Un llamado al gobierno para generar aportes financieros y técnicos para fomentar la pequeña agricultura e implementar capacitación para emprendedores ecoturísticos manifestaron dirigentes de la comunidades campesinas de Tralcao, quienes viven una grave crisis agrícola y turística desde que se instaló la planta de celulosa Valdivia, sindicada por un estudio científico encargado por Conama a […]
Un llamado al gobierno para generar aportes financieros y técnicos para fomentar la pequeña agricultura e implementar capacitación para emprendedores ecoturísticos manifestaron dirigentes de la comunidades campesinas de Tralcao, quienes viven una grave crisis agrícola y turística desde que se instaló la planta de celulosa Valdivia, sindicada por un estudio científico encargado por Conama a la Universidad Austral de Chile como la responsable de la destrucción de ecosistema del santuario de la naturaleza.
El sector rural de Tralcao, a orillas de la confluencia de los ríos Pichoy y río Cruces, en la comuna de San José de la Mariquina, tenía un proyecto ecoturístico que beneficiaría a 80 familias campesinas mapuches el cual quedó estancado producto de la contaminación del estuario valdiviano.
Los dirigentes relataron sus aprendizajes, frustraciones y experiencias de este y otros problemas hortifrutícolas por los que atraviesan en el marco de la Convención Ciudadana «Valdivia inventa Valdivia», realizado con gran participación en el Convento San Francisco de la ciudad de los ríos.
El secretario de la comunidad indígena Tralcao Mapu, Francisco Manquicheo, señaló que la contaminación ambiental que han sufrido obligó al campesinado mapuche a aprender a defender sus derechos.
«Hemos ido aprendiendo cómo pararnos frente a otros para manifestarnos, ya que nos vimos afectados en nuestra localidad por la aguas que consumimos para el riego», dijo.
El dirigente agregó que todas las organizaciones están trabajando unidas para activar el ecoturismo en la localidad. «En algún momento pensamos tirar todo por la borda, pero sacamos fuerza de flaqueza y seguimos continuando además con el apoyo de la Universidad Austral», destacó.
«Fuimos los primeros dañados por Celco en la generación de una fuente de empleos directa que era este proyecto de ecoturismo que contemplaba generar unos cuarenta puestos de trabajo. Hemos sido capaces de asumirlo y reorientar nuestro proyecto y decirle al turista vengan a ver el desastre que nos causó Celco», afirmó el antropólogo Mauricio Huenulef, que trabaja activamente con la comunidad de Tralcao
BAJA EN LA PRODUCCION HORTIFRUTICOLA
Arturo Hernán Navarro, del Comité Hortifrutícola de Tralcao, relató que ha sufrido una grave baja en la producción y venta de manzanas. «En mi quinta sacaba siempre 200 a 300 kilos de manzanas, pero el año pasado saqué bien poquito, unos 50 kilos», expresó decepcionado.
El agricultor explicó que la baja es posiblemente a la extinción de las abejas del sector, que a su juicio ayudaban al desarrollo de especies frutales.
A este respecto, Francisco Manquicheo, explicó que los cerezos de exportación también peligran . «No sabemos si serán exportados. Con otros productos agrícolas hemos tenido restricción con respecto a su venta», denunció.
El antropólogo Mauricio Huenulef contó además que comunidades cercanas a la planta de celulosa tienen quintas de manzanas completamente perdidas. Para el profesional, esto demuestra que los responsables de Celco no tienen las consecuencias del funcionamiento de la empresa.
«No les importa cuantas fuentes de trabajo matan en las comunidades. Nuestra forma de vivir de la tierra, que ha alimentado por generaciones a la región con nuestra hortaliza, fruta y cultivos limpios está en peligro de perderse por megaproyectos que no toman en cuenta a las comunidades locales», aseguró
«Estamos trabajando el tema de las responsabilidades. El gobierno y la misma empresa Celco aún desconoce el daño que han causado. Entonces este año nos hemos organizado y ser multiplicadores entre las comunidades», finalizó el antropólogo.