Recomiendo:
1

Con guerra sucia y paramilitarismo jamás alcanzaremos la paz

Fuentes: Rebelión

Le informamos a la comunidad del Guamocó y sus alrededores que en el área general de Puerto Claver en el Bagre nuestra organización viene confrontando decididamente las estructuras criminales y bandas paramilitares que se han ensañado contra las gentes humildes de estas regiones. En lo que va corrido del año han sido asesinados los labriegos […]

Le informamos a la comunidad del Guamocó y sus alrededores que en el área general de Puerto Claver en el Bagre nuestra organización viene confrontando decididamente las estructuras criminales y bandas paramilitares que se han ensañado contra las gentes humildes de estas regiones.

En lo que va corrido del año han sido asesinados los labriegos Jair Suárez de 20 años y Francisco Moreno de 84, que se unen a 5 campesinos más ultimados y desaparecidos en el mes de diciembre. En la vereda El Coral secuestraron y amenazaron sus habitantes por más de 20 horas. Han sido hostigados los pobladores de las veredas La Llana, Pueblo Santo, Moquí, Pisingo, Primavera, Santa Rosa, Caño Ñeque, La Arenosa, Ralito y La Aduana quienes han sido desplazados a Puerto Claver y El Bagre.

Por ningún lado se escucha la voz de la Iglesia denunciando estos hechos, ni los grandes medios de comunicación, ni la Cruz Roja o defensores de derechos humanos. Poco ha hecho la Fuerza Pública para evitar estos atropellos siendo de conocimiento público el despliegue paramilitar que hacen desde sus campamentos ubicados en Cuturú.

El tejido extorsivo del paramilitarismo se extiende sobre la población bajo el infame principio de que «todos deben aportar algo». Existen casas de pique con estructuras armadas que cobran impuestos comprometiendo las economías de pequeños y medianos comerciantes, tenderos, droguerías, bombas y estaciones de gasolina, ferreterías y almacenes de repuestos, mineros, comerciantes de víveres, campesinos cultivadores de la hoja de coca y todo tipo de actividad que el paramilitarismo local considere fuente de ingreso para el sostenimiento de sus estructuras criminales, incluidas las amenazas a defensores de derechos humanos, reclamantes de tierra y líderes populares.

El Gobierno y sus voceros en la Mesa de Diálogo deben entender que no podrá darse la transformación de una organización armada en movimiento político abierto para debatir en las plazas públicas, ideas y visiones de país, sin armas, si no se desmonta el paramilitarismo de Estado disfrazado de Banda Criminal.

Con todos los ejemplos históricos que conoce Colombia de traición y matanzas a la oposición política no se puede tolerar más victimizaciones por parte del Estado. El paramilitarismo ha sido el mecanismo más eficaz que han empleado en su lucha contrainsurgente. Es el momento de esclarecer e iniciar el desmantelamiento total del fenómeno paramilitar.

Y que las comunidades organizadamente se levanten, denuncien y exijan el retiro de sus territorios de quienes tanto daño y terror les han causado; solo así, será posible sembrar las semillas de paz y justicia que nos merecemos.

Movilizarnos ya en torno a la terminación definitiva del conflicto y el exterminio de las causas que lo originaron. La guerra o la paz son asuntos que nos conciernen a todos los colombianos y estamos obligados a pronunciarnos. Con guerra sucia y paramilitarismo, jamás alcanzaremos la paz.

Compañía Gerardo Guevara, Bloque Magdalena Medio FARC – EP, Montañas del Nordeste Antioqueño