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«Coltura-vita-pura sicura/no cultura: usura-fattura»

Fuentes: Rebelión

Sobre un servicio público, y mientras esperaba que se disolviera una cola de vehículos, embotellada, pensaba en las líneas que me ha enviado Cecilia Olivera, una amiga argentina, desde el ciber café de una ciudad española, Sevilla. En ese instante el autobús avanzó unos cuantos metros y se detuvo al frente de un grafito que, […]

Sobre un servicio público, y mientras esperaba que se disolviera una cola de vehículos, embotellada, pensaba en las líneas que me ha enviado Cecilia Olivera, una amiga argentina, desde el ciber café de una ciudad española, Sevilla. En ese instante el autobús avanzó unos cuantos metros y se detuvo al frente de un grafito que, en letras grandes y de color blanco, ensucia la pared de una estación de trenes donde se lee lo siguiente: ¡COLTURA VITA – PURA SICURA // NO CULTURA: USURA – FATTURA¡, y a mí, que soy una ávida lectora de escrituras urbanas, me llamó la atención sobre todo porque la encontré diferente a las frases que normalmente leo en las paredes de las calles genovesas donde las más predominantes son: ¡Nero bastardo!, ¡Martina ti amo¡, ¡Il Consumo ti consuma!, ¡Viva la Lega¡, ¡Porco cane!, ¡Porco bastardo!, ¡Prodi merda!, ¡Viva Zapata!, ¡Viva Chávez!, ¡Muoia Chávez!, ¡Carmela troia!, ¡Sei l’unica ragione della mia vita!, ¡A.C.A.B (All Coops Are bastard)!, ¡Pace!, ¡Ti amo patatina!, ¡Cazzo!, ¡Puttana!, ¡La fica che Dio la benedica¡, etc. El grafito que cito arriba como un enunciado me ha provocado varias elucubraciones porque pone énfasis en la palabra Cultura, aunque deje intuir que quien escribió la primera frase se equivocó, porque puso la O en lugar de la U; no obstante ha salido un mensaje delicioso porque la primera frase sugiere a quien lo lee que sería oportuno Cultivar una vida pura y segura mientras que la segunda frase anunciaría que la ausencia de Cultura es sinónimo de Usura y Maleficio. Por Usura se entiende ese préstamo que se hace con un interés abusivo y por fattura (maleficio) el daño que se causa a alguien con artes de hechicería. Para mí, entonces, el grafito transmite el siguiente mensaje: que la Cultura sea un instrumento de vida pura y segura y no que se transforme en un instrumento de usura y maleficio.

