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Colombia, un Estado caníbal

Fuentes: Rebelión

La satisfacción de las necesidades básicas de toda la población están en juego en la construcción del concepto de Estado, y deben estar enfocadas a garantizar una vida digna a todos quienes lo constituyen, que les permita construir una sociedad y luego una nación que construye una cultura y una identidad. Si no hay humanidad […]

La satisfacción de las necesidades básicas de toda la población están en juego en la construcción del concepto de Estado, y deben estar enfocadas a garantizar una vida digna a todos quienes lo constituyen, que les permita construir una sociedad y luego una nación que construye una cultura y una identidad.

Si no hay humanidad en la construcción de un estado, no es posible que los seres humanos construyan dignidad. Si debes pelear o matar por un plato de comida, si debes dar un voto a un corrupto para garantizar un empleo, no puedes construir dignidad ¿Puede existir Estado sin dignidad?

El principio de la construcción de un Estado debe ser el concepto de humanidad, entendida como la capacidad para sentir afecto, comprensión y solidaridad hacia los demás, y lograr satisfacer sus necesidades básicas y desarrollarse plenamente como individuos, sin ello no es posible construir un Estado exitoso y viable en términos de convivencia, que en suma es un eje esencial del Estado.

¿Estado empático o caníbal?

La humanidad ha evolucionado muy poco en términos de sensibilidad, que es la que garantiza la empatía de que el otro es un sujeto de derechos, se puede decir con absoluta certeza que la construcción de los Estados aún se sigue sustentando sobre la supervivencia, entendida privilegios para unos pocos; es decir, el mundo gira alrededor de la lucha por la supervivencia y la supremacía, lo que implica la eliminación del otro para alcanzarlas.

Un estado que se construye sobre una supervivencia piramidal está condenado a vivir en guerra y de ningún modo puede llamarse un Estado ‘Social de Derecho’; un estado que pretenda la paz como uno de sus fines primordiales debe garantizar una supervivencia horizontal y paralela a la dignidad humana.

¿Qué clase de Estado es el que vamos a construir? Es necesario definir si vamos hacia la construcción de un Estado empático que garantice la supervivencia de todos o uno caníbal donde tenemos que pelear la supervivencia; el aspecto crítico de esta decisión reside en el nivel de empatía y de salud mental de quienes lideren la construcción del Estado.

Estado una construcción mancomunada

En la historia de la humanidad nos encontramos por naturaleza con seres humanos con mayores capacidades de liderazgo que consiguen ponerse al frente de la construcción del Estado; El aspecto crítico está en cómo construir mancomunadamente el Estado, como articular realmente el conglomerado de la sociedad a través de la injerencia en el poder legislativo.

La construcción del estado debe tener como principios rector la la dignidad humana, que jamás debe confundirse con la caridad, que es vertical y humillante; un Estado que no garantice mínimamente la dignidad, no puede encaminarse a la cultura como su fin y como máxima expresión del desarrollo humano.

La humanidad ha pagado un precio muy alto por el liderazgo sin empatía social, dispuestos a constituir estados caníbales, estados primitivos, porque en la lucha por la supervivencia no tenemos tiempo para ser y porque la mayor parte de la humanidad invierte su vida en conseguir la satisfacción de sus necesidades básicas individuales y no colectivas.

En conclusión, la construcción de un estado empático requiere de humanidad, dignidad y cultura; se preguntarán entonces ¿Dónde queda la Libertad?, ¿por qué no incluir la tan mencionada libertad?, esta no solo es una construcción individual, pues si es algo que otro debe concedernos dejaría de serlo y perdería su esencia, esta se abrirá paso en cada poblador, con un estado que tenga como principios la humanidad y la dignidad humana.

Colombia es un estado caníbal, que tiene el reto de dejarle a la humanidad el legado de haber superado el canibalismo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.