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Corroer la concepción «forma Estado»

Fuentes: Rebelión

La forma Estado, es la medida, la estética y el instrumento táctico en el que lo institucional toma forma de poder. Este puede formar parte del cuerpo social que representa o no; como también no representar al que representa. Desgajado, separado, cercenado, y fundamentalmente deshabituado de los sujetos sociales que dicen representar. La forma Estado […]


La forma Estado, es la medida, la estética y el instrumento táctico en el que lo institucional toma forma de poder. Este puede formar parte del cuerpo social que representa o no; como también no representar al que representa. Desgajado, separado, cercenado, y fundamentalmente deshabituado de los sujetos sociales que dicen representar.

La forma Estado ,es el instrumento de dominación, y, fundamentalmente de poder que utiliza la institución. Lo instituido, no es solo lo jerárquica y legalmente homologado por el régimen de dominación.

Entender la forma Estado desde la perspectiva de lo instituido es lo que nos interesa, porque son sus diferentes aristas lo que queremos (aunque someramente) cuestionar, redescubrir, debelar a la luz de lo acontecido en estos quince años de neoliberalismo en Indo América.

Ensayamos (los que luchamos denodadamente contra el neoliberalismo) densas y complejas tácticas, creemos visualizar objetivos estratégicos donde no los hay, porque hay una densa y compleja concepción que nos resistimos a dejar de lado.

La forma Estado es lo instituido, lo diversamente instituido, pero también, lo perfectamente divisible, lo develado a todos; porque la forma Estado atraviesa las fronteras de nosotros mismos, de los que constituyen el cuerpo social afectado por sus directrices alienantes.

Cuando creemos jugar el ajedrez de piezas rojas, no nos damos cuenta que jugamos desde esa forma instituida, y acá tenemos que pensar el estado como una forma de relación social , no un recipiente , un instrumento, una «cosa.»
Todos sabemos, que esta relación, es capital-trabajo; capital financiero-trabajo, capital productivo-trabajo, capital financiero y productivo-trabajo.

Entonces ¿Quien instituye lo instituido? Estas relaciones sociales; que toman distintas formas burocráticas y jerárquicas en los distintos estamentos de la sociedad y su «representación» Su reproducción, su estética, su instrumentación, se da, conciente e inconscientemente, en todos los estamentos sociales.

Es la forma Estado, sus múltiples reproducciones, su establecimiento como modo y estética organizacional, como única alternativa a luchar contra lo establecido; lo que condiciona a los movimientos antisistemicos, los que han formado a lo largo del siglo pasado sus estructuras organizativas, de manera simétrica a los estados, los ejércitos, las instituciones, del sistema contra el que luchan.

Esta forma Estado, es la que hay que combatir paulatinamente, cuestionar su esencia misma. Es su sistema de unidad, de confrontación divisible, de bloques reconocidos, de isla masiva donde la muchedumbre se hace evidente, donde reside su error implícito. Desarmar su lógica, apelando a la sabiduría de los pueblos, a la indivisibilidad y la dispersión que es lo que lo hará mas vulnerable.

Mientras las relaciones sociales de opresión, capital-trabajo, explotados-explotadores subsistan, permanecerán sus instituciones «instituidas», los representantes de los no representados, dirán, lo que los oídos de los oprimidos, en tanto cultura forma estado, quieren escuchar , labrarán sus actas de acuerdo con el capital , con los invasores de todo tipo , pisotearan las comunidades y sus anhelos, mientras estas esperan , desde su lógica de forma estado , a que estas soluciones sus problemas.

El mecanicismo «marxista» alineo los fenómenos ideológicos con la superestructura, y al ejercicio del poder con la estructura, la manera lineal como se trata el ejercicio de los mecanismos de control social y de castigo, no son meramente aparatos apartados de las partes que conforman el «todo» social, son un sin numero de tejidos y relaciones que tienen su raíz, si, en estas relaciones capital-trabajo, y que por lo tanto encuentran su «reproducción» social , en las instituciones de la sociedad en que estas relaciones se producen.