Proseguí elucubrando, embotellada, y en el autobús continuaba imaginámdome a mi a miga argentina y sus peripecias turísticas en Sevilla. Claro, el grafito sobre Cultura, usura y maleficio contribuyó, inclusive, a que pensara en pedir una campaña de envío de cartas desde toda Latinoamérica y al Ministerio de Cultura español donde se pida una Fe de erratas para la palabra «Indias» del Archivo de Indias. Obstinada, seguía pensando en la Cultura de Cecilia que es argentina, en la Cultura de quien ha escrito el grafito, un presunto magrebí (dado que la zona donde se encuentra está poblada por un alto porcentaje de emigrantes marroquíes), en mi Cultura de origen, la venezolana, que en el lejano Siglo XVI vivió un episodio bastante original porque un esclavo llamado Miguel de unas minas de Oro en Buria se liberó de sus cadenas, eliminó a todos los españoles que encontró a su pasó para, antes de que lo capturaran, proclamarse Rey de Venezuela. El episodio – no obstante su empresa fuera sofocada por la misma barbarie que la generó – contribuyó a que el negro Miguel forme parte de la Corte sagrada más importante del Sincretismo venezolano y aparezca representando a las tres potencias junto con el cacique Guaicaipuro y la reina María Leonza. También pienso en la Cultura de los hijos de los emigrantes ecuatorianos, chicos y niños que encuentro a diario en las escuelas y con quienes trabajo con el objetivo de ablandar el impacto que produce en ellos la Cultura italiana. Por este motivo se nos da el encargo de hablar con éstos en español, su propia lengua. Pero confieso que la tarea es particular, porque en algunos casos hace que ambos percibamos al castellano como una lengua madrastra. Cuando a los hijos de la Remesa se les refuerzan las defensas culturales para que se sientan propietarios de la Cultura del país de procedencoa, y no astillas desparramadas del Siglo XXI, éstos al observar las viejas construcciones de piedra de la isla de Cerdeña, los «nuraghe», o los partenones en Sicilia, o los vestigios de las tumbas etruscas en Toscana y las construcciones romanas, confeccionan muchas preguntas sobre la Cultura de los Incas y sus idiomas primordiales, entonces asoman preguntas sobre su pasado pre-colombino, aunque muchos de ellos en sus mismos países no han tenido el tiempo de recibir una formación sobre el pasado indígena. Por ejemplo, algunos, los más pequeños, no saben qué es un inca, así que me preguntan: «¿un inca es un hincado?», pero luego, cuando les explico qué es un Inca, me responden: «Ah, las guambritas». En cambio los más grandes, quienes comprenden un poquito más de Cultura, confeccionan preguntas del siguiente tipo: ¿por qué nosotros no hablamos en Quichua?, ¿por qué el Quichua no tiene la importancia del Latín? Alguno que otro sostiene que la Cultura Italiana es más avanzada que la Cultura ecuatoriana. Quizás la pregunta más curiosa que he oído ha sido la de Samantha, que al conocer los pormemores sobre la empresa colombina no se resignó y con desapunto me preguntó: «¿por qué nos encontró Cristóbal Colón?», entonces hice un breve salto temporal, corrí al pasado y le evoqué los tiempos del Imperio español, del control naval del Mar Mediterraneo, de la necesidad de comprar mercancías y especias en Oriente, del matrimonio entre Isabel La Católica y Fernando de Aragón, le hablé del 1492, de la Reconquista y Cristóbal Colón, para leer en sus ojos, después de cinco siglos, que la empresa del navegante genovés de buscar una via alternativa para comprar especies no le ha producido tanta gracia sino más bien un poco de desencanto.

Es doloroso defender una Cultura reconociendo que se ha cancelado otra, percibir que se ha hecho una tabula rasa de lenguas y pueblos autóctonos. Entonces vuelvo a la realidad, al autobús que no avanza, al grafito y a las líneas del e-mail que me ha escrito Cecilia desde Sevilla y de nuevo me asilan el pensamiento. Las transcribo a continuación, sus palabras empiezan como un rito de Santería porque dicen:

«Escribo … en memoria a Chávez… y a todos lo que alguna vez lucharon en defensa de nuestra tierra…. y por los que vienen.»

Prosigue Cecilia, y como los primeros Cronistas de Indias, me describe su visita:

«!Sevilla!

!Sevilla es latinoamericana¡ Pero, ojo, no hablo de su semejanza cultural, ni linguística, ni artística, hablo de verdad. !Sevilla es latinoamericana!, porque se ha hecho con toda las riquezas nuestras. Sus construcciones elegantes, el Archivo de Indias, sus mega palacios, su imponente Catedral que oculta debajo una mezquita que hace rato que no lo es. Sus pintorescos puentes, su antigua plaza de toros, todo muy bello en !Sevilla!, pero sus cimientos ocultan matanzas, esclavitud, destrucción cultural y religiosa, imposición y autoritarismo. Cimientos fundados en la exterminación y erradicación de gran parte de la historia cultural latinoamericana.

Sevilla es increible!!! grandes construcciones, un importante rio que la atraviesa (el Guadalquivir), palmeras y vegetación abundante, muy pero muy bella… lástima que detrás de esa fachada está el sufrimiento de nuestra gente. Uno no llega a disfrutarla plenamente.

Pero, Cecilia, por qué no te callas?─se recrimina─.

Tristeza infinita…despábilate Ceci.

