El mundo de la cultura parece situarse siempre en una especie de lugar de excepción ajeno a las luchas laborales. Pero, algo nos hace pensar que no debería de ser así. Le preguntamos brevemente a David García Aristegui, del programa de Radio Círculo, Comunes, y que lleva ya mucho tiempo pensando y discutiendo sobre el […]
El mundo de la cultura parece situarse siempre en una especie de lugar de excepción ajeno a las luchas laborales. Pero, algo nos hace pensar que no debería de ser así. Le preguntamos brevemente a David García Aristegui, del programa de Radio Círculo, Comunes, y que lleva ya mucho tiempo pensando y discutiendo sobre el entorno del trabajo inmaterial.
¿Tiene algo que decir el mundo de la cultura en una huelga general?
No se si tiene algo que decir, pero debería. Exceptuando a algunas personas muy beneficiadas por los derechos de autor y la propiedad intelectual, la gente del mundo de la cultura no vive en guetos separados, es gente que está aquejada por los mismos problemas que los mortales. Al igual que uno puede apoyar una huelga de metro porque sus reivindicaciones son justas, la gente del ámbito de la cultura, aunque no tengan convenios colectivos ni las mismas normas contractuales que el común de los mortales, sí que tendrán hermanos, amigos, madres o hijos que sí sufran ese azote que supone dinamitar la serie de derechos laborales que conmucho trabajo hemos ganado… Se trata, al menos, de una cuestión elemental de solidaridad.
¿Tiene algún sentido hablar de huelga de la cultura y no sólo de una huelga laboral de la gente delmundo de la cultura?
Para hablar de eso voy un paso atrás. Creo que hay una caracterización muy interesante, que es la que plantean autores como Guillem Martínez que es la de la cultura de la transición: un monocultivo cultural que se nos ha impuesto desde finales de los ’70 en que la cultura ha de ser desproblematizada; es decir, que, por ejemplo, no se mezcle con los sindicatos, en derivas políticas.
Para plantear algo así como una «huelga de la cultura» lo primero que hay que hacer es resquebrajar el discurso arrollador de la Cultura de la Transición.
Es decir: «Tendréis subvenciones (o no)… tendréis un determinado circuito, pero esto de la dos Españas, el guerracivilismo… todo eso hay que superarlo». Ya digo que es un éxito global del capitalismo; y la cristalización de todo eso en España es la cultura de la transición; una cultura que tenía como uno de sus máximos exponentes la movida, un movimiento totalmente desmovilizador.
«Madrid era una fiesta», decían; pues no, Madrid o el resto del Estado español no era una ninguna fiesta, no hace falta más que tirar de hemerotecas… Para plantear algo así como una «huelga de la cultura» lo primero que hay que hacer es resquebrajar el discurso arrollador de la Cultura de la Transición.
Resumiendo, la cultura tiene cosas que decir, pero no de una manera explícita el 29M. Tendrán que echarse a la calle y cuando tengan reivindicaciones propias, si el resto vemos que se suman a otro tipo de reivindicaciones, cuando veamos que se suman a parar redadas racistas, etc., de manera natural el resto de la gente irá a echar una mano.
¿Se espera una crisis en el paradigma cultura de la transición?
Creo que hoy por hoy no, creo que el silencio es clamoroso. Soy una persona muy sindicalera, leo bastante y estoy perplejo. Estoy perplejo de no haber visto un solo cartel de CC OO y UGT por la calle, pero también lo estoy de que no se haya dicho nada desde el mundo de la cultura (bueno, creo que Serrat ha dicho algo desde su gira por América del Sur) pero poco más… todos los grupos que han actuado, por ejemplo, durante años en la fiesta del PCE, ¿no dicen nada? ¿no tienen opinión? ¿no convocan? Insisto: es el paradigma de la cultura de la transición: ¡ojito con abrir la boca! Hoy por hoy es impensable, pero hay que hacer que el mundo de la cultura se arremangue.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Como-hace-huelga-la-cultura.html