Más del 70 por ciento de la población colombiana considera que en el primer año del gobierno del ultraderechista Iván Duque, la situación política y económica va por mal camino. Hasta hace poco, las banderas de Duque como el cerco diplomático a Venezuela o la salida militar al conflicto con el ELN eran exitosas. Sin […]
Más del 70 por ciento de la población colombiana considera que en el primer año del gobierno del ultraderechista Iván Duque, la situación política y económica va por mal camino. Hasta hace poco, las banderas de Duque como el cerco diplomático a Venezuela o la salida militar al conflicto con el ELN eran exitosas. Sin embargo, después de un año de gobierno, los ciudadanos empiezan a exigir cuentas.
Colombia es un país presidencialista y los niveles de optimismo fluctúan de acuerdo a la imagen presidencial, que alcanzó su nivel más bajo en lo que lleva gobernando: del 27.2 por ciento de rechazo en noviembre de 2018, el pesimismo se disparó llegando al 73.8 por ciento. Claro, entonces el país aún no conocía al mandatario y este no había logrado consolidar el apoyo de su partido, el, uribista Centro Democrático.
La encuesta de Invamer -encargada por medios hegemónicos como la revista Semana, Blu Radio y Caracol Televisión- arroja que la imagen presidencial sigue en descenso, el pesimismo continúa y el desempleo se consolida como el principal problema para los colombianos.
Algunos analistas creen que la caída se debe a que es un gobernante con una mano no tan dura como la de su padrino Álvaro Uribe . Desde el inicio de su mandato, desde el centro y la izquierda política había muchas preocupaciones -hoy confirmada- sobre lo que Duque podría llegar a hacer con el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC..
Un año después del comienzo de su mandato, el rechazo de los colombianos se hace patente en las encuestas, que marcan su caída permanente desde febrero. El bajón de casi seis puntos en su imagen (pasó del 42.7 en febrero al 37 por ciento en julio), puede estar relacionado a la profunda preocupación que tienen los colombianos con el desempleo y la violencia desatada contra los dirigentes sociales, campesinos e indígenas. .
El gobierno siquiera satisface al poder fáctico y el ambiente económico se fue volviendo tenso. Los empresarios cambiaron su optimismo por la preocupación, y los ciudadanos sienten que cada día es más difícil conseguir trabajo: el desempleo se convirtió en el principal problema. La preocupación coincide con la realidad.
Ante duras críticas de la revista británica The Economist (‘El primer año improductivo de Duque»), el expresidente Álvaro Uribe salió en defensa del mandataro, y acusó a la publicación de carece de «objetividad y seriedad» y que se dedica a «maltrat ar» a Duque mientras «tapa» al gobierno de Juan Manuel Santos.
La revista señala varios aspectos que han afectado al gobierno. El primero es que a pesar de que sabía que no contaba con las mayorías en el Congreso y que necesitaría a los independientes -Cambio Radical y Partido Liberal- Duque y el Centro Democrático «han promovido medidas impopulares, malversaron su limitado capital político y no lograron comprometerse».
Señala que la queja constante de los partidos, incluso de aquellos que se declararon de gobierno -Partido Conservador y La U-, es porque estos altos cargos están copados por uribistas, a lo que se suman las pocas iniciativas gubernamentales que se lograron aprobar en la pasada legislatura: Plan Nacional de Desarrollo, ley de financiamiento y la llamada ley TIC.
Quedaron por fuera otras vitales, como la reforma a la Justicia y la reforma Política, promesas de gobierno. « La presidencia de Duque ha sido de hecho menos productiva que cualquiera de los cuatro períodos presidenciales anteriores «, asegura The Economist.
Añade que las encuestas muestran el pesimismo que hay en el país, y la preocupación por la economía y el desempleo. Resalta, además, que con las elecciones locales que se avecinan, el Congreso será «menos colaborativo», así que le recomiendan al presidente Duque que le apueste a las iniciativas anticorrupción y que evite iniciativas «controvertidas o polarizadoras».
Empleo, principal preocupación
En junio la tasa de desempleo continuó con su tendencia ascendente y se ubicó en 9,4%, y en periodo abril – junio de 2019 subió a 10,1%, lo que implica que 2,3 millones de colombianos están sin trabajo.
Según las recientes encuestas, el desempleo bajó de la nómina de las principales preocupaciones temas como la creciente corrupción, la inseguridad y la llegada de venezolanos. Según cifras oficial en el último año se vivió una disminución de los homicidios en un 4 por ciento. La inmigración venezolana fue una realidad novedosa hace un año, pero a la cual se han ido acostumbrando los colombianos.
¿Quiénes son las personas que creen en Duque? La encuesta señala que el presidente es más popular entre quienes tienen mayor edad (55 años o más) y menor nivel socioeconómico. Con el paso de los meses y la radicalización de sus posiciones, ha logrado consolidar el apoyo del 72.1 por ciento de las personas afines al Centro Democrático. Sus críticos están en la Alianza Verde, el Polo Democrático y el Partido Liberal, respectivamente.
Vale la pena anotar que en la medición Gallup publicada en mayo, la imagen presidencial era de 33 puntos, un poco más alta que la actual, pero sólo consideraba las grandes ciudades, donde le va mejor a la imagen presidencial. La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez también ha bajado su imagen positiva, que hoy apenas alcanza el 29% . A pesar de su alta visibilidad, no la conoce uno de cada tres colombianos.
El caso de los ministros sigue difícil problemático. Definitivamente los colombianos no los reconocen. En cuanto a las figuras que no hacen parte del gobierno, la encuesta arroja que ha caído la imagen del excandidato presidencial Sergio Fajardo. La imagen de otros ex candidatos como Germán Vargas y Gustavo Petro se mantiene estable.
Tampoco cambia la percepción que sobre Álvaro Uribe, quien es bien calificado por la mitad de los colombianos y rechazado por el 45 por ciento, cifras en las que se ha mantenido este año. En contraste, Juan Manuel Santos bajó cinco puntos, pasando de un desfavorable de 50 a uno de 55 por ciento, tras ser llamarlo a rendir cuentas en el escándalo de Odebrecht.
Por primera vez, esta encuesta decidió medir a nivel nacional a dos figuras que son muy populares en sus ciudades: el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y el de Barranquilla, Alejandro Char. Los dos tienen en todo el país un reconocimiento mayor que el de los ministros y en la mayoría de regiones su imagen es positiva. Ambos alcaldes han empezado a sonar en las especulaciones sobre los presidenciables.
Militares y falsos positivos
En el caso de las Fuerzas Militares, que desde mayo de 2017 se habían mantenido en el 70 por ciento de imagen positiva, cayó al 66 por ciento (bajando seis puntos desde febrero), y la negativa pasado de 21 a 28 por ciento en el mismo lapso. Esto, sin duda, se debe a los recientes escándalos que ha protagonizado el Ejército.
El primero de ellos, el del eventual regreso de criterios y prácticas militares conducentes a los falsos positivos. El segundo, destapado por Semana, el relacionado con casos de corrupción que llevaron al presidente Duque a llamar a calificar servicios a cuatro generales.
Otro elemento llamativo de la encuesta tiene que ver con Venezuela. Entre los colombianos, si bien Nicolás Maduro sigue teniendo un rechazo generalizado, es cada vez es menor el apoyo al autoproclamado presidente Juan Guaidó.
En febrero, cuando Duque propuso el cerco diplomático contra Maduro y organizó un concierto en la frontera, casi el 70 por ciento de los encuestados defendía su estrategia. Hoy esa cifra se ha reducido casi a la mitad (36,9 por ciento), y la desaprobación de la forma como está enfrentando la crisis pasó del 34 por ciento al 55,5 por ciento en seis meses.
Asomos de xenofobia también comienzan a sentirse en el país: e ntre febrero y julio la opinión desfavorable acerca de los venezolanos que llegan a Colombia aumentó casi diez puntos, pasando del 53,3 por ciento al 62,2 por ciento.
Frente a el conflicto armado y la paz, tres de cada cinco personas siguen considerando que hay que insistir en el diálogo para lograr acuerdos de paz. Aterrizando esa idea al ELN, el 51 por ciento de los colombianos está en desacuerdo con que se haya suspendido la mesa de negociación con ese grupo.
En lo conceriniente al acuerdo de paz con las Farc. Cada vez son más los colombianos que sienten que la implementación de los acuerdos de La Habana no va por buen camino (73.7 por ciento frente a 69 por ciento que así lo creía en julio). El 60 por ciento cree que el gobierno no cumplirá los acuerdos.
Para atacar el problema de las drogas, son más los colombianos que rechazan la fumigación con glifosato (54,6 por ciento) que los que la aceptan 42,8 por ciento)
En términos generales, al gobierno no le va bien en esta medición. Le quedan tres años para capotear con un panorama económico que no pinta bien en Colombia ni en el mundo pero también, para liderar una estrategia que le permita recuperar optimismo, credibilidad institucional y entusiasmo en torno a la figura presidencial, comenta la revista Semana.
Camilo Rengifo Marín, Economista y docente universitario colombiano , analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)