Recorrimos del 05 al 13 de agosto, las Zonas Humanitarias (ZH) de la cuenca del rio Jiguamindó, en el bajo Atrato. Por allá al norte del departamento del Chocó. En 1997, se realizó la operación Génesis a cargo de las Fuerzas Militares dejando personas muertas y desterradas del territorio. Con la excusa de combatir la […]
Recorrimos del 05 al 13 de agosto, las Zonas Humanitarias (ZH) de la cuenca del rio Jiguamindó, en el bajo Atrato. Por allá al norte del departamento del Chocó. En 1997, se realizó la operación Génesis a cargo de las Fuerzas Militares dejando personas muertas y desterradas del territorio. Con la excusa de combatir la guerrilla. Luego de retornar las familias a sus predios en el año 2000, se encontraron que la palma aceitera invadía sus títulos colectivos.
A pesar del temor por la presencia militar y paramilitar, las comunidades tumbaron estas palmas y levantaron sus casas nuevamente. Con el asedio de las multinacionales palmeras y actores armados decidieron conformar ZH al interior de sus títulos colectivos. Como una forma de blindar la comunidad de la guerra. Es decir, la esencia de estas ZH es que no se permite la presencia de ningún actor armado, solo población civil puede permanecer en estas áreas delimitadas con alambre púa y zonas de biodiversidad.
En otras palabras, estas figuras territoriales comunitarias son pensadas para estar y permanecer en el territorio. Por medio de la organización de sus habitantes en comités de niñ@s, mujeres, trabajo, conciliación, entre otros ejercen el gobierno propio y solucionan sus dificultades cotidianas en el marco del plan de vida de la comunidad.
Los otros dos recorridos acordados fueron por los ríos Salaquí y Truandó. L@s caravanistas dialogaron con las comunidades de estas rutas sobre sus problemas de Derechos Humanos, recolectando información valiosa para denunciar ante el mundo y las entidades encargadas estas problemáticas. Paralelo a esta comisión, trabajaron las comisiones de cultura y arte, comunicaciones, salud aportando sus conocimientos y experiencia para el mejoramiento de las condiciones que conciernen a estos temas.
En común de este inmenso territorio, tienen las amenazas no solo de actores armados como paramilitares (Autodefensas Gaitanistas de Colombia, Clan del Golfo), Fuerzas Armadas y guerrilla, sino también megaproyectos mineros como la explotación del Cerro Careperro en el bajo Atrato, expansión de cultivos de palmas que en el marco del actual régimen uribista tiene el acelerador a fondo en todos estos proyectos de control territorial oligarca.
Sin embargo, todo el conocimiento ancestral en salud, guardias cimarronas e indígenas, figuras territoriales populares, procesos organizativos y articulación nacional son las potencialidades que negros e indígenas tienen para fortalecer el proceso histórico de resistencia y lucha por la vida digna. Por eso, la intención de esta caravana además de visibilizar la crisis humanitaria en el norte del Chocó, es también proyectar el fortalecimiento organizativo y de movilización de las comunidades de esta zona.
Entre abrazos, sonrisas, bailes típicos, obras de teatro evocando la memoria, música tradicional y mucha palabra tejida entre comunidades y caravanistas se ha hecho historia en el bajo Atrato.
Secretaría de Formación, Comunicación, Investigación y Pensamiento Propio. Coordinador Nacional Agrario