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Corrupto, genocida y sumiso a los EEUU

Fuentes: COCE-ELN

A las nuevas denuncias sobre corrupción electoral, persecución y exterminio de opositores, hay que sumarle la incondicionalidad del régimen ante los dictados de Trump; lo que deja al desnudo la esencia de este tercer Gobierno de Uribe.

Primero la opinión conoció las denuncias de la congresista Aida Merlano, sobre los 6.000 millones de pesos que entregaron los Clanes Char y Gerlein para la compra de votos a favor de Duque.

Ahora se conocen las interceptaciones en las que Marquitos Figueroa, el principal capo narco paramilitar de La Guajira organiza la compra de votos a favor de Duque, por medio de su socio el Ñeñe Hernández, quienes en charla telefónica expresaron que: “hay que buscar una plata para pasar bajo la mesa para soltarla en los Departamentos”.

A lo que se agrega la denuncia hecha en Ginebra el pasado miércoles, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, por el Informe Anual sobre violación de DDHH en Colombia, que registra el Genocidio de líderes sociales, opositores y ex combatientes, junto al trato de guerra que el régimen propina a la protesta social, ataques que están colapsando el Proceso de Paz.

La reacción contra este Informe ha sido furibunda por parte del ex presidente Uribe y sus seguidores, entre ellos Iván Duque, que lo calificaron de ser una intromisión; uno de ellos pidió expulsar a la ONU del país y el mismo Uribe está exigiendo acabar la JEP; por su parte la Ministra del Interior difama de las víctimas diciendo que, «aquí mueren más personas por robo de celulares que por ser defensores de DDHH”.

La baja aceptación con que cuenta esta administración, la trataron de remendar el pasado 2 de marzo con una improvisada visita de Duque a Trump, cuando todos saben que para éste solo cuenta hacer fumigación con Glifosato en Colombia y mantener al Gobierno de Bogotá como peón de ataque en su plan de guerra regional.

Ante tal realidad, el ELN reafirma su convicción de continuar la lucha revolucionaria mediante el alzamiento armado, reiterando que el máximo objetivo de ella es la paz con justicia social.

Entre tanto, en las calles la sociedad colombiana persiste en su movilización por la paz, justicia social, democratización y soberanía, convencida que su lucha superará el viejo orden corrupto, represivo, anti democrático y anti nacional.