El nuevo presidente chileno buscará impulsar una reforma tributaria y sortear con éxito la aprobación de la nueva Constitución. Lo que tiene por delante para los primeros meses de su gestión.
Estabilizar una economía golpeada por la pandemia, aprobar una reforma tributaria, atender los problemas migratorios en la frontera con Bolivia y bajar las tensiones por el conflicto con pueblos originarios en la Macrozona Sur aparecen como los principales temas que deberá abordar Gabriel Boric a partir de este 11 de marzo.
En paralelo, el nuevo gobierno deberá monitorear con especial atención la discusión de la Convención Constituyente, un proceso que finalizará con un plebiscito convocado, en principio, para septiembre. Esta consulta popular, según los analistas, puede convertirse en un buen termómetro para medir los primeros meses de funcionamiento de la nueva administración izquierdista.
Pero dentro del gobierno de Boric se resumen todos estos problemas en un solo concepto: cumplir con las expectativas generadas en la población.
A comienzos de año, una encuesta de la empresa Cadem mostró que el 46% de los chilenos piensa que al país “le irá muy bien” con el gobierno de Boric. Un 33% considera que el país tendrá un futuro regular y un 16% entiende que le irá mal.
Giorgio Jackson, nuevo ministro de la Secretaría General de la Presidencia, reconoció que en Chile hay una “alta expectativa” respecto al gobierno, “seguramente mayor a la que se vio con otros gobiernos”.
En una entrevista que brindó al periodico uruguayo La Diaria a comienzo de febrero, Jackson dijo que el principal problema a enfrentar en esta etapa es “cumplir las expectativas”. “Navegar en un camino en el que vamos avanzando y mostrando cosas concretas. Que la gente vaya sintiendo que hay un gobierno que cumple, y cuando aparece un obstáculo lo comunica y lo atravesamos junto a la ciudadana. En ese manejo de expectativa hay un problema que vamos a tener que enfrentar”, explicó.
La historiadora y analista Josefina Araos Bralic, por su parte, evaluó que Boric deberá enfrentar además en los primeros meses “conflictos sociales muy agudos” como la crisis migratoria en el norte del país y el problema con los mapuches.
Además, según agregó, el presidente deberá lidiar con las “tensiones” de gobierno. “Además del partido que vaya a jugar la oposición, el propio entorno de Boric puede generar muchas dificultades y lo pueden llegar a tensionar. Pienso en las diferencias que han existido con el Partido Comunista, pero no son las únicas. No hay que olvidar que Boric firmó el acuerdo del 15 de noviembre (de 2019) que abrió el proceso constituyente sin el aval de su partido y eso le generó muchas dificultades interna”, dijo en una entrevista con ARN.
En el parlamento, la bancada de la coalición liderada por Boric, Apruebo Dignidad, contará con 37 de los 155 diputados y cinco de los 50 senadores. Si a estos números se suman los escaños de los partidos que le dieron su apoyo para la segunda vuelta -la coalición de centroizquierda, Nuevo Pacto Social, y otras formaciones de izquierda- alcanzaría los 79 escaños en la cámara baja y los 25 en la alta.
Economía y reforma tributaria
En el área económica, uno de los grandes desafíos es la “estabilización económica”, según sostienen en el nuevo gobierno. “Venimos de períodos con grandes fluctuaciones. Tuvimos una baja del PIB de 6% en 2020 y un aumento de 12% en 2021. Se sobrecalentó la economía y ahora tenemos que estabilizarla para que la inflación no se dispare”, explicó Jackson.
En este marco, una de las grandes apuestas de Boric es aplicar una reforma tributaria progresiva. El objetivo es un “pacto” tributario en el que quienes tienen mayores recursos paguen más, como por ejemplo las mineras y las empresas contaminantes.
El gobierno de Boric buscará en paralelo implementar medidas para liberar tiempo de trabajo a través de una reducción de la jornada laboral para impulsar la equidad; aumentar el salario mínimo y diseñar un sistema de cuidados.
En la previa de la asunción también aparecen señales alentadoras imprevistas. Este lunes 7 de marzo el precio internacional del cobre alcanzó un nuevo máximo histórico en su cotización en la Bolsa de Metales de Londres, impulsado por un avance global de los precios de las materias primas tras la invasión rusa a Ucrania.
Chile es el mayor productor mundial de cobre y el llamado “metal rojo” es el principal bien que exporta el país.
El futuro ministro de Hacienda, Mario Marcel, reconoció que el alza del precio del cobre podría generar recursos frescos para el nuevo gobierno, pero también pidió tomar el dato con cautela. «Al mismo tiempo tenemos un precio del petróleo que está alcanzando previos récords, entonces tenemos que ver cuál es el balance de esas dos cosas. Uno no puede quedarse con una parte de los movimientos de los precios de las materias primas», aclaró.
