A los medios de comunicación, a la comunidad nacional y mundial, a los compañeros de la izquierda:La sangre y el sacrificio de nuestros compañeros y la realidad de explotación y marginación que hoy vive nuestro pueblo, no caben en sus urnas de votación.El Comité Local Copiapó del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, al ver que […]
A los medios de comunicación, a la comunidad nacional y mundial, a los compañeros de la izquierda:
La sangre y el sacrificio de nuestros compañeros y la realidad de explotación y marginación que hoy vive nuestro pueblo, no caben en sus urnas de votación.
El Comité Local Copiapó del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, al ver que el nombre de nuestra organización aparece en la prensa como parte del pacto electoral entre el Partido Comunista y el Partido Humanista, quiere manifestar que no somos parte de esta alianza y que el nombre del MIR es utilizado por algunas personas que mantienen intereses personales y electoralistas, y que además están muy lejos del legado histórico de lucha que siempre ha caracterizado nuestra organización y que tiene como ejemplo la valentía y coraje de nuestro Secretario General, caído en combate, compañero Miguel Enríquez. Cualquier intento entreguista y que intente tapar las luchas reales de nuestro pueblo y de paso legitimar esta institucionalidad podrida, que se cae a pedazos por la corrupción y deformación moral, no corresponde a lo que no nosotros representamos en el corazón de nuestro pueblo explotado y marginado. Los que intentan manosear nuestra bandera, en pactos electorales, no ha sido, no son y nunca serán expresión de la cultura mirista, que trae consigo lo mejor de la tradición revolucionaria latinoamericana, legadas por Bolivar y el Comandante Che Guevara.
Dado el escenario electoral que se nos acerca, reconocemos el esfuerzo, a nuestro juicio equivocados históricamente, que hacen algunas organizaciones de izquierda. Es su opción y se las respetamos, pero no nos deja de impresionar como, estos procesos electorales, les interesa más a los partidos que participan de él, que a las personas que vivimos la realidad todos los días; nos violentan con la movilización de dinero, que luego aparece inmiscuida en procesos de corrupción, financiando campañas, como lo vemos hoy. Nos insultan utilizando nuestros problemas y a nuestras víctimas en spots publicitarios. Lamentamos ver sueños destruidos y abandonados al día siguiente. Pero queremos advertir a aquellos compañeros, muchos sinceros consigo mismo y con el pueblo, sepan que la participación que proclaman, no conlleva sino a la mima trampa; circulo vicioso que los mantiene mareados, por figurar y no darse cuenta en los reales problemas.
Para hablar y participar de la democracia, ésta primero se conquista y luego se fortalece, pero ella no tiene validez sin que se produzcan primeramente las transformaciones de los procesos productivos y el término de las contradicciones sociales que son las que dan las condiciones materiales y serias para que podamos votar en una urna lo que verdaderamente nos sirve a todos en un acto libre, informado, en el cual el Pueblo propone los candidatos y luego los elige.
Los cambios deben empezar en el lugar correcto, no se inventan en acuerdos, ni en mesas políticas copulares y mediáticas , no se encuentran en la cabezas de los hombres, ni en las simples ideas de justicia, sino cambiando de raíz lo que realmente oprime, que es el actual modo de producción y de cambio.
Si algo quieren dejar en este intento de alianzas ingenuas y para que no se conviertan en el mal peor, digan entonces las cosas como son: Aún nos llamamos pueblo, no teman y no nos cambien por «ciudadanos»; por mucho que planteen luchas en contra del neoliberalismo, este sigue siendo el mismo capitalismo en su fase imperialista, basta ver al mundo, como es abordado económica y militarmente a diario; existen las mismas contradicciones , sigue habiendo proletariados y muchos más oprimidos que antes, no cambien los conceptos, que no va a cambiar el estado de explotación existente.
No nos hemos quedado en el pasado, no vivimos de caricaturas, nos pesan las mismas cadenas de siempre, en el estómago, en nuestro aire, en la angustia, en el analfabetismo, y mortalidad infantil.
Si los compañeros realmente se encuentran comprometidos con los verdaderos cambios, no teman en llamar la vida por su nombre, porque el pueblo sigue hablando con sudor y sangre.
COMITÉ LOCAL COPIAPÓ, MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA – MIR.