Queridos amigos y camaradas, Hoy nos damos cita en esta plaza, como cada año, el 11 de septiembre, para rendir homenaje al Presidente Salvador Allende y a los miles de chilenas y chilenos – nuestros compañeros de lucha – asesinados, torturados, espoliados y desterrados por la dictadura civico-militar de Pinochet y sus esbirros. Pero también, […]
Queridos amigos y camaradas,
Hoy nos damos cita en esta plaza, como cada año, el 11 de septiembre, para rendir homenaje al Presidente Salvador Allende y a los miles de chilenas y chilenos – nuestros compañeros de lucha – asesinados, torturados, espoliados y desterrados por la dictadura civico-militar de Pinochet y sus esbirros. Pero también, como cada año, aprovechamos esta siniestra fecha para hacer un balance del estado de nuestro país. Se trata de una mirada profundamente comprometida, aun cuando la distancia y los años la despojan de toda pretensión vanguardista y de toda tentación de protagonismo.
Cuarenta y dos años han pasado desde el Golpe de Estado de 1973 y del trágico final del Presidente Allende. Cuarenta y dos años después de la condena a muerte de la esperanza democrática y del brutal término del movimiento popular de comienzos de los años setenta. Más de cuatro décadas más tarde, henos aquí rindiendo homenaje a nuestros muertos y denunciando el inmovilismo y la complicidad de aquellos que en lugar de arrancar de raíz la herencia pinochetista se contentan con maquillarla y eternizarla. Los parches y los remiendos hechos a la Constitución dictatorial de 1980, aun vigente, no han cambiado su profunda naturaleza reaccionaria, revanchista e inegualitaria. El Neoliberalismo y la economía de libre mercado impuestos a través de la violencia y el salvajismo de las fuerzas armadas golpistas siguen favoreciendo al segmento más rico de la clase patronal chilena y condenando a la pobreza a vastos sectores de la población. La economía sólidamente encadenada y enmarcada por la Constitución pinochetista, no ha cambiado de un ápice y permanece perfectamente la misma, irremediablemente intacta en todo lo que concierne la creación y la distribución de la riqueza y la prohibición impuesta al Estado de controlar y arbitrar sus mecanismos.
Esa es la razón por la cual nuestra Asociación une sus fuerzas a todos aquellas y aquellos que luchan en Chile y en el exterior por la derogación pura y simple de ese despreciable instrumento legal y su reemplazo por una nueva Constitución nacida de una Asamblea Constituyente democrática y participativa.
Las empresas dejadas libres y sin mayor control gracias a la leyes neoliberales de la dictadura, se mueven cómodamente por nuestro territorio – como un zorro en el gallinero – saqueando nuestros recursos naturales, empobreciendo el patrimonio colectivo y el de sus habitantes, condenando gravemente el porvenir de las generaciones futuras. Ahí está el pueblo mapuche despojado de su agua, de sus tierras y de sus bosques ancestrales, en nombre la libre empresa. Ahí están los habitantes de Caimanes y los campesinos del valle de Huasco privados del agua de sus ríos por las grandes empresas mineras…Exigimos la protección ecológica del territorio y de la población chilena.
Durante estas cuatro décadas, los jóvenes chilenos han sido educados en la mentira y la disimulación. La verdad oficial que se les ha enseñado es que la Izquierda chilena de los años 60 y 70 buscaba el caos y la violencia cuando en realidad nosotros sólo aspirábamos a los mismos objetivos a los que aspiramos hoy : justicia social, igualdad y democracia integral. Debemos revertir esa versión de la historia haciendo desaparecer las leyes mercantiles que rigen la educación. Para ello la educación debe ser laica, gratuita y de excelencia, no sólo para un puñado de hijos de papá sino para las nuevas generaciones en su conjunto.
Esta misma versión de la historia nos muestra como «violentistas» y extremistas que no merecemos indemnización por los sufrimientos e injusticias de las que hemos sido víctimas. Por ello, quienes administran la herencia pinochetista vetan todo mejoramiento de las indemnizaciones miserables con las que vivimos «a medio morir saltando». Nuestra asociación apoya y seguirá apoyando la lucha por indemnizaciones dignas y por el tratamiento justo que se nos debe.
Pero hay cosas aun más graves: El hecho de privilegiar el mundo del dinero y del negocio, pone los cargos parlamentarios a la disposición del que mejor paga, debido al altísimo costo de las campañas electorales. Eso pone el ejercicio del Poder entre las manos del gran empresariado que financia partidos y candidatos de diferentes tendencias .Ahí tenemos la estafa de PENTA, holding estrechamente ligado a la UDI, a Piñera y a la extrema derecha. Pero también está SOQUIMICH, empresa de propiedad del ex yerno de Pinochet, que ha financiado a diversos partidos y representantes políticos, incluidos a miembros del actual gobierno o directamente ligados a la Nueva Mayoría. Eso se llama CORRUPCION y una administración democrática y supuestamente progresista no puede permitirlo. Frente a estos crímenes y delitos exigimos Verdad y Justicia.
Cuarenta años después de ese siniestro 11 de septiembre de 1973, queremos afirmar nuestras convicciones socialistas y democráticas
· ¡Adelante con la Asamblea constituyente!
· ¡Indemnizaciones justas y dignas para todos los ex presos políticos!
· ¡Solidaridad activa con los pueblos originarios, en especial con el Pueblo mapuche!
· ¡Luchemos por una Educación LIBRE y GRATUITA!
· ¡Defendamos la tierra el agua y el aire de Chile y del Mundo!
AEXPPCH-France
Paris, 11 de septiembre de 2015