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Cuando el actual ministro de Educación participó en un diálogo con Fidel Castro

Fuentes: Crónica Digital

El episodio es revelador de las opiniones políticas que entonces sostenía el secretario de Estado y del extraño modo en el que, a veces, se intenta escribir la historia.Mientras se desarrollaba la movilización de los estudiantes secundarios, «La Tercera» publicó el 4 de junio un perfil de Zilic, al cual describió como «hombre moderado (…) […]


El episodio es revelador de las opiniones políticas que entonces sostenía el secretario de Estado y del extraño modo en el que, a veces, se intenta escribir la historia.

Mientras se desarrollaba la movilización de los estudiantes secundarios, «La Tercera» publicó el 4 de junio un perfil de Zilic, al cual describió como «hombre moderado (…) pero de decisiones». Y consignó que «su carácter decidido quedó claro cuando en 1971 le preguntó a Fidel Castro (…) por la situación de los católicos en Cuba, lo que generó la molestia del Mandatario cubano».

Exactamente la misma información fue publicada en otro perfil del secretario de Estado que el 11 de junio apareció en el Portal «Terra», pero con un significativo detalle: «el mismo Zilic se encargó de recordar» el episodio en la forma relatada por «La Tercera». La historia sobre la pregunta y la supuesta molestia del líder cubano fueron entregadas «según cuenta el ahora ministro». Y dio un dato adicional: afirmó que Fidel Castro «lo invitó a visitar su país».

Vamos a los hechos históricos.

CONCEPCION 1971

Durante su primera visita oficial a Chile, Fidel Castro efectivamente sostuvo un diálogo con los estudiantes de la Universidad de Concepción el 18 de noviembre, ocho días de su llegada al país.

Zilic fue el segundo estudiante que habló, en representación de la Democracia Cristiana Universitaria. Es importante considerar la situación que entonces vivía la colectividad de la flecha roja. Unos meses antes se había escindido el sector «tercerista», que originó la Izquierda Cristiana, denunciando la creciente convergencia electoral con la derecha, que significaba -a su juicio- que renunciaba al programa de reformas antiimperialistas y anticapitalistas enarboladas con la candidatura de Radomiro Tomic, de la que había sido principal soporte.

Sin embargo, no todo el sector progresista abandonó el PDC, en gran parte influidos por la decisión de Tomic en tal sentido y además porque la colectividad ratificó su proyecto de un «socialismo comunitario», alternativo al «socialismo estatista», advirtiendo que su oposición al Gobierno de la UP no era equivalente a una defensa del orden capitalista.

Así por ejemplo, un «Documento de Capacitación» de la Juventud Demócrata Cristiana, publicado en mayo de 1972, señalaba que «somos socialistas porque estamos dispuestos a arrebatar el poder a los capitalistas para que lo tomen los trabajadores». Agregaba que «rechazamos la democracia liberal, forma de legitimación en el poder de las oligarquías capitalistas» y subrayaba que «sólo por una vía revolucionaria» era posible lograr el «socialismo comunitario». Entre los cuatro autores estaba una joven Soledad Alvear.

A continuación, transcribimos textualmente la pregunta de Martín Zilic, conforme a lo reproducido en el libro «Cuba-Chile», publicado en 1972 por el Comité de Orientación Revolucionaria del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. También tenemos a la vista la prensa de la época.

«Comandante Fidel Castro: Los cristianos en América Latina desde hace muchísimos años han comenzado una lucha frontal para liberar a su pueblo de la dominación del imperialismo norteamericano. Nosotros sabemos que en Cuba los cristianos aportaron lo mejor de ellos a la Revolución. También sabemos que muchos la traicionaron.

«Antes de formularle la pregunta, quiero citar una frase del Che (Guevara): ‘Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el verdadero revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor. Todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo y de movilización’.

«Pero, comandante, usted bien sabe que son muchos en América Latina los que repiten quejumbrosamente que aquellos valores han sido traicionados en Cuba después de la instauración de un régimen marxista. Repiten que los cristianos han sido relegados a un segundo plano o marginados de Cuba.

«Nosotros, los jóvenes demócratas cristianos, queremos que usted nos diga cuál fue la participación de los cristianos en la Sierra Maestra, en los albores de la Revolución, y cuál es hoy su participación -como cristianos y como cubanos- en la construcción del socialismo».

El lector puede calibrar si estas palabras se ajustan a la imagen de un «decidido» Zilic, que se habría «enfrentado» a Fidel Castro con una (supuestamente) incisiva pregunta en cuanto a la situación (en general) de los católicos en Cuba.

En verdad, el joven democristiano habló de la «lucha frontal» contra «la dominación del imperialismo norteamericano», citó a Ernesto Che Guevara, la inquietud que manifestó era específicamente respecto a la participación de los cristianos «en la construcción del socialismo» en Cuba, asumió que muchos de ellos «traicionaron» a la Revolución en los primeros años y no asumió como propias las críticas en contra del proceso cubano, advirtiendo que eran sostenidas por otros y en forma «quejumbrosa».

En la prensa de la época, absolutamente nadie interpretó las palabras de Zilic como una señal de protesta. Estos reportes consignaron, en cambio, que esta intervención terminó con algunas pifias y gritos de «¡Puerto Montt!», aludiendo a las muertes de pobladores de esa ciudad en 1969, en las postrimerías del Gobierno de Eduardo Frei Montalva. El propio Fidel tuvo que preguntar: «¿Qué quiere decir eso de Puerto Montt?».