Recorriendo el patético «Archivo de Indias» me doy cuenta, o recuerdo lo triste de nuestra historia escrita. El Archivo de Indias fue creado por un duque que se encargó de copiar infinitos documentos que relatan la Conquista. Mientras uno lo recorre, puede ver una exposición temporal que intenta reconstruir la historia de la Independencia de México.Empecé viendo una serie de copias de documentos escritos, cartas, mapas, etc. Eso no me generó tanta angustia como lo que vino después. La exposición mostraba, junto con la patética guía, una historia recopilada por ellos, o sea la historia de siempre. Primero «mostraban» cómo los bárbaros mexicanos, luego de la Independencia de España, fusilaron a duques y emperadores franceses o españoles, porque aportaban ideas demasiadas liberales para las mentes retrasadas de los mexicanos.

Mentira…!!! porque después de siglos de saqueos, y hartos de los avasallamientos españoles, los mexicanos lograron una Independencia que quería ser arrebata una vez más. Luego mostraban lo buena que fue la Conquista, ya que había aportado el «caballo»…. Por favor¡¡¡ como si fuera impresindible, bien se desarrollaron los aborígenes sin caballo… Para rematar, exponen como «interesante» una colección de estribos de caballo, en hierro, cuya forma lleva la cabeza de un esclavo negro del Brasil. Finalmente llegué a la porcelana. Hay que bueno¡¡¡ los españoles nos trajeron «la puta y elitista» porcelana. Claro, los bárbaros americanos no tenían sus técnicas desarrolladas en cerámica. Que suerte que nos conquistaron¡¡¡

Al concluir mi visita al Archivo de Indias, que he considerado como una farsa, vino mi intervención, con dolor, casi llorando, pero con fuerza, al estilo Ceci, le pregunté a la guía si en este semejante edificio, donde se almacenaban tantos documentos sobre las Indias, también existía el registro sobre el exterminio de varias culturas americanas. Luego me fui. Sólo vi la mitad de esa conservadora historia contada por los de siempre, apoyada por el gobierno español porque el Archivo de Indias depende del Ministerio de Cultura español.

Para colmo, cuando me fui a comprar las estampillas para enviar las postales sobre mi visita a Sevilla, ¿qué figura había en el timbre? La del respetuoso Rey Don Juan Carlos. Entonces le dije al comerciante que no era muy bueno enviar esa estampilla a Argentina, que las cartas eran rechazadas (lo dije en tono irónico). Claro, el comerciante español, orgulloso de su Rey, se sintió tocado, y me dijo que el problema no era con Argentina, y yo le dije que sí».

Me imaginaba a Cecilia, que es pequeña de estatura, discutiendo con el vendedor de estampillas sevillano. Entonces volví al grafito: «COLTURA VITA – PURA SICURA// NO CULTURA: USURA – FATTURA», pensé en el maleficio y la usura que causó la Cultura española en todos los pueblos y las lenguas autóctonas de Latinoamérica que como mínimo se merecen una Fe de Erratas en todos los lugares donde aparezca la palabra «Indias», Fe de Erratas donde se cite la carta que le escribió Cristóbal Colón a los Reyes Fernando e Isabel, pues fue aquel documento el que dio pie al famoso malentendido, fomentando la idea equivocada de que los hombres que habitaban las Antillas pertenecían al continente asiático. Entonces reto a todos los sensibles que luchamos por la defensa de la Culturas indígenas de los pueblos latinoamericanos- a quienes desde el 1500 se nos sometió a un proceso de tabula rasa de nuestras propias culturas y lenguas-; a todos les pido que escribamos una carta al Ministerio de la Cultura español donde pidamos una Fe de erratas para la palabra «Indias», donde se explique que geograficamente la masa continental de América dista de Asia y que el nombre de «Indias» fue una equivocación generada por Cristóbal Colón.

Y al final, después de haber escrito estas líneas, también mi pensamiento vuela hacia la Cultura del presunto magrebí que en una pared genovesa ha escrito un grafito para hablar de vida y cultura pura, de las usuras y de los maleficios que provoca la ausencia de ésta. ¿Habrá sido en un tiempo lejano un morisco de Sevilla?