia y reparación? Este es el Único proceso de Paz en el mundo donde las victimas van ser reparadas en su integralidad.

Pregunta: ¿Cuál es el miedo de que los Victimarios del Estado confiesen la verdad?

Como dijo un prestigioso senador de la República «El tribual para la Paz, no se puede convertir en un ring de Boxeo» De lo que si esta claro la Élite ultraconservadora colombiana es que no está dispuesta a compartir el mismo lecho de las instituciones de Estado, con los Partisanos que algún día se alzaron en armas, haciendo derecho legítimo a la Rebelión y que a buena hora toman la decisión de hacer política sin ellas.

En caso de que vuelva a ocurrir como lo sucedido con el Movimiento de la Unión Patriótica, estaríamos aportas de erigirnos como una nación totalmente inviable, prevaleciendo por otras cinco décadas una cultura de odio y resentimiento.

¡Ojala que no ocurra otro genocidio en Colombia!