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Con amigos así…

Fuentes: Rebelión

Con la «electorización» del proceso de La Habana hecha por el presidente JM Santos, es decir, no la politización deseada, sino la utilización electoral del mismo para su posible reeleción, y a medida que crece la campaña de odio de los agropecuarios, Uribeños y Militaristas en contra de la paz, todos los «caciques electorales» de […]

Con la «electorización» del proceso de La Habana hecha por el presidente JM Santos, es decir, no la politización deseada, sino la utilización electoral del mismo para su posible reeleción, y a medida que crece la campaña de odio de los agropecuarios, Uribeños y Militaristas en contra de la paz, todos los «caciques electorales» de la llamada democracia colombiana, empeñados ya en la llamada Operación Avispa, con la que pretenden colocar sus listas de senadores y parlamentarios que les prolonguen la vigencia política, han abierto el abanico de propuestas electorales, todas obviamente referenciadas a la «conveniencia» de continuar con dicho proceso en La Habana.

Hay una verdadera eclosión de propuestas electorales anti-diálogo de La Habana, que muestran la confusión política inducida desde el palacio presidencial, donde se aseguró estaba guardada con llave la llave de la paz: las hay desde la más cerril, biliosa y excremental representada por las acciones (de hecho y de derecho) del «entorno de Uribe Vélez», denunciadas por el sacerdote jesuita Jesús Franco, director de la Comisión Intereclesial Justicia y Paz (CMI 29.01. 2013), pasando por la del Liberal César Gaviria, quien debido a que «se dialoga en medio de la guerra» impuesto por JM Santos, pide el levantamiento de la mesa de la Habana, o la del partido conservador que sigue exigiendo, como hace un siglo, «libertad y orden» sin necesidad del proceso de La Habana; hasta la más piadosa y bien intencionada de la Sra Clara López, actual directora del Polo Democrático, quien preocupada por alcanzar el «umbral electoral» y puede ser que, asesorada alegremente por alguien quien confunde técnicamente » Tercero con Mediador» en un proceso de diálogos y gestión política de conflictos, ha planteado en su columna del diario el Tiempo (27.01.2013) que «Llegó la hora de la mediación».

El proceso de La Habana no ha llegado a un «impasse» real que impida su continuidad y reclame la gestión de un mediador. Está, sí, sometido peligrosamente a las presiones politiqueras y militares de los tradicionales enemigos de la paz y demás pelechadores de la guerra en Colombia, opuestos visceralmente a cualquier modificación en la estructura agraria vigente en el país, sostenedores de la ideología dominante que alimenta el aparato de Propaganda y Terror con el que se ha sometido por décadas a la explotación y despojo al pueblo trabajador colombiano, y que sistemáticamente, desde las alturas del poder dominante ha desconocido el clamor popular y la movilización social por la paz y la justicia social.

Pero lo que llama la atención en el planteamiento de la Sra Clara López, viniendo de donde viene, es su afirmación para pedir la mediación: «…..Bajo este parámetro (nada está acordado hasta que todo esté acordado. Nota de APS), los sectores de la coalición de gobierno han mostrado, con algunas aristas, que quieren que la paz se logre sobre la base de una rendición de la guerrilla, mientras que ésta aspira a conquistar considerables reformas sociales a través de la negociación. Tanto la idea de la rendición como la de hacer reformas estructurales por medio de la negociación son objetivos descartables.

..Dos partes enfrentadas que persiguen fines opuestos con restricciones temporales como las ya anunciadas corren enormes riesgos de perder la oportunidad de llegar a acuerdos. A ello se suma la ausencia de una información certera sobre el real estado de las conversaciones que facilita la manipulación mediática y política de lo que allí sucede o llegue a suceder…»

Afirmación que extrañamente regresa al origen del conflicto (rendición de la guerrilla o reformas estructurales) y desconoce que ya se ha llegado a un acuerdo (firmado) de 5 puntos para la finalización del conflicto, que está en la base del proceso sobre la cual se dialoga y se avanza . Otra cosa es que se pretenda manipular e instrumentalizar con el miedo a lo que han dado en llamar «el fracaso de la Habana» , con fines electorales inmediatistas.

El llamado «Tercero» ya existe en la Habana desde el inicio del proceso, representado por los gobiernos de Cuba, Noruega, Venezuela y Chile, cada uno con sus respectivos papeles técnicos asignados en el acuerdo firmado y, ninguno de ellos ha planteado que se está en un impasse insoluble que demande la intromisión de un Mediador como lo propone la Sra López. Así que antes de dramatizar en abstracto sobre un inminente fracaso en la Habana ( que es lo que desean tanto Uribe como la mayoría de electoreros de la llamada Unidad Nacional) y agotar un recurso de la gestión técnica del conflicto como es el Mediador; sería mejor rodear de verdad la mesa de paz de la Habana y defender el proceso que allí se desarrolla con hechos concretos, por ejemplo, contribuyendo a la movilización popular en favor de la paz, en lugar de seguir batiendo banderitas con declaraciones retóricas, que en el fondo le dan una ayudita a Santos en su campaña electoral.

(*) Alberto Pinzón Sánchez es médico y antropólogo colombiano

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.