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Cuatro años después del 15M, la ciudadanía sueña con el poder

Fuentes: Reuters

Una semana antes de las elecciones municipales de 2011, miles de personas salieron a las calles de toda España para reclamar una democracia más participativa. Bautizadas como el 15M por el día en que nacieron, esas movilizaciones ciudadanas que muchos preveían fugaces fueron el germen de un cambio social que este año se plasmará en […]

Una semana antes de las elecciones municipales de 2011, miles de personas salieron a las calles de toda España para reclamar una democracia más participativa.

Bautizadas como el 15M por el día en que nacieron, esas movilizaciones ciudadanas que muchos preveían fugaces fueron el germen de un cambio social que este año se plasmará en las urnas.

Cansados de una élite que entendían que desoía sus demandas en plena crisis, los ciudadanos se organizaron por barrios de todo el país, pasando el asociacionismo del 14,3 por ciento en 2006 al 22 por ciento seis años después, según la Encuesta Social Europea.

«Lo que hay ahora no sólo es una oleada de indignación como fue el 15M, sino un segundo paso más maduro de mucha ciudadanía dispuesta a implicarse para que las cosas cambien, eso es un oportunidad maravillosa», dijo a Reuters la exactivista social Ada Colau, hoy candidata a la alcaldía de Barcelona.

Colau ha cambiado la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, nacida en 2009 para ayudar a familias desahuciadas por impago de la vivienda, por Barcelona en Comú (BEC), proyecto que sería el más votado en la capital catalana, según un sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas.

Al igual que BEC, decenas de agrupaciones de ciudadanos descontentos aspiran a ocupar escaños en los ayuntamientos de las principales ciudades españolas, en uno de los momentos de mayor cambio político desde el fin de la dictadura.

«No será fácil, no somos ingenuos, no se hará en dos días, los procesos de cambio necesitan tiempo, habrá resistencias. Pero tenemos lo más importante: mucha gente dispuesta a implicarse», dijo Colau.

Ese cambio a nivel municipal lo han vivido ya algunas localidades como Torrelodones, un pueblo madrileño de poco más de 22.000 habitantes regido desde hace cuatro años por vecinos que cambiaron la reivindicación por el sillón municipal.

«Hay que tener muy claro el proyecto y un equipo profesional, tener muy claro que venimos temporalmente y que no buscamos réditos», dijo a Reuters la alcaldesa de Torrelodones Elena Biurrun.

La expublicista de 40 años madre de dos hijos presume de haber abierto el ayuntamiento a los vecinos, volcando en una web todos los gastos, y haber pasado de un presupuesto de 40 a 25 millones de euros, prescindiendo entre otras cosas de coche oficial o dietas.

UN REFLEJO DE LA REALIDAD DEL PAÍS

Aunque el número de interesados en política cayó después de la Transición a la democracia en los 70, la motivación ha crecido desde 2006 hasta situarse ligeramente por encima de la media de los países del entorno, según la Encuesta Social Europea de 2012.

«Los españoles han sido muy desafectos con la política, pero eso está cambiando, porque hay otras opciones y porque nos hemos dado cuenta de lo importante que es en nuestras vidas», expolica la profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III Gema García Albacete.

Ese interés, señala la académica, ha ido de la mano de una mayor desconfianza, especialmente de los jóvenes, hacia las instituciones, en medio de constantes escándalos de corrupción y drásticos recortes sociales.

En este contexto, las agrupaciones ciudadanas no sólo han proporcionado ayuda a pequeña escala a los más desfavorecidos, sino que han sido claves en procesos judiciales contra políticos sospechosos de corrupción como el exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato.

«Desde el 15M y las asambleas de barrio se ha creado un tejido asociativo que no ha habido antes en España y que se mantiene», afirma la politóloga.

El descontento se reflejó en las elecciones europeas de hace un año, cuando Podemos, un partido fundado por profesores universitarios ligados al 15M, logró 1,2 millones de votos y comenzó a erosionar el bipartidismo Partido Popular-Partido Socialista Obrero Español.

«El 15M dijo que acabaría con el bipartidismo y la ciudadanía lo está haciendo (..) Es un poder que hemos recobrado muy importante y está en todas las elecciones. Es un espacio para cambiar realmente las instituciones», explica Simona Levi, fundadora de la plataforma de cultura alternativa X.net.

NO HAY VUELTA ATRÁS

El auge de formaciones como Podemos y Ciudadanos ha marcado ya la agenda de los partidos tradicionales, que han dado tímidos pasos para una ciudadanía que reclama más democracia, transparencia y participación.

«Esas medidas de regeneración de los principales partidos se han hecho muy lentamente y de manera muy escasa, lo que ha llevado a un interés por los nuevos, algo impensable hace cuatro años», dijo a Reuters el profesor de sociología de la Universidad Autónoma de Madrid Josep Lobera.

En estos cuatro años también han surgