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Baja del precio del cobre

Crimen de lesa patria de la desnacionalización neoliberal

Fuentes: Rebelión

Las páginas económicas de la jauría mediática están instalando en el imaginario colectivo la noción de que el bajo precio del cobre, reducirá el aporte de Codelco a la caja fiscal en alrededor del 50 por ciento en 2015, caso en el cual cuprífera estatal aportaría apenas el 2,2 por ciento de los ingresos totales […]

Las páginas económicas de la jauría mediática están instalando en el imaginario colectivo la noción de que el bajo precio del cobre, reducirá el aporte de Codelco a la caja fiscal en alrededor del 50 por ciento en 2015, caso en el cual cuprífera estatal aportaría apenas el 2,2 por ciento de los ingresos totales del Fisco. Siendo en esencia verdad, y por más que ese enfoque se inscriba en la permanente campaña de desprestigo de Codelco de la prensa neoliberal, es intelectualmente deshonesto omitir de la ecuación a la minería privada.

Lo que esa prensa no dice, es que en 2014, con cerca del 30% de la producción física, Codelco aportó excedentes por US$ 3.033 millones; mientras que el conjunto de la gran minería privada, con alrededor del 70% de la producción física, aportó en impuestos sólo US$ 1.635 millones; esto es, cerca del 50% menos que Codelco, y que la caída de precios en 2015 castigará de modo equivalente los excedentes de Codelco y los impuestos de la minería privada.

Este año el precio del cobre registra una caída del 15 por ciento, lo cual significa que el aporte de Codelco a las arcas fiscales sufrirá un marcado descenso. .

De hecho, la Ley de Presupuestos de 2015 se elaboró bajo el supuesto de que el precio promedio del cobre se situaría en torno a los US$ 3,12 dólares por libra, mientras que durante los primeros seis meses del año, oscila en torno a los US$ 2,75 dólares la libra, a lo cual se suma que el Gobierno ya informó que capitalizará a Codelco con 225 millones de dólares, lejos de los 1.050 millones de la divisa que solicitó para ejecutar su plan de inversiones de 2015.

De esta forma, la recaudación que recibirá el Fisco de Codelco sería de 711.831 millones, es decir, un 40,3 por ciento menos que lo estimado originalmente en la Ley de Presupuesto (1.192.757 millones de pesos) y una caída de 49,4 por ciento real respecto a los ingresos por este ítem en 2014, informó La Tercera.

Si es así, la cuprífera aportaría apenas 2,2 por ciento a los ingresos totales del Fisco, lejos del 15 por ciento que representaba hasta 2014.

No obstante que en 2014 la producción de cobre creció en un 3,1% y que los costos se redujeron en US$ 209 millones, debido al menor precio del cobre, los excedentes de Codelco fueron US$ 856 millones menores que en 2013, alcanzando los US$ 3.033 millones.

De esta forma, asistimos al prodigio que con más producción, se obtienen menos excedentes. Sin embargo, colocados estos antecedentes en perspectiva, no podría haber un sólo economista que pueda sostener que se trata de un resultado sorprendente.

Cuando un país reduce su modelo de desarrollo a la exportación de recursos naturales, no tiene derecho a quejarse, porque la fluctuación de los precios de los mismos es un hecho de la causa. En rigor, lo anómalo ha sido la larga duración del superciclo de altos precios de los recursos primarios, y de hecho hay suficientes señales de que entró en fase declinante.

Esto no lo puede ignorar ningún economista, menos aun los que medran en rededor del cobre. Y la solución no consiste en llorar durante los ciclos de precios deprimidos, sino en invertir los excedentes de los ciclos de precios altos en diversificación productiva. Justamente lo que no hizo la arrogante economía del Chile neoliberal, devenida por las comodidades de la desregulación, en economía rentista.

Pues bien, a esta flagrante falta de previsión y perspectiva estratégica con sentido de país, se agrega la deshonestidad intelectual de omitir las consecuencias del pantagruélico error de la segunda desnacionalización del cobre.

Según el Balance final de la Operación Renta 2015, publicado por el Servicio de Impuestos internos, que como se sabe incluye los impuestos pagados durante 2014, las grandes mineras privadas cancelaron US$ 1.635 millones, 0,2% menos que el año anterior, y US$ 375 por concepto de Impuesto Específico a la Actividad Minera, 14,7% menos que el año anterior.

Para completar el cuadro, de acuerdo al Anuario Estadístico de Cochilco, 1995-2014), la producción física de cobre de Chile durante 2014 fue de 5 millones 749 mil 600 toneladas métricas.

De ese total, Codelco produjo 1 millón 840 mil 700 toneladas métricas, lo que equivale al 31,1%, mientras que la minería privada produjo 4 millones 77 mil 800 toneladas métricas, esto es, el 68,9%.

Para el que no quiera entender, se le puede explicar con manzanas: con el 30% de la producción, Codelco aportó al país el 60,1% de los ingresos provenientes del cobre, mientras que la arrogante minería privada, que produjo casi el 70% del cobre, sólo aportó el 39,9%.

Según la misma fuente, en 2014 la minería del cobre representó el 10,8% del PIB y entregó ocupación al 0,72% de la fuerza laboral del país.

No hay neoliberal en el mundo que pueda explicar cuál es el negocio para Chile con la segunda desnacionalización del cobre. Antes bien, las matemáticas de la economía neoclásica, con su sacrosanta ley de la oferta y la demanda, indican que con la mitad de la producción, pero toda en poder del Estado -como establece la propia Constitución actual- Chile obtendría mucho más; que el precio se estabilizaría en un nivel más alto, y que las reservas de cobre durarían más años.

Hoy en día se puso de moda el lugar común de que no habría recursos para materializar las modestas reformas comprendidas en el Programa de Gobierno de la Nueva Mayoría.

Como hemos intentado demostrar este sucinto análisis comparado de las cifras del cobre, no es que no existan recursos; sólo que se van para otro lado.

La misma falta de voluntad política para cumplir con las reformas, que emerge desde los sectores neoliberales y conservadores de la Nueva Mayoría, es la que ha permitido que este monstruoso atentado contra el interés del país, como es la segunda desnacionalización del cobre de cuño neoliberal, perpetrada por la dictadura y consolidada durante los gobiernos de la Concertación, se haya mantenido en el tiempo.

Independiente de las coyunturas y condiciones políticas, los sectores patrióticos de este país deben mantener en alto las banderas de la recuperación del cobre para Chile, y deben hacerlo en los términos más perentorios posibles, porque por si alguien lo ha olvidado, el cobre es un recurso natural no renovable, y que con el actual nivel de expoliación, no hay para más de treinta años.

Entonces, a Chile sólo le van a quedar los hoyos, la nostalgia, el déficit en la balanza de pagos y los tóxicos relaves.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.