Los estallidos sociales que están revocando el mandato al mal gobierno en América Latina, acuden al Derecho a la Rebelión como último recurso de los pueblos, cuando el conjunto de sus derechos les son arrebatados. En Colombia el pueblo también lucha en la calle, para que la élite gobernante no entierre la esperanza de paz. […]
Los estallidos sociales que están revocando el mandato al mal gobierno en América Latina, acuden al Derecho a la Rebelión como último recurso de los pueblos, cuando el conjunto de sus derechos les son arrebatados.
En Colombia el pueblo también lucha en la calle, para que la élite gobernante no entierre la esperanza de paz.
A la defensiva este Tercer Gobierno de Uribe responde que no va a ceder y que cualquier ajuste lo tramitaría dentro de la legalidad de las instituciones.
No hay que olvidar que el refrán popular enseña que «a un perro no lo capan dos veces». Está fresca la trampa que hizo el Gobierno con el Mandato de 12 millones de colombianas y colombianos en la Consulta contra la corrupción, que se comprometió a tramitarla dentro de la legalidad de las instituciones.
Hay que recordar también que éste Gobierno alega, que como él no firmó los Acuerdos y Protocolos de Paz estos son ilegales, no valen y no debe responder por ellos.
Entonces: ¿Qué es lo que vale? ¿Legalidad sí o no? ¿Cuál legalidad?
De esta forma están enfrentados el mandato y aspiración de las mayorías nacionales, contra el ex presidente Uribe y sus seguidores quienes creen, que en Colombia está «todo bien».
Algunos opinan que Duque no entiende el terremoto que sacude al país, otros afirman que se trata de soberbia, pero en el fondo lo que existe es una resistencia al cambio por parte de las clases dominantes, con la que demuestran la pequeñez de no asumir sus responsabilidades, por la catástrofe en que han hundido a la nación.
En buena hora el Comité de Paro, 52 Congresistas y centenares de líderes populares y defensores de la paz han propuesto al Gobierno la conformación de una Mesa Nacional de Diálogo, que desarrolle una Agenda de 5 puntos, para hacer realidad un Diálogo Incluyente, Democrático y Eficaz.
La estatura y buena fe con que el régimen adelante este diálogo se observará en la defensa que haga de sus tradicionales Líneas Rojas, en el tipo de Acuerdos que suscriba y en el cabal cumplimiento que haga de ellos.
Bajo escrutinio público siguen las élites gobernantes, porque si honran la palabra que empeñen, las mayorías nacionales se lo reconocerán, en cambio si reinciden en las trampas y estafas, la presión social se las reclamarán.