Los gobiernos de Venezuela y Colombia están enzarzados en torno a las circunstancias de la detención del miembro de la Comisión Internacional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Rodrigo Granda, alias Ricardo González, el pasado 13 de diciembre. Según el gobierno colombiano, el miembro de las FARC fue detenido en territorio colombiano y […]
Los gobiernos de Venezuela y Colombia están enzarzados en torno a las circunstancias de la detención del miembro de la Comisión Internacional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Rodrigo Granda, alias Ricardo González, el pasado 13 de diciembre. Según el gobierno colombiano, el miembro de las FARC fue detenido en territorio colombiano y según el venezolano Granda fue secuestrado en Caracas, lo que supone una violación de la soberanía de este país y la legislación internacional, en lo que algunos han considerado el resurgimiento de la Operación Cóndor puesta en práctica por las dictaduras del Cono Sur en la década de los setenta.
Intentemos analizar los datos que se conocen al margen de simpatías o animadversiones por alguno de esos gobiernos y de posicionamientos previos ante el grupo insurgente colombiano.
Las declaraciones de mayor rango de ambos gobiernos son las del presidente venezolano Hugo Chávez afirmando el 10 de enero que Granda «fue secuestrado aquí en Caracas, y de aquí lo llevaron por tierra hacia Cúcuta, sin duda alguna» por un lado, y las del ministro de Defensa colombiano Jorge Alberto Uribe quien afirmó que «la policía colombiana, con respecto a este caso Granda, no ha violado ni la soberanía ni el territorio venezolanos. Esto queda muy claro y ratificado por mí», dijo el ministro de Defensa.
También, este mismo ministro afirmó textualmente a la agencia BBC el 7 de enero que » la información de nuestra Policía Nacional indica que la captura fue realizada en exclusiva por nuestros efectivos y en territorio colombiano (…)», «Para nosotros es muy clara la información, obtenida desde el primer día a través de nuestra policía, que nos merece total crédito. Esta captura fue realizada en territorio colombiano, en la ciudad de Cúcuta», reitera.
Veamos la información de que se dispone. Sobre el momento detallado de la detención, las versiones oficiales procedentes de Colombia son las siguientes:
15 de diciembre: el general Jorge Daniel Castro, comandante de la Policía Nacional, anuncia la captura de Granda por sus hombres en una calle de Cúcuta el día anterior. Se le detuvo poco después de ingresar desde Venezuela en esa ciudad, capital del noreste departamento de Norte de Santander, afirma. El anuncio sorprendió a muchos periodistas en Colombia, pues un día antes distintas fuentes oficiales les habían informado que estuvieran atentos a una «muy importante» captura de un guerrillero de las Farc en Venezuela. Incluso, en la propia página web del ejercito colombiano se encuentra publicado un teletipo firmado por Caracol Noticias y AFP afirmando que la detención se produjo el 13 de diciembre.
16 de diciembre: fuentes de la Policía de Cúcuta aseguran que la captura del miembro de las FARC se hizo en un hotel de la ciudad.
17 de diciembre: ante la contradicción de ambas versiones evidenciada en los medios de comunicación, la Policía de Cúcuta informa que fue en una calle, pero cuando iba a entrar en un hotel.
6 de enero: el comandante de Policía del Norte de Santander, coronel José Humberto Henao Castaño, dice a la televisión Caracol Noticias que la captura se realizó en La Prada, un corregimiento de Cúcuta.
Existen, por tanto, tres versiones diferentes de una captura que la sitúan en dos días distintos, todas ellas procedentes de la policía colombiana. El diario El Tiempo pregunta sobre la filmación del momento de la detención, práctica rutinaria en este tipo de operaciones, y se le responde que no existe. Este mismo diario, el de mayor tirada y de línea informativa oficialista, tan oficialista que uno de sus propietarios es el vicepresidente del gobierno colombiano, afirma que «las contradicciones de la Policía crecen con las afirmaciones de fuentes del alto gobierno colombiano, que después de la captura reconocieron a un pequeño grupo de personas, en voz baja, que la detención se había producido en realidad en Venezuela».
Mientras tanto, a principios de enero el semanario colombiano Cambio desempolva unas declaraciones del presidente colombiano Alvaro Uribe a Hugo Chávez en una conversación que mantuvieron en su primer encuentro en noviembre del año 2002: «si alguien de su gobierno llega a proteger a un guerrillero colombiano en Venezuela le aseguro que nos metemos más allá y sacamos al terrorista».
Por su parte, ¿qué pruebas tiene el gobierno venezolano de que la detención y secuestro se realiza en Caracas? Las primeras afirmaciones en ese sentido proceden del director del periódico Voz y miembro de la Comisión de Notables que medió en las conversaciones entre el gobierno colombiano y las FARC, Carlos Lozano, y de las declaraciones del propio Rodrigo Granda. En ellas se señalaba que la detención se hizo el lunes 13 en la puerta de cafetería del centro de Caracas a plena luz del día, cuando el líder de las FARC se encontraba reunido con un periodista.
El nombre del periodista se hace público a los pocos días. Es el colombiano Omar Roberto Rodríguez, colaborador de Le Monde Diplomatique, y concede entrevistas a multitud de medios detallando su testimonio sobre lo sucedido. Reconoce que no vio cómo secuestraban al miembro de las FARC, pero sí confirma que estuvo con él en una cafetería de Caracas minutos antes de que desapareciese el 13 de diciembre, fecha y hora en que la policía y el gobierno colombiano señalan como de la detención. A las 15:55, reunidos ambos en la cafetería próxima al metro Bellas Artes, Granda recibe una llamada al teléfono celular, se levanta de la mesa, sale al exterior y desaparece. En la mesa queda su bolígrafo, una caja de Marlboro y el encendedor. Tres días después, el periodista ve en la televisión cómo la policía colombiana anuncia la detención en Cúcuta, Colombia. Las imágenes muestran a Granda con la misma ropa que llevaba puesta el día de la entrevista. El periodista de Le Monde Diplomatique se pone en contacto con el gobierno venezolano y les informa de lo sucedido.
Omar Roberto afirma no ver cómo es secuestrado Granda, pero sí lo vio Abel González, un vendedor de frutas que se encontraba en la zona de los hechos. «Dos hombres entraron al café y de pronto salieron con otro señor (se supone que Granda), agarrado por los brazos, pero caminando, sin forcejeo ni violencia, pero lo tenían bien agarrado. Entonces lo montaron en una camioneta verde con franjas grises y salieron rápido», declararía el vendedor a la prensa. Una versión que coincide con la de José Pinilla, el camarero de la cafetería, quien declaró a la revista colombiana Semana: «Sólo recuerdo haber visto un alboroto a las puertas del cafetín porque metieron a la fuerza a un señor en un carro. No me acuerdo de más nada».
Por otra parte, según la información que posee el gobierno venezolano, el registro de llamadas por el teléfono móvil de Granda demuestra que su detención se produjo en Caracas y que luego fue llevado a Colombia. El ministro de Interior venezolano Jesse Chacon detalló el pasado 11 de enero que en el seguimiento del teléfono celular de Rodrigo Granda se comprobó que se activó el día 14 a las diez y veinte minutos de la mañana en la carretera hacia Santa Ana del Táchira, es decir cerca de la frontera de Venezuela con Colombia y próximo a la localidad colombiana de Cúcuta, lugar donde, según la policía colombiana dijo haberlo detenido el día anterior a las siete de la noche.
El ministro colombiano no ha dejado de señalar que la captura se hizo en Colombia y que no se ha violado la soberanía de Venezuela y afirma que se está utilizando la vía legal de recurrir a la INTERPOL para pedir la colaboración de la policía de otros países en la detención de los perseguidos por la justicia colombiana.
He aquí otra irregularidad por parte del gobierno colombiano. Granda no tenía ninguna orden ni solicitud para la INTERPOL en las fechas de su detención. El jefe de Estado venezolano reveló que «la INTERPOL de Colombia introdujo en el sistema internacional a Rodrigo Granda el domingo 9 de enero», 25 días después de la detención.
Decenas de personas pueden atestiguar la presencia de Granda en Venezuela los primeros días de diciembre. Presencia, con documentación legal o no, que no pone en compromiso a las autoridades venezolanas porque no había ninguna orden de detención contra el colombiano en esas fechas. Yo mismo lo entrevisto el día 5 de diciembre en Caracas, quizás la última entrevista publicada antes de la detención. Ya esos días, el periodista Hernando Calvo Ospina y otros amigos colombianos me confirman la existencia de un comando colombiano que está buscando secuestrar a Rodrigo Granda. Esta es, por tanto, la crónica de un secuestro anunciado. Que cada uno juzgue que gobierno miente y cuál dice la verdad.