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Cuando los Estados Unidos nos ofrecen ayuda

Fuentes: El Siglo

Firmó Chile con Estados Unidos, en el marco de la visita del presidente Obama, un acuerdo titulado «Memorando de entendimiento y cooperación relativa a la utilización de energía nuclear con fines pacíficos». Todo ello, en medio de la controversia desatada dramáticamente por la catástrofe nuclear en Japón, país de parecida sismicidad a la que tristemente […]

Firmó Chile con Estados Unidos, en el marco de la visita del presidente Obama, un acuerdo titulado «Memorando de entendimiento y cooperación relativa a la utilización de energía nuclear con fines pacíficos». Todo ello, en medio de la controversia desatada dramáticamente por la catástrofe nuclear en Japón, país de parecida sismicidad a la que tristemente ostenta Chile.

Los profusos argumentos en favor de este convenio van desde que se trata solamente de un traspaso de conocimientos, formación de cuadros, etc., y una acumulación de antecedentes y elementos para tomar la mejor decisión, lo que no ocurriría «antes de unos cuatro o cinco años».

Sin perjuicio de que nuestra experiencia nos muestra sobrados ejemplos de grandes proyectos que no esperan las aprobaciones oficiales, ni mucho menos los informes medioambientales, para «iniciar» trabajos que al ostentar millonarias inversiones se hacen prácticamente inatacables, hay otras consideraciones que el buen sentido aconseja tomar en cuenta.

Nos ofrece Estados Unidos de Norteamérica una cooperación que tiene bases sólidas, pues bien debe reconocérsele su maestría en las materias nucleares.

Traspaso de conocimientos, adiestramiento de profesionales y técnicos especializados, son parte del precioso arsenal que contempla este «intercambio».

Y caben algunas preguntas: ¿se dará esta cooperación entre los Estados Unidos y Chile sobre otra condición que la «base de datos», los modelos de instalación y producción de la energía nuclear para fines pacíficos que no sean los imperantes en los propios Estados Unidos? ¿O será alguien tan ingenuo que pensará que el presunto vendedor nos desplegará el amplio abanico de los diversos «modelos» que hoy compiten en el mercado?

Dicho en otras palabras, si en algunos años llegaran a instalarse en Chile generadores en base a energía nuclear, ¿a quién le compraríamos las patentes, las instalaciones, los insumos? ¿Con quién estableceríamos los indispensables contratos de asistencia técnica, revisión, mantención y adquisición de repuestos, etc., etc.?

¿No es acaso el gobierno de los EEUU -como otro cualquiera del mundo capitalista, por lo que no estamos infiriendo ofensa alguna- un agente de negocios de las grandes corporaciones de su país?

Si usted se propone comprar un automóvil y va a una escuela de conductores de la Ford, aprende con un modelo Ford y se familiariza con la «línea Ford», ¿no es natural y perfectamente explicable que al momento de comprar lo haga usted en alguna concesionaria Ford? ¿Y que en todo su proceso de «instrucción» se haya hecho todo lo posible –y legítimo, por cierto, dentro de las reglas de la compra-venta– para convencerlo a usted de que su mejor elección será «Ford»?

Una vieja película de Hollywood nos muestra una escena en que la Asamblea General de Naciones Unidas se enfrenta a una votación crucial para los bloques entonces existentes a nivel mundial: el occidente capitalista y el campo socialista. Se ha producido un empate y en tan dramático momento se levanta una tímida mano y una voz temerosa dice: -Señor Presidente: mi país no ha votado.

Interrogado sobre a qué país representa, el presidente de la desconocida nación la identifica y se comprueba que efectivamente tiene derecho a voto y, lo que es más: a definir un conflicto de dimensión planetaria.

Mientras la completa Asamblea General se halla expectante ante la decisión del hasta ese momento desconocido primer actor del drama cósmico, su representante -interpretado por el genial actor Peter Ustinov- se levanta presuroso y al llegar corriendo a su automóvil que lo espera a las puertas del solemne edificio, le ordena angustiadamente al chofer: -Rápido al aeropuerto, antes que los Estados Unidos nos ofrezcan ayuda…  

– Editorial del semanario El Siglo del 25 de marzo de 2011. www.elsiglo.cl