¿Crisis? ¿Qué crisis? O al menos eso debe preguntarse el Sr. Amancio Ortega, propietario de Inditex y de la firma Zara, que en los últimos tres años ha visto casi triplicar su patrimonio hasta convertirse en la 3a gran fortuna a nivel mundial. O bien la Sra. Alicia Koplowitz cuya SICAV Morinvest, la mayor del […]
¿Crisis? ¿Qué crisis? O al menos eso debe preguntarse el Sr. Amancio Ortega, propietario de Inditex y de la firma Zara, que en los últimos tres años ha visto casi triplicar su patrimonio hasta convertirse en la 3a gran fortuna a nivel mundial. O bien la Sra. Alicia Koplowitz cuya SICAV Morinvest, la mayor del Estado español, ha aumentado su patrimonio en un 16%, del 2010 al 2011. O los directivos de Seat que se subieron el sueldo, el año pasado, un 60%.
Los ricos no están en crisis y no es previsible que lo estén. Así, al menos, lo asegura el Informe Riqueza Global 2012, que acaba de publicar Credit Suisse. En el Estado español, el número de millonarios crecerá en los próximos cinco años un 110%, doblando la cifra actual, y alcanzando las más de 600 mil fortunas. Unos pocos viven de rentas, mientras la mayoría de mortales estamos preocupados en cómo llegar a final de mes, pagar el alquiler o la hipoteca, encontrar empleo, costear los estudios…. Los de arriba nos pasan la factura de la crisis mientras siguen con sus negocios. ¿Cómo es posible?
Uno de los «truquillos» utilizados por quienes más tienen son las SICAV, Sociedades de Inversión de Capital Variable, donde dichos millonarios colocan su capital y sólo tributan un 1%, frente al 30% y al 25% de las grandes empresas y las pymes respectivamente. Un negocio redondo. De este modo, en los últimos dos años, el patrimonio de las cinco mayores SICAV ha crecido un 11%. Pero no se le ocurra a usted, «avaricioso» lector, una inversión de este tipo, para hacerlo necesita un patrimonio inicial de 2,4 millones de euros. Ni por asomo, a su alcance. Quienes más tienen, menos pagan, más ganan.
Puerto Banús (Marbella), la ciudad con más tiendas de lujo por metro cuadrado del mundo, y repleta de turistas ingleses y rusos ansiosos por comprar, tampoco está en crisis. El sector del lujo en el Estado español vio aumentar, en 2011, sus beneficios en un 25%. En el paseo de Gracia en Barcelona o en la calle Serrano en Madrid, Yves Saint Laurent, Prada, Dolce, Valentino, Louis Vuitton… se disputan el mejor espacio. El glamour no sabe de recesiones.
¿La crisis le provoca dificultades y angustias? Será porque se equivocó de oficio. Algunos se lo pasan en grande. Vea sino lo que decía un tal Alessio Rastani, agente de bolsa independiente en la City londinense, en septiembre del año pasado, en una entrevista a la BBC: «Soy un operador financiero, a mí no me preocupa la crisis. Si veo una oportunidad de ganar dinero, voy a por ella. A la mayoría de los especuladores no nos preocupa cómo arreglar esta situación. Nuestro trabajo es ganar dinero con esto (…). Tengo que confesar que me voy a la cama cada noche soñando con una nueva recesión. ¿Por qué? Hay mucha gente que no lo recuerda pero la depresión de los años 30 no fue solamente el crash de los mercados. Había gente preparada para ganar dinero con ese derrumbe». Más claro imposible.
Mientras, la mayor parte de la población somos cada día más pobres. Salarios bajo mínimos (y aún gracias), paro en números rojos, y precios en aumento. El poder adquisitivo ha caído en picado, situándose en cifras de 1985. Con estos datos, no es de extrañar que hoy uno de cada cinco hogares se encuentre en «situación de riesgo».
La desigualdad social hace estragos. «Ricos más ricos y pobres más pobres» ha dejado de ser una consigna para convertirse en una cruda realidad. El Estado español encabeza el ranking de la desigualdad en la Unión Europea, con el mayor diferencial entre las rentas altas y las rentas bajas. Nos han recortado, desahuciado, estafado, despedido y, en definitiva, robado. Y aún tenemos que leer titulares que dicen «Los millonarios españoles engrosan sus fortunas durante la crisis». Por favor, esto no es una crisis es una estafa.
*Artículo publicado en Público, 18/10/2012.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.