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Un caso emblemático del terrorismo de Estado contra la oposición política

Condenado a 30 años el ex congresista César Pérez, por la masacre de Segovia

Fuentes: Semana / Verdad Abierta

Al perder la alcaldía de este importante enclave minero a manos de la Unión Patriótica, César Pérez, representante del Partido Liberal en Antioquia, buscó al jefe paramilitar Fidel Castaño para realizar la masacre, y fue éste quién contacto a Henry de Jesús Pérez, jefe paramilitar del Magdalena Medio, quien a su vez delegó a Alonso de Jesús Baquero, alias ‘Vladimir’ para ejecutar el crimen. César Pérez fue el autor intelectual de la masacre y el ideólogo del grupo paramilitar Muerte a Revolucionarios del Nordeste (MRN), encargado de perpetrarla. Según la Procuraduría, los paramilitares que masacraron a 43 personas el 11 de noviembre de 1988, fueron apoyados por la Fuerza Pública y la Frontino Gold Mines.

El 11 de noviembre de 1988 30 paramilitares entraron en Segovia en vehículos todoterreno, quienes circularon libremente por tres retenes del Ejército localizados en la única vía que para la época comunicaba a Segovia con el resto del país. En hora y media, en medio de la lluvia, los gritos y el llanto de los habitantes del pueblo, los paramilitares al mando de ‘Vladimir’  masacraron a casi medio centenar de personas, hirieron a cientos y causaron daños a los bienes de las habitantes del pueblo.


La matanza contra la población de Segovia fue planeada en la XIV Brigada del Ejército, con sede en Puerto Berrío y en ella participó el entonces comandante de esa guarnición militar, general Raúl Rojas Cubillos, así como el jefe de la oficina de inteligencia, conocida como B-2, teniente coronel Hernando Navas Rubio. El comandante paramilitar que la dirigió señaló a varios oficiales y suboficiales del batallón Bomboná, así como al comandante de la Policía en Segovia, capitán Jorge Eliecer Chacón Lasso, y a algunos directivos de la empresa Frontino Gold Mines, asentada en la localidad.

VIDEO: Documental realizado por el Canal Capital de Bogotá en 2012.
La masacre fue perpetrada frente a las instalaciones de la estación de Policía y duró aproximadamente una hora. En ese tiempo, los uniformados no tomaron la iniciativa para proteger a la población. Media hora más tarde apareció el Ejército, que previamente había desmontado varios retenes en la carretera. Nadie persiguió a los treinta paramilitares que cometieron el crimen, y tan solo alertaron a otros comandos y batallones de la zona dos horas después del hecho.

Recuento de los hechos

Paralelo al fenómeno electoral del partido Unión Patriótica (UP), que surgió a mediados de ochentas como resultado de las negociaciones entre el presidente Belisario Betancur y la guerrilla de las Farc, en el Magdalena y Medio y en otras zonas del país  se conformaron las primeras alianzas entre políticos y paramilitares, que buscaban impedir el crecimiento de la izquierda.

Antes de que la UP triunfara en los municipios de Remedios y Segovia, Nordeste de Antioquia, existía un evidente protagonismo del Partido Liberal, en cabeza de los líderes políticos Cesar Pérez García y Sigifredo Zapata. Sin embargo, este cacicazgo se acabaría el 13 de marzo de 1988,  cuando Rita Ivonne Tobón, candidata por la UP, ganó las elecciones a la Alcaldía con el 54% de la votación y esta colectividad alcanzara 7 de las 13 curules del Concejo, convirtiéndose en la fuerza política mayoritaria en el municipio.

Esos resultados fueron la razón fundamental para que Pérez García, quien hasta el momento había controlado la administración local y las regalías por la explotación del oro, se aliara con grupos paramilitares para retomar a la fuerza su poder político.  

Para lograr ese propósito, Pérez García se comunicó con Fidel Castaño. Su idea era que los grupos armados bajo su mando le ayudaran a sacar la UP de Segovia. El jefe paramilitar habló con Henry Pérez para que atendiera esta solicitud y para preparar la incursión convoca a sus subalternos a una reunión en las oficinas de la  Asociación Campesina de Agricultores y Ganaderos del Magdalena Medio (Acdegam).

«Las pruebas y los testimonios recolectados en el juicio coincidieron en que Pérez García, buscó al jefe paramilitar Fidel Castaño y le pidió ayuda para darles una «lección» a los habitantes del municipio», aseguró el Procurador delegado.

Henry de Jesús Pérez,  dueño y señor de los paramilitares del Magdalena Medio, delegó a Alonso Jesús Agudelo, alias ‘el Negro Vladimir’, comandante del grupo Gavilanes, la entrada a Segovia, aquel lluvioso 11 de noviembre de 1988.

Panfletos y pacto de no agresión
Días antes de la masacre, el grupo paramilitar hizo circular panfletos amenazantes, en los que se dieron a conocer con el nombre de  Muerte a Revolucionarios del Nordeste (MRN). En ellos, los paramilitares amenazaban a los sindicalistas y dirigentes de la UP, y negaban la posibilidad de aceptar en la política a comunistas y campesinos. En contraposición, respaldaban y resaltaban la labor política de Pérez García. El comunicado finalizaba con la frase ‘fuera comunistas y  guerrilleros’.

Como consecuencia de la amenaza, el líder del Partido Liberal en esa localidad y por la clara responsabilidad que tenía la mención de su nombre en el comunicado, buscó firmar un pacto de no agresión con Braulio Herrera y otros líderes representantes de la UP en Segovia, el cual se hizo, pero finalmente nunca se cumplió.

Incluso, después de pacto, en el municipio del Nordeste, se rumoraba que los líderes liberales retomarían a sangre y fuego el control del territorio y las regalías de la explotación del oro, actividad predominante en Segovia.

Así fue como se hicieron los preparativos que culminaron con la entrada de 30 paramilitares en camperos, quienes circularon libremente por tres retenes del Ejército localizados en la única vía que para la época comunicaba a Segovia con el resto del país.

En hora y media, en medio de la lluvia, los gritos y el llanto de los habitantes del pueblo, los paramilitares al mando de ‘Vladimir’  masacraron a casi medio centenar de personas, hirieron a cientos y causaron daños a los bienes de las habitantes del pueblo.

Versión de Vladimir
Alonso de Jesús Baquero, alias ‘Vladimir’, el ex jefe paramilitar encargado de perpetrar la masacre en varias declaraciones afirmó que fue Pérez instigó la masacre.

Para la época 1988, Vladimir era el comandante del frente ‘Gavilanes’ de una estructura paramilitar que operaba en el Magdalena Medio que solo efectuaba ataques selectivos contra militantes de la izquierda o sospechosos de pertenecer o patrocinar a la guerrilla.

Según el representante del Ministerio Público, a pesar de su condición de ex delincuente,  ‘Vladimir siempre entregó detalles claros sobre los hechos. Por ejemplo, el exparamilitar se refirió a una reunión que tuvo lugar en Medellín en la que el político antioqueño le reclamó a Fidel Castaño la falta de efectividad en las acciones contra la Unión Patriótica en Segovia.

Durante sus declaraciones, Baquero ha reiterado que  fue Henry Pérez fue quien le dijo que era el doctor (Pérez) quien había ordenado el ataque.  Incluso, Vladimir afirmó que existían grabaciones, en una finca de Henry Pérez, en las que el jefe paramilitar nombra al político como responsable de la masacre. 

Condena de Pérez, 25 años después

La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de Colombia condenó este miércoles a 30 años de prisión al expresidente de la Cámara de Representantes, César Pérez García, debido a su vinculación con la masacre perpetrada en Segovia en el departamento de Antoquia (noroeste) en noviembre de 1988.

César Pérez García, de 78 años, fue hallado responsable de la comisión de un «crimen de lesa humanidad» en los hechos sucedidos la noche del 11 de noviembre de 1988 en el municipio de Segovia, Antioquia.

El defensor de Pérez García, abogado Jorge Aníbal Gómez, dijo que respetaba la sentencia pero la calificó de injusta.
La oficina de prensa de la Corte Suprema informó telefónicamente que Pérez fue encontrado culpable de los delitos de homicidio, lesiones personales y concierto para delinquir, la asociación de dos o más personas para cometer un número indeterminado de crímenes.
Pérez García había sido arrestado en julio del 2010 y desde entonces ha permanecido detenido en la cárcel La Picota.
Con la confesión del paramilitar Alonso de Jesús Baquero, alias ‘Vladimir’, «se dio paso a la presunta participación del doctor César Pérez García como determinador de los hechos, al develar ‘Vladimir’ las relaciones entre el excongresista (y los jefes paramilitares) Henry de Jesús Pérez y Fidel Castaño Gil, de su actuar para cumplir la misión encomendada, como era incursionar en la población de Segovia… dado el interés político del líder liberal de recuperar ese municipio que otrora había sido su fortín político», sostuvo la Corte Suprema en la acusación contra Pérez García en marzo de 2011.
Según Gómez, a su defendido solo lo implicaba el testimonio de ‘Vladimir’, «una persona que lo involucró a él cinco años después de la masacre, para obtener beneficios. De modo que era una persona en la que no se podía creer». Por eso insistió en que «uno acata y respeta las decisiones, pero no me parece justo». Sin embargo, sí existió otro testimonio que hundía a este excongresista. Lea las declaraciones de la alcaldelsa Rita Tobón
El excongresista había sido investigado en el pasado por la Fiscalía como autor intelectual de la masacre, pero como nunca se tomó la decisión de enjuiciarlo el plazo para juzgarlo prescribió en noviembre del 2008. Sin embargo, la Corte Suprema retomó el caso luego de que a fines del 2009 resolvió que los delitos de lesa humanidad no prescriben y por tanto Pérez García volvió a quedar bajo investigación. 
En Colombia, las investigaciones por el delito de homicidio prescriben o se archivan a los 20 años si las autoridades judiciales no han ubicado y procesado a los responsables.
La pesquisa hecha por la Fiscalía en las décadas de 1980 y 1990 sostenía que la masacre habría sido cometida en venganza por la derrota que los partidos tradicionales -como el Partido Liberal, en el que militaba Pérez García y quien era un dirigente de la zona de la matanza- habían sufrido en las elecciones para alcaldes de marzo de 1988 a manos de la Unión Patriótica.
Enterado de la decisión de la Corte Suprema, el congresista de izquierda Iván Cepeda aseguró que la de Segovia es una masacre emblemática por «el proceso de exterminio (por) la militancia de la Unión Patriótica». Su padre, el senador Manuel Cepeda Vargas, de esa fuerza política, fue asesinado en Bogotá en 1994.
Destacó que la condena es un mensaje en favor no sólo de los familiares de las víctimas de Segovia, «sino también que deja sentada ante la sociedad colombiana la violencia que fue desatada contra este movimiento político y la forma en que fueron exterminadas sus bases populares y sociales».
Alias ‘Vladimir’ explicó a la Fiscalía en enero de 1996 que Pérez García «fue quien coordinó (la masacre) con (el exjefe paramilitar) Fidel Castaño, pidió toda la ayuda para sacar la UP (Unión Patriótica) de Segovia porque había perdido las elecciones».
Pérez García siempre se mostró ajeno a los hechos y pregonó su inocencia. Visiblemente emocionada por la noticia de la condena a Pérez García, Constanza Restrepo, quien perdió en la masacre a su padre y a dos de sus hermanos, comentó que «estamos felices porque esto lo estábamos esperando hace 25 años».
«No quepo en la ropa (de la alegría), tengo temblor, tengo de todo en este momentico», indicó la mujer de 48 años y cuyo padre, Carlos Restrepo, militante de la Unión Patriótica, tenía 75 años cuando fue cometida la matanza. Uno de sus sobrinos, enfatizó, logró salir con vida de Segovia pero tiempo después fue asesinado en Medellín.
«Estos últimos 25 años han sido una tragedia para mi familia, porque mataron a casi toda la familia… Nos cambiaron la vida totalmente. Nos dieron una vuelta del todo, porque nosotros vivíamos pobremente, pero con dignidad, con respeto a la gente; hemos aguantado hambre, hemos aguantado humillaciones», añadió.
La investigación contra Pérez García se reactivó en momentos en que la Corte Suprema adelantaba una vasta pesquisa para establecer los nexos entre la clase política y los paramilitares.
Desde finales del 2006 a la fecha, el alto tribunal ha procesado y condenado a no menos de 70 congresistas y excongresistas por sus probados lazos con esos grupos de ultraderecha que están acusados de miles de homicidios y del desplazamiento de campesinos de sus tierras.
Al menos un teniente coronel y un mayor del ejército, así como el capitán de policía en Segovia en el momento del homicidio colectivo, ya fueron condenados por el caso.

Fuente: http://www.semana.com/nacion/articulo/este-autor-intelectual-masacre-segovia/343408-3
http://www.verdadabierta.com/component/content/article/63-nacional/3874-asi-se-planeo-la-masacre-de-segovia/