No hemos encontrado evidencia alguna que el líder cubano se hubiera molestado… De hecho, hubiera sido muy extraño que así hubiera ocurrido, atendiendo las respetuosas palabras de Zilic, que más bien demostraban una enorme cantidad de coincidencias con la Revolución Cubana. Peor aún: tampoco existen indicios que Fidel Castro invitara al joven democristiano a visitar a Cuba: de hecho, en la respuesta que dio no existe alusión alguna a esa supuesta propuesta.

RESPUESTA DE FIDEL

Fidel Castro comenzó su respuesta a Zilic con una precisión: «El movimiento de lucha de los cristianos en América Latina no data de ‘hace muchísimos años’, sino es más bien un fenómeno reciente (…) que nosotros apreciamos y saludamos y lo vemos como un acontecimiento altamente positivo. Pero es un fenómeno reciente».

Al respecto, explicó que «los elementos religiosos, los factores religiosos no jugaron un rol como tal en el proceso revolucionario cubano o, digamos, en la fase de la lucha por la conquista del poder», más allá del respaldo general del pueblo cubano, al margen de sus convicciones religiosas. Indicó que la Iglesia Católica se encontraba estrechamente vinculada a los grupos sociales dominantes de la Isla, los cuales «utilizaron el problema religioso como instrumento político de resistencia a la Revolución». No obstante, dijo, «nuestra Revolución nunca se caracterizó por el anticatolicismo, el anticristianismo ni por ninguna forma de antirreligiosidad».

Luego se refirió ampliamente a la irrupción de «corrientes revolucionarias» en el mundo cristiano. «Nosotros saludamos, vemos con simpatía y apreciamos extraordinariamente el movimiento que se ha desarrollado en los últimos años en el seno de los cristianos. Y consideramos que tiene un gran valor en el camino de la liberación de nuestros pueblos y en el camino de la lucha revolucionaria. Ese movimiento hay recibirlo con respeto, con satisfacción y es nuestro deber de revolucionarios alentarlo», concluyó.

Este fue un tema recurrente de Fidel Castro en esta visita a Chile. En su encuentro con los estudiantes de la Universidad Técnica del Estado, el 29 de noviembre de 1971, dijo: «Nosotros vemos el papel de los cristianos revolucionarios, de la Izquierda Cristiana: ganar a esas masas numerosas de obreros, de campesinos, de estudiantes, de hombres y mujeres humildes del pueblo a la causa de los intereses de sus patrias, a la causa de los intereses de los humildes y de los explotados. Y será un servicio extraordinario al movimiento revolucionario».

Como ya señalamos, en Concepción no encontramos ni una señal de molestia de Fidel Castro frente a la pregunta de Zilic y ni siquiera una insinuación a visitar la Isla.

El hecho es aún más misterioso, pues en aquel diálogo de la Universidad de Concepción hubo efectivamente un estudiante que formuló una pregunta incisiva a Fidel Castro, con una conducta «decidida» y explícitamente confrontacional… Fue el representante de la Juventud del Partido Nacional (PN), que intervino en el debate al rato después que Zilic.

Señaló: «Usted visita nuestra Universidad y usted ha pedido preguntas y se las vamos a hacer. Le decimos a usted, señor Fidel Castro, que nos interpreta en su lucha en la Sierra Maestra y su partida como nacionalista sin compromisos con el socialismo marxista. Señor Fidel Castro: nosotros en este momento no estamos de acuerdo con usted, sabiendo que en la guerrilla de Sierra Maestra estuvieron con usted trabajadores y estudiantes de diversos partidos y movimientos políticos cubanos. Le preguntamos: ¿qué razones ha tenido usted, señor Fidel Castro, para que en Cuba no haya elecciones libres como en Chile?».

La prensa consignó que las pifias y los gritos de protesta comenzaron en el momento que fue presentado el estudiante, impidiendo que pudiera hablar. Sin embargo, el propio Fidel Castro acalló las pullas: «¿Qué quieren ustedes? ¿Qué yo no tenga contradictores aquí?»… Cuando escuchó la pregunta, el líder cubano no se molestó con el joven: por el contrario, lo valoró por tener «el valor de venir aquí» y hacer su pregunta. Al final de su respuesta, le dijo: «Te han criticado algunos, pero yo te apoyé. ¿Por qué? Porque aprecio y respeto a la gente que tiene el valor de venir y discutir».

A continuación… Fidel Castro invitó a este joven derechista a Cuba. «Yo te propongo lo siguiente: que organices un viaje a Cuba, te metas en todas las fábricas, en todos los sindicatos, con los campesinos, con los estudiantes, y les hagas a ellos la pregunta de por qué en Cuba no hay elecciones», manifestó.

En resumen: la pregunta de Martín Zilic a Fidel Castro mostró a un joven democristiano que compartía, en forma «decidida», los contenidos antiimperialistas y «no capitalistas» que el PDC sostenía en aquella época (en la esfera del discurso), pretendiendo disputar a la izquierda las banderas del cambio social. Nadie se enteró de la supuesta molestia del líder cubano y menos de una invitación a Cuba.

El único con la «decisión» de confrontar a Fidel Castro fue un estudiante de la Juventud del Partido Nacional, quien fue efectivamente invitado a visitar la Isla. La razón: tuvo el coraje de ser honesto. Algo que también debiera ser valorado en estos tiempos.


El autor es periodista y Director Periodístico de Crónica Digital