No son los diputados de las instituciones, instituidas, valga la redundancia, por las relaciones sociales de dominación, como tampoco toda la gama de organismos y aparatos (incluidos los movimientos sociales estructurados de manera piramidal) los que sacaran del atolladero a las masas oprimidas que luchan por sacarse a sus opresores de encima.

Los levantamientos en Argentina, (1) catalogados también por gran parte de la izquierda como espontáneos, desde el noventa en adelante, las luchas ambientales en Indo América, en Argentina por ejemplo la lucha de Esquel contra el proyecto El Desquite de Meridian Gold, se resolvió de manera asamblearia y alimentado la descentralización del mando del proceso, lo que permitió la imposibilidad de control del movimiento y la sujeción a la mirada-control de las instituciones. Por otro lado en Gualeguaychu, la lucha contra las pasteras, dejo al gobierno de Kirchner sin posibilidades de ejercer un control efectivo sobre los asambleístas. Los levantamientos en El Alto en Bolivia,(2) por poner algunos ejemplos , no se resolvieron y generaron desde el parámetro y la concepción forma estado, al contrario , estos ejemplos son la muestra del rompimiento de viejas estructuras y a la ves viejos pensamientos piramidales y verticalistas, de ordenadores y ordenados , mandamases y obedientes; acá el proceso se dio en el tiempo, basándose en interrelaciones, vínculos y lazos estrechos coligados con la solidaridad, la autonomía de decisiones , la forma asamblearia y telúrica(territorialidad) de las decisiones.

Estos levantamientos fueron exitosos,(3) mas que por una directriz emitida por un mando centralizado, orgánico e institucional a la vieja forma, por un ejercicio, en el caso de los levantamientos en El Alto en Bolivia, de democracia directa, sin mediación de representantes , con formas de organización y coordinación resueltas de forma horizontal, generando fuertes vínculos de carácter comunitario, mas que asociativo, descentralizando y rompiendo la lógica mando-obediencia , dispersando y descentralizando, creando territorios y espacios fuera del alcance de los poderosos , lo que dificulto el control social y la creación de una panóptico urbano-político, pero también social y organizativo que sea capaz de aglutinar a las poblaciones bajo una misma mirada -mando. (4)

El éxito de casi todos los levantamientos en Indo América desde los noventa para adelante fue atravesado por este fenómeno, por el rompimiento efectivo con viejos conceptos organizativos y practicas, consonante con la lógica del enemigo.

Hoy Argentina se ve atravesada por cientos de conflictos geoambientales y ecológicos(5), que ponen en peligro la estabilidad biodiversa y las reservas estratégicas de bienes comunes , que servirán a las generaciones venideras , ponen en peligro las reservas de agua de nuestros territorios. Estos son tratados desde la perspectiva económica, las instituciones de la forma estado, tratan por todos los medios y de manera desesperada, de cambiar el eje de la discusión, (6) y de romper con los organismos autónomos y dispersos, basados en la auto articulación a partir de la autoorganización, donde la emancipación del concepto forma estado es la base de funcionamiento de este sistema de defensa que encuentran los pueblos, en su ímpetu y anhelo de liberarse de las garras del opresor.

* Gómez Mederos: Observatorio geopolítico del sur

(1) Cuando cruje el mate .Ediciones Quimantu. Santiago de Chile.

(2) Felipe Quispe. La lucha de los ayllus hoy. Movimiento indígena en América Latina: Resistencia y proyecto alternativo. Fabiola Escárzaga y Raquel Gutiérrez. Universidad autónoma de México. 2005

(3) Dispersar el poder .Raúl Zibechi. Ediciones Quimantu. Santiago de Chile. 2007

(4) R.Gómez Mederos. Notas y borradores. 2007

(6) R. Gómez Mederos. www.rebelion.org 21/12/2007