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La niña que arrojó un jarro de agua a la ministra

Como educar a la ministra de Educación

Fuentes: Rebelión

María Música se llama. Tiene 14 años y ya es una veterana de la lucha social. Ha estado cuatro veces detenida y ha quedado registro de sus hematomas en brazos y piernas de los golpes brutales de los carabineros. No es la única. Miles de muchachas y muchachos de su edad sufrieron el mismo tratamiento. […]

María Música se llama. Tiene 14 años y ya es una veterana de la lucha social. Ha estado cuatro veces detenida y ha quedado registro de sus hematomas en brazos y piernas de los golpes brutales de los carabineros. No es la única. Miles de muchachas y muchachos de su edad sufrieron el mismo tratamiento. ¿Lo sabe la señora ministra? ¿Le importa la educación de esos niños y niñas a la señora ministra de Educación? ¿Alguna vez estuvo en la entrada de un cuartel de carabineros cuando dejan salir a sus niños y niñas prisioneros temblorosos, apaleados, algunos llorando de indignación?

María quiso dialogar con la ministra de Educación Mónica Jimenez. Quiso que le explicara porqué los carabineros los muelen a palos y patadas cada vez que salen a pedir mejor e igualitaria educación para todos los jóvenes chilenos. La ministra presidía un evento que las autoridades habían denominado «encuentro participativo». Pero no contestaba a las preguntas. La ministra ni se dignó responderle María. La muchacha se indignó y arrojó un jarro de agua a la cara de la ministra. ¿Típica adolescente rebelde? Tal vez. Pero: ¡Que bien le hace al futuro de Chile y del Mundo esa rebeldía!

La presidenta Bachelet dijo que lo de María fue un «acto antidemocrático». Nunca dijo lo mismo, que se sepa, cuando las 4 veces que aporrearon a María en cuarteles de carabineros.

En cambio, María Música no lesionó a la ministra. No le pegó con un palo, ni le arrojó agua urticante a presión, solo un poco de agua limpia. Intentó, quizá, despertarla, sacudirla, para que viera la necesidad tremenda de los jóvenes de familias trabajadoras de Chile, de educarse.

Si lo analizamos bien, podemos concluir que María le dio una lección de educación a la ministra de Educación. Le enseñó que los niños y niñas de Chile, de la clase trabajadora, a la que los gobiernos de la clase rica niegan educación, pertenecen a una generación extraordinaria, que están aprendiendo muy rápido. María tiene 14 años. Representa el futuro de Chile, como los miles de pinguinos adolescentes, como su tocaya María Jesús Sanhueza, la célebre «vocera» «pinguinos» del 2006, que salen a luchar contra los continuadores de la «educación» pinochetista, contra los carabineros pinochetistas, contra los que defienden una educación elitista solo para las clases altas.

En el 2006 fue la llamada «revolución de los pingüinos», un millón de adolescentes tomaron todas las escuelas de Chile, formaron asambleas democráticas, y durante meses protagonizaron una gesta extraordinaria que se ganó el apoyo popular. La llamada «revolución de los pingüinos» tumbó la ley de Pinochet. Pero el gobierno hizo otra con igual criterio privatista que intenta hacer aprobar. Que piden los estudiantes: fin a la LOCE (la ley de educación de Pinochet) y al proyecto de LGE (la que hizo Bachelet), fin al sistema municipalizados de administración de recursos, fin al lucro, Tarjeta Nacional Estudiantil los 365 días del año y gratuita, entre otros temas. A su vez, se trabaja en temas como aumento del Aporte Fiscal Directo a las Universidades, Triestamentalidad en los gobiernos universitarios, entre otras importantes demandas» (www.aceus.cl).

María, muchachas y muchachos de Chile: sigan así, ¡felicitaciones!, están dando un ejemplo a todo el pueblo de Chile y al Mundo.

Miguel Lamas ([email protected]www.uit-ci.org )