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NO a todo en la Consulta

«Consulta cojuda»

Fuentes: Rebelión - Imagen de Pavel Egüez

“…y de tiempo en tiempo, le pone al Ecuador, en unas

circunstancias de lo más paupérrimas, de lo más

críticas. Le pone en condiciones cojudas, claro, que sí,

en condiciones en las cuales el presidente se hace el cojudo

y el resto de ecuatorianos tenemos que soportarle

que se haga el cojudo o quiere hacernos los cojudos”.

Fragmento del artículo de Francisco Herrera Arauz «Ecuador ¡NO! sabe qué hacer con la consulta conjuda»[1]

            El rótulo  de estas líneas lo vale, pero le pertenece a Francisco Herrera Arauz y él tiene su relato explicativo en su programa digital Ecuadorinmediato y este jazzman tiene el suyo. Vamos por el final: hay que responder NO a todas las preguntas o perdemos la República. El pesimismo enrarece el ambiente social. La otra respuesta convierte al Ecuador en un país-plantación o plantación-país. Es decir, vivir el presente con las escamosidades del siglo XIX. El costo de la cojudez ciudadana sería infinito. Demasiado para esta y las próximas generaciones. Esta consulta impopular es mucho más que un chorro de chistes agrios. En pocos años, vergüenza y asombro pesarán en el ánimo y la conciencia de la gente ecuatoriana. Ahora mismo, las bromas pesadas se estarán procesando como humor despiadado, en las Américas, por aceptar esta clase de preguntas. Absurdidad roñosa sin tecnicolor. Así pues,  ¿Qué si queremos ser la hierba que pisotearán las grandes potencias durante sus disputas? ¿Qué si queremos que la gente de barrio adentro no tenga ninguna posibilidad de ser candidato o candidata en elecciones a cargos públicos? ¿Qué si queremos ser provincias-plantaciones eligiendo solo mayorales? O, ¿si queremos aprobar los caprichitos gubernativos de Roy Gilchrist para medio satisfacer la angurria de su grupito social con un documentito remedo de Constitución? Esas son las verdaderas ideas de las preguntas de la consulta cojuda.

            Tonto, bobo, estúpido, menso son algunos sinónimos de cojudo en la tabla periódica de las inhumanas torpezas. Por ahí circula el Manual del cojudo cósmico de Sofocleto[2]. Para que no hayan malos entendidos él aclara: Es un libro para todos los que alguna vez dijeron sí… cuando debieron decir “déjame pensarlo bien”. Es válido, y bastante, para estos días, porque el triunfo electoral de “los canallas que nos roban la ilusión[3] será imposible por los escasos minutos de reflexión colectiva para decir ‘NO’, porque deben ser imprescindibles. O inevitables. La cojudez no es epidemia, maldad divina o defecto de nación, para nada, se soluciona pensando comparativamente. Pensando críticamente. U observando las evitables catástrofes del entorno social ecuatoriano: las barriadas de la desesperanza, la ruralidad jodida en un pesimismo irremediable, sectores juveniles pensando huir del país y la gritería del pentecostalismo rapaz acusándonos de pecadores impenitente y por eso el castigo. Y después de aquello que aún nos quieran ver cara y alma de cojudos y cojudas…

            Esta pregunta es de cogollo: ¿cómo se logró cojudear a segmentos de la ciudadanía ecuatoriana para el harakiri electoral? Las dudas se conectan unas con otras y las respuestas no satisfacen, porque la cojudez más audaz responde con increíble rimbombancia intelectual. En otras circunstancias las carcajadas castigarían esos ensoberbecimientos, pero ahora después del pasmoso boquiabiertismo, queda cierta irritación residual combinada con lástima desesperante. No son tiempos para el humor fino. Porque, caramba, “es una Constitución[4] hecha para la delincuencia”, lo dicen analistas, universitarios, líderes de diferentes organizaciones y demás. Esta estúpida campaña fue comenzada por la coprofilia mediática hasta saturar mentes (capacidad intelectual) y corazones (gestión emocional). ¿Cuántos años? No sé, pero los resultados para la angurrienta oligarquía son altamente satisfactorios. Sería el país ideal de la avaricia plutocrática: privatización a lo bestia de los bienes públicos, incluida el agua y el IESS, con su librito de dizque constitución en la mano. (Ahí sí sería una Constitución para la clase caníbal en este país equinoccial).

            Son preguntas insólitas para esta ciudadanía del siglo XXI, porque, se supone, que los Amazonas de información vía virtual quizás no nos hace más sabios (y sabias), pero sí bastante más sabidos. O sea más avispados, más prudentes, más previsores y gente que no come falsedades. En definitiva, ecuatorianidad que no se deja cojudear. Ni de chiste. Pero en los últimos años qué ocurrió. Algo se corrompió hasta la derrota colectiva e individual en las batallas semióticas (siguiendo las ideas de Fernando Buen Abad Domínguez). Las ánimas progresistas perdieron rutas y rumbos, color porque no miraron el desastre que creaban los medias oligárquicos sino el dedo que lo apuntaba. A partir del conocimiento, por dentro y por fuera, de las debilidades políticas de la ciudadanía ecuatoriana, por segmentos sociales y por la diversidad étnico-cultural. Agrandaron las limitaciones de los sentidos comunes y convirtieron el racismo en un medio cómodo para aumentar las diferencias sociales. En ocho años este es otro Ecuador. Su hazaña mayor fue convertir a una persona en el depositario de la totalidad de los rencores[5] de una parte del electorado. Al final, Ecuador es el país de la inexactitud o de la falsedad como política de gobierno. Es el país de los trucos aspaventosos de las autoridades gubernamentales, de las prolongadas discusiones partidistas de los efectos y nunca jamás de las causas de los problemas, de inventar culpables hasta del martes 13 y los medios de (in)comunicación encuentran gente crédula, el Gobierno de D. Roy Gilchrist Noboa ha empobrecido muchísimo más a la población ecuatoriana y ha logrado mantenerla en perpetuo momento electoral. ¿Es el de derrota temporal de la bendita zurda? La cojudez popular radicalizada para la desatención de la economía política ecuatoriana (producción, distribución y consumo de los bienes de servicio) por privilegiar la economía de las emociones (alta rentabilización económica y electoral para la oligarquía). Y entonces estamos en aquello que parece el peor de los absurdos políticos: esta consulta cojuda.

Notas:


[1] Ver el programa completo en https://www.youtube.com/watch?v=1beEFYZFw4c&t=72s

[2] Luis Felipe Angell de Lama (Paita, 1926- Lima, 2004). Famoso por su seudónimo, Sofocleto. Fue poeta, escritor y periodista deportivo y político También humorista gráfico.

[3] Yo nací en este país que va
Con alegrías y dolor
Con gente linda
Y con canallas que nos roban la ilusión
Autor: Juan Fernando Velasco Torres.

[4] Se hace referencia a la Constitución de la República del Ecuador, aprobada en el 2008.

[5] Ver el artículo El anticorreísmo empedernido, del autor. Está en https://rebelion.org/el-anticorreismo-empedernido/  

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.