El conflicto en la Macrozona Sur
La seguridad será otro de los temas clave de la nueva administración. Este punto fue central en toda la campaña electoral, aunque Boric puso especial énfasis en el tema de cara a la segunda vuelta.
Dentro del área seguridad uno de los problemas urgentes es lo que sucede en la Macrozona Sur donde hay un conflicto con los mapuches. Los mapuches exigen al Estado la devolución de sus tierras ancestrales y el reconocimiento de sus derechos tiene décadas. Varios analistas coinciden en señalar que el segundo mandato de Sebastián Piñera estuvo acompañado por un recrudecimiento de la violencia.
También hubo un aumento de la violencia por parte de grupos radicales mapuches (minoritarios en una amplia mayoría de movimientos pacíficos) que implementaron otras prácticas. La que generó más repercusiones fue la quema de camiones que trasladan las cargas extraídas, en su mayoría, de sus tierras ancestrales.
Piñera aprobó el «Estado de Excepción Constitucional de Emergencia» para la zona. Esta medida restringe el derecho a reunión y la libertad de locomoción.
Boric ha planteado una visión diferente. La semana pasada, la nueva ministra del Interior, Izkia Siches, dijo que van a buscar soluciones políticas a los conflictos de la Macrozona Sur de Chile. “Tenemos la responsabilidad de empezar a delinear un camino distinto, pero entendemos que los resultados no serán inmediatos”, señaló.
Ratificó que Boric “no renovará el estado de excepción constitucional en Wallmapu”, que fue extendido por el Congreso, por novena ocasión, el miércoles 23 de febrero. Esta medida rige desde el 12 de octubre y se mantendrá hasta el día del cambio de mando, el 11 de marzo.
“Parte de la humildad de entender este proceso es que hay cambios de estrategia», sostuvo. “Lo hacemos montando una estrategia que conversamos con las autoridades locales”, aclaró.
La analista Araos Bralic evaluó que el nuevo gobierno no la tendrá fácil en este tema. Señaló que cuando se está en el poder se tiene el “monopolio de la violencia legítima” y ahí surgen “dificultades”. Indicó que la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), “uno de los grupos más radicales en la zona de la Araucanía”, ha tratado al nuevo gobierno como “unos progres tontones con quienes no les interesa dialogar. Y además, ya han defendido la legitimidad del uso de la fuerza para defender sus banderas y sus luchas”.
Migración y crisis en al frontera con Bolivia
Otro tema que se agudizó en los últimos tiempos es el de la llegada de migrantes por el norte del país. Se registraron incidentes contra los migrantes y el gobierno de Piñera debió decretar estado de excepción de emergencia. La medida fue prorrogada y estará vigente hasta el 17 de marzo en las regiones de Arica, Parinacota, Tamarugal y El Loa.
La nueva ministra del Interior, Izkia Siches, anunció que la administración de Boric mantendrá la medida. El gobierno apunta a fortalecer la institucionalidad del Estado en la frontera y su política de migraciones.
El camino hacia una nueva Constitución
El primer año de gobierno de Boric también estará marcado por el trabajo de la Convención Constitucional. En julio vence el plazo para que la convención presente su texto que vendrá a sustituir la carta magna aprobada por la dictadura de Augusto Pinochet. Luego, Boric deberá convocar a un plebiscito, previsto en principio para setiembre, para que se vote a favor o en contra de ese texto.
En diciembre de 2021, cuando se reunió con integrantes de la convención, Boric dijo que ese organismo contará con “todo” su “respaldo institucional” y prometió un “trabajo mancomunado”.
El futuro mandatario sostuvo que no espera «en ningún caso una Convención partisana, una Convención al servicio de nuestro Gobierno porque no es lo que corresponde”.
“Aunque el gobierno y la constituyente son carriles diferentes, sus destinos están bien atados. Está tan claro que el propio Georgio Jackson, que es una de las figuras más cercanas a Boric, reconoció que ellos necesitan a la nueva Constitución aprobada para emprender con éxito su gobierno. Así de atados están sus destinos. Sin embargo, ellos no pueden controlar lo que pase dentro de la Convención y ese es un punto bien crítico, que hay que ver cómo se procesa”, evaluó Araos Bralic.
El gobierno que asume este 11 de marzo reconoce que algunos temas importantes en su agenda, como la reforma de la salud, la reforma de los derechos sexuales y reproductivos y el impulso de algunas normas laborales, corren el riesgo de ser consideradas inconstitucionales bajo la actual Carta Magna.