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Cuando el economicismo neoliberal esconde una realidad que ahoga

Fuentes: www.elclarin.cl

Un interesante artículo de Eduardo Andrade Bone , que intenta mirar la situación chilena desde las perspectivas de las candidaturas presidenciales, se encierra en el campo exclusivo de la economía y del desempleo. Eso no sería malo pero, como se viene discutiendo y denunciando hace ya mucho tiempo, evita hablar «de lo que no se […]

Un interesante artículo de Eduardo Andrade Bone , que intenta mirar la situación chilena desde las perspectivas de las candidaturas presidenciales, se encierra en el campo exclusivo de la economía y del desempleo.

Eso no sería malo pero, como se viene discutiendo y denunciando hace ya mucho tiempo, evita hablar «de lo que no se dice» y que infiere en mayores miserias y riesgos sociales que se trata de esconder las mentiras y delirios de grandezas de sus gobernantes.

La represión actual contra el pueblo Mapuche ha ido adquiriendo caracteres cada vez más violentos, con agresiones a las comunidades, sitio y asalto de estas mismas, tortura de los presos «detenidos preventivamente» bajo la ley anti-terrorista que el gobierno ha prometido terminar con su firma en varios tratados internacionales que no respeta. Peor aún, el gobierno se niega a buscar soluciones que incluyan al pueblo Mapuche (y otros pueblos originarios) porque su ceguera neo-liberal no le permite ver. Peor, fomenta la destrucción de tierras y del medio ambiente para pingues ganancias de quienes lo sostienen. Ha elegido la represión y «llevarla hasta el nivel que sea necesario», como lo dice y hace el ministro del Interior, Pérez Yoma. Nadie del gobierno, presidenta incluida y candidatos presidenciables de todos los tipos dice o hace algo diferente. Van desde el silencio de la Concertación gobernante por veinte años y de la dizque izquierda electoral, hasta llamar directamente por mayor represión por parte del bien llamado especulador y oportunista Piñera que quiere tener el problema resuelto, -y que ya lleva 500 años-, para lo que el asegura será «su elección».

Hay muertos: todos claramente identificados y causados por la intervención cada día más armada y más indiscriminada contra todo el pueblo Mapuche y contra quienes apoyen los derechos humanos en este país del fin del mundo. Los muertos son jóvenes y sus asesinos miembros de la policía militarizada. El gobierno y los beneficiados por la represión usan una «Justicia Militar» que no es justicia sino procesos de impunidad absoluta que absuelve a todos y a cada uno de estos asesinos. Esta JM se rige por el principio de disciplina militar y respeto al rango y, como es manejada por oficiales que no son abogados, ya podemos imaginar su verdadera intención… El gobierno que prometió derogarla ante las Naciones Unidas miente vergonzosamente ante Chile y ante el Consejo de Derechos Humanos recién reunido en Ginebra, diciendo «que no es usada». Y eso es una desvergüenza total. Chile ha creado un Apartheid en el que todo ha sido incluido: {{Salud}}: los heridos por la represión van a los centros de salud y allí los detienen para continuar golpeándolos; Educación: las peores condiciones educacionales, la imposición de un idioma y exclusión del propio, conceptos ajenos al pueblo Mapuche y un abandono escolar enorme; {{Economía}}: el pueblo Mapuche es activamente discriminado por falta de educación, sus ingresos son del orden del 50% del mínimo en las zonas de mayor concentración de su población; {{De exclusión}}: nada de lo que el gobierno hace, hasta la «creación» de un Ministerio de Asuntos Indígenas (recién establecido a la carrera antes de terminar su período), respeta el principio de inclusión propiciado para el trato con los pueblos originales; Finalmente, es colocado ante un {{empobrecimiento dramático}}: el pueblo Mapuche llega, realmente, cerca de los 2 millones de personas (un gran grupo, que por sentirse segregado y abusado niega su identificación real ante el establecimiento social) y tiene hoy menos del 6% de la tierra que tuviera en 1825 -último tratado que juraba respetarles sus tierras- cuando su población era de menos de 200.000! Agreguemos encima la represión que es la ley del día.

Bueno si este no es un problema económico mayor que el del desempleo actual, un problema de crisis que se quiere ignorar, de represión y de exclusión premeditada y creciente, entonces quiere decir que Chile es efectivamente el país donde no se dice lo que se debe decir. Excepto que el pueblo Mapuche ha dicho {{basta!}} Esto es un Apartheid, un gueto que aumenta y del que ningún candidato habla de modo significativo sobre él… Los Lonkos -autoridad propia del pueblo Mapuche- han pedido dialogar y ser respetados: la Presidenta y sus Ministros los ignoran, irrumpen con más represión que queda impune. Hoy son también niños y mujeres los heridos. Los Lonkos exigen respeto y fin a esta guerra de exterminio social que se les ha impuesto. Chile se acerca en su silencioso culpable a un baño de sangre.

Por eso, el artículo sobre «desempleo y elecciones» es sólo interesante (y bastante discutible). No toca problemas mayores, y, desgraciadamente hace eco de una colusión del silencio que termina siendo la venda que lleva al país a una confrontación muy seria y vergonzante. El pueblo Mapuche representa más del doble de lo que son las cifras de desempleo, mañosamente manejadas por el gobierno y por los «gurus» de las finanzas, para beneficio de los pocos chilenos que promueven represión y de los inversionistas que siguen destruyendo el medio ambiente a todo el vapor de la represión. Se habla de economía y no se menciona que el problema es político y de tipo mayor. Chile es una país de exclusión y sin equidad, con una Constitución que permite que suceda lo que Pinochet impuso y se hace aún porque así lo prefieren quienes controlan el mundo dominante de los que se creen dueños del país.

http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=18630&Itemid=48