Un oficial de alto rango, que prefiere el anonimato por razones obvias, habla en exclusiva para VOZ.¿Qué democracia puede haber en un país en que a los opositores los matan por la simple razón de serlo?, dice
Desde 1992 (edición 1681) VOZ no entrevistaba a un oficial activo de las Fuerzas Militares. En aquella ocasión fue un capitán del Ejército, que luego siendo mayor, adscrito a la Séptima Brigada, le dio a conocer a este semanario unos negociados e irregularidades, que le significaron la salida de la institución. Después de mucha insistencia hemos logrado entrevistar a otro oficial, de más alta jerarquía y no necesariamente de la misma arma, que habló, con la obvia recomendación, de la estricta reserva de su identidad. Lo hizo a título individual, aunque nos advirtió que sus planteamientos son compartidos por algunos oficiales, entre capitanes y brigadieres generales.
¿Hay o no conflicto en Colombia?
-Pero doctor, ¡claro que hay conflicto! Los colombianos lo estamos padeciendo hace casi medio siglo.
-¿Por qué el presidente Uribe Vélez lo niega?
-Porque tiene la falsa creencia que si reconoce el conflicto le da status político a la guerrilla.
-¿No será para no aplicar el DIH en su afán de polarizar el país entre «terroristas» y amigos del Gobierno?
Puede ser también, pero creo que lo principal es que él cree que eso le daría reconocimiento político al conflicto. Es un problema de ignorancia sociológica y geopolítica.
-¿Cómo resolver el conflicto?
-En definitiva sólo es posible por la vía del diálogo, de la negociación, de producir cambios en el país. Las diferencias sociales profundizan el conflicto, es necesario un país con más democracia y mayor equilibrio social. Así podemos resolver el conflicto.
Un lenguaje falso
-¿Usted no habla el lenguaje castrense de «terroristas», «bandidos», «narcoguerrilleros», etcétera?
-Ese es un lenguaje falso. No obedece a nada concreto. Con tachar de terroristas a los guerrilleros no se gana la guerra. Muchos de sus actos son terroristas, pero no se puede considerar que como grupo sean terroristas, porque un general se lo grita ante las cámaras y los micrófonos. Es un error. Mis generales creen que es una manera de aplicar la psicología social y esos adjetivos desmoralizan al enemigo; pero yo creo que es lo contrario, genera más odio y resentimiento.
-¿Igual cuando les dicen narcotraficantes?
-Es lo mismo. El narcotráfico se metió en el conflicto y es utilizado por la guerrilla para financiar su sostenimiento, pero no se puede perder de vista que los carteles de la droga penetraron las instituciones, incluyendo las militares. Hasta la Iglesia y los magistrados se dejaron tentar por los dineros calientes, para no hablar de los políticos.
-También el Estado practicó el terrorismo de Estado…
-Doctor no me diga eso. Si vamos a una reconciliación no podemos señalarnos los unos y los otros de terroristas; creo que hay actos terroristas de todos, es una guerra de cincuenta años; una guerra sin Dios ni ley. Cada uno la quiere ganar a su manera, con cualquier método. No nos digamos mentiras. Pero aquí no hay guerrillas terroristas ni terrorismo de Estado.
No hay salida militar
-¿Usted conoció las cartas de las FARC a los oficiales y suboficiales? ¿Qué opina de ellas?
-Sí, las leí. Son interesantes. Pero creo que no hay condiciones aun para el diálogo directo de militares y guerrilleros. Hay muchas heridas y resentimientos. Pero dejemos el asunto en el punto de que no hay otra vía que la del diálogo para superar el conflicto. ¡No existe! No hay posibilidad de la victoria militar.
-Pero ¿Por qué rechazar el diálogo con la guerrilla?
-Como institución por ahora es imposible. El diálogo debe hacerlo el poder civil con el respaldo de los militares. Pero algún día se darán las condiciones para el diálogo directo. Es posible que ahora se dé a nivel de algunos militares que no comprometan la institución. Estoy seguro que algunos oficiales lo harían. Pero llegará el día, en un proceso de paz con las FARC, en que las instituciones armadas necesariamente tendrán que sentarse en la mesa.
¿Usted estaría dispuesto a hablar con la guerrilla?
Por ahora no, puede que más adelante sí.
-¿Le da miedo?
-No es cuestión de miedo. Es de posibilidades y de resultados. Es un asunto que la historia resolverá en su momento oportuno. Por ahora quien debe adelantar el diálogo es el Gobierno en representación del Estado. Lo demás viene por añadidura.
La importancia del diálogo
-¿Su lío es con el Gobierno o con la guerrilla.
-Yo aspiro es a defender las instituciones democráticas. Ellas son vulneradas por lo ataques del Gobierno y la presión gubernamental a la institución y también por los ataques de la guerrilla. Pero es un lío que debemos resolver mediante el diálogo. No tengo ninguna duda al respecto. Matándonos prolongamos el dolor de las familias colombianas y alejamos las posibilidades de aprovechar todas nuestras potencialidades y recursos que son extraordinarios, no solo los humanos sino también los naturales.
-¿Usted se siente avergonzado por la situación reciente de los soldados torturados?
-Claro que me siento avergonzado, pero es el resultado de la presión de «arriba», del odio y el resentimiento que se le inculca al soldado; el resultado es ese.
-Pero también hay maltratos a los civiles. De esto casi no se habla…
-Sí, se mantiene oculto. Nadie lo investiga con rigor, pero la responsabilidad está en el poder civil en los que presionan resultados a como dé lugar.
-¿Usted cree que en Colombia existe democracia?
-Qué democracia puede haber en un país en que a los opositores los matan por la simple razón de serlo. O qué democracia puede haber en un país en que la participación electoral no llega ni al 50 por ciento. O qué democracia hay en un país con tanto atraso y pobreza, que contrasta con las sobradas posibilidades y recursos de los más pudientes.
Chávez es un duro
¿Usted que opina de Chávez?
Es un duro. Es el ejemplo de que si se puede cuando hay la decisión, inclusive desafiando el poder de la potencia más importante del planeta.
¿Usted cree que los militares deban participar en la política?
Sí. Hemos sido mejores que los politiqueros de siempre, allí donde nos han dejado actuar.
-¿Usted es de derecha o es de izquierda?
-Soy colombiano, que aspiro a que la derecha y la izquierda trabajen por el porvenir de nuestro país y para resolver los problemas de la miseria y el atraso, que no tienen color político.
-Pero la izquierda ha demostrado que tiene mejor instinto que la derecha en este sentido…
-Esperemos a que lo demuestre. En Colombia debe demostrarlo.
-¿Usted cree que en Colombia el pensamiento bolivariano pueda dar lugar a un movimiento revolucionario de masas como en Venezuela?
-Bolívar mueve multitudes. Está más allá de los conceptos de izquierda y de derecha. En el pensamiento bolivariano está el futuro de nuestro país. Puede mover montañas y estimular verdaderas revoluciones sociales democráticas y pacíficas.
-¿Usted respalda el actual proceso de paz con el ELN?
-Claro que sí, pero la verdadera paz la alcanzaremos el día que se pacte con las FARC. Lo demás son pasos insuficientes, casi que adornos para decir que se tiene política de paz.
-Hace algunos meses le escuché eso mismo a un general en retiro…
-Es que así es, sin las FARC no se puede hablar de paz en Colombia.