Las elecciones serán casi en invierno y es probable que, en muchos lugares, llueva. Serán, como siempre, en domingo, ahora que ya los domingos se parecen a los martes y a los jueves. Entre tanto, habremos comprobado de nuevo que en las democracias occidentales los principios se aparcan a la entrada de los platós. […]
Las elecciones serán casi en invierno y es probable que, en muchos lugares, llueva. Serán, como siempre, en domingo, ahora que ya los domingos se parecen a los martes y a los jueves. Entre tanto, habremos comprobado de nuevo que en las democracias occidentales los principios se aparcan a la entrada de los platós.
¿Para qué sirve un principio? Para orientarse. Es sabido que mucha gente ha muerto a causa de sus principios, y también que otras personas han matado por ellos. Cierto, cierto. Claro que casi nunca se cuenta que mucha más gente ha padecido y muerto a causa de una civilización que no tiene principios o bien que los emplea como adorno.
Las elecciones serán casi en invierno y poco antes todos los líderes de los partidos nacionales y todos los directores de los periódicos (no es masculino genérico -decid, lingüistas, ¿con qué clase de economía del lenguaje se puede indicar esto?-) escribirán artículos o harán discursos sobre la importancia de votar: se vote lo que se vote, lo importante es participar.
Pero hasta una criatura de cinco años sabe que los adultos mienten, lo importante es ganar mientras no cambien las reglas y se demuestre lo contrario.
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/culturas/28102-con-aguacero.html