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Cómplices necesarios y necesariamente cómplices

Fuentes: Rebelión

En Derecho existe la figura jurídica del cómplice necesario que no es otro que aquel cuya actuación es precisa para que se cometa un delito. Así pues dicho cómplice necesario delinque. Una de las pretensiones más importantes de los delincuentes consiste en que se ignore su personalidad, pues, si no se sabe quién ha cometido […]

En Derecho existe la figura jurídica del cómplice necesario que no es otro que aquel cuya actuación es precisa para que se cometa un delito. Así pues dicho cómplice necesario delinque. Una de las pretensiones más importantes de los delincuentes consiste en que se ignore su personalidad, pues, si no se sabe quién ha cometido el crimen difícilmente se le podrá castigar por él. La impunidad se consigue así a través de la ocultación o del disfraz. Por eso los códigos penales de medio mundo establecen que: quienes conozcan de la comisión de un delito tienen la obligación de denunciarlo y de no hacerlo así se considera que también delinquen por ocultación. Podríamos entrar ahora en desbrozar la abundante terminología jurídica al respecto, tipo: co-autor, encubridor, dejación de funciones,…pero no estamos en una clase de Derecho Penal.

Hace ya bastantes días pudimos saber, por los informativos, que 500 niños esclavos habían sido liberados de sus 15 horas diarias de trabajo mal pagado (de 4 a 8 € al mes) y preservados así de las palizas psíquicas y físicas a las que -como segismundos- estaban condenados desde su más tierna infancia, en 10 fabricas sitas en las inmediaciones de Delhi (India).

Han transcurrido ya demasiados días desde aquello y los medios informativos no han sido capaces de darnos el listado de Marcas para quienes trabajaban aquellos 500 niños. Un complicado entramado de compañías fantasmas protagonistas de mil y una subcontrataciones las oculta a los ojos del público. Seguramente esas archifamosas Marcas de deportivas, ropa, cosméticos, alimentación…. para quienes iba destinado el producto de los sudores de aquellos chiquillos, se han cuidado muy mucho de presionar -como importantes anunciantes que son- a las cadenas de radio y televisión a fin de que miren para otra parte en su afán informativo. Más de una y de dos conciencias de directivos de programas se habrán visto pisoteadas por la poderosa voz del anunciante y han «olvidado» investigar dicha noticia. Las excusas serán variopintas y hasta plausibles: para investigar están la policía y los fiscales, los periodistas hemos de redactar las noticias para que el público las entienda adecuadamente; son cuestiones que incumben a los profesionales de la India; etc. etc.. Subterfugios en absoluto convincentes puesto que la misión esencial del Poder Informativo consiste en ayudar a esclarecer la verdad y no sólo en vocear las proclamas de los Mandamases o acallar sus bribonadas.

Sea como sea, la realidad es que: los medios de comunicación masiva están siendo Cómplices necesarios en el delito de someter a la esclavitud a 500 niños puesto que sabido es que: <> y, además, con el delito de su complicidad, nos están haciendo al resto de ciudadanos necesariamente cómplices pues ¿cómo -si no conocemos cuales son las Marcas esclavistas- podemos optar por castigarlas con nuestra no compra? ¿En qué pupitre de qué facultad de la información se quedó olvidado el sacrosanto deber de informar?

Casi con toda seguridad -esta mi opinión- será silenciada en los grandes medios y al respecto les diré con Rousseau: «es una ventaja poco honorable la que se consigue, no refutando las razones del adversario, sino impidiéndole exponerlas»

¡Claro que! Los grandes anunciantes ignoran la honorabilidad y muchos «informadores» prefieren ignorar su profesión.