«Los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía, donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.» Gabriel García Márquez El primer plenario […]
«Los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía, donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.»
Gabriel García Márquez
El primer plenario del Consejo Nacional de los Comunes, conformado por 111 miembros, sesionó los días 2 y 3 de septiembre luego de su elección durante el congreso constitutivo de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común – FARC.
El plenario designó un Consejo Político Nacional de 15 miembros enunciados a continuación:
Rodrigo Londoño (Timoleón Jiménez), Presidente
Iván Márquez, Consejero Político
Pablo Catatumbo, Consejero de Organización
Joaquín Gómez
Carlos Antonio Lozada
Ricardo Téllez
Pastor Alape
Bertulfo Álvarez
Mauricio Jaramillo
Sandra Ramírez
Erika Montero
Victoria Sandino
Liliana Castellanos
Benkos Biojó
Jairo Estrada
El plenario ratificó el espíritu de unidad de el nuevo partido FUERZA ALTERNATIVA REVOLUCIONARIA DEL COMÚN y la necesidad de avanzar hacia un gobierno de transición y reconciliación nacional que cierre el capítulo de la violencia política y abra una nueva época en la que germine la democracia plena a través de la paz y el buen vivir de la sociedad colombiana.
El Consejo Nacional de los Comunes determinará una ruta política para construir un plan nacional de trabajo que continuará edificando el tránsito de la organización, tomando como punto de partida, las conclusiones del Congreso Constitutivo del nuevo partido, y la necesidad de aportar en la construcción de una gran convergencia social y política por la paz, la profundización de la democracia, y la reconciliación de la nación.
Ratificamos las palabras de Timoleón Jiménez en el escenario de instalación de nuestro congreso constitutivo: «Tenemos que tomar conciencia real de la amplitud con que debemos dirigirnos a la nación, sin dogmas ni sectarismos, ajenos a toda ostentación ideológica, con propuestas claras y sencillas».
Nos disponemos a construir una Nueva Colombia, donde el sagrado derecho de vivir en paz sea sembrado por la dignidad, el respeto de los derechos, la diversidad y la justicia social en sus más profundas acepciones. Un país flagelado por la violencia, la corrupción y el desfalco, necesita sumar fuerzas para construir una potencia moral que vaya más allá de los partidos, por el empeño de reconstruir lo público. Vamos por profundas transformaciones democráticas y sociales.
Nuestra única arma ahora es la palabra y a ese esfuerzo dedicaremos nuestra vida política. Sentimos un profundo orgullo de poder contribuir a la construcción de una paz estable y duradera. Sin embargo, los retos que aún quedan pendientes en la implementación de los acuerdos y la reincorporación de los excombatientes, nos llevan a hacer un llamado directo a la sociedad civil para defender la paz como semilla de una vida nacional mucho más fecunda. Los incumplimientos por parte del gobierno son el peor mensaje que se le puede dar a un pueblo que ha perdido la confianza en la política, un pueblo que requiere de hechos más que de promesas.
En los próximos días realizaremos el registro formal de nuestro partido político ante el Consejo Nacional Electoral, cumpliendo con una de las etapas más importantes consagradas en el acuerdo de paz.
Llamamos a las organizaciones de la sociedad civil, a la comunidad internacional, al gobierno colombiano, al país político, y a los habitantes de la Colombia profunda, a defender el acuerdo de paz y su perspectiva de edificar un futuro mejor para nuestro pueblo. Debemos cerrar para siempre la puerta a la violencia, y aportar a la construcción de una cultura democrática que se cimiente sobre los derechos humanos y el respeto por las ideas del otro. El sagrado derecho de vivir en paz a través de la justicia social y el humanismo.
De igual manera, manifestamos nuestro agrado por el cese al fuego bilateral, logrado entre el Gobierno nacional y el ELN, como un paso más a la colombia en paz que todos y todas soñamos, y como una manifestación de compromiso de las partes, con los diferentes sectores de la sociedad civil, que han hecho del triunfo de la paz su bandera.
Fuente original: http://prensarural.org/spip/spip.php?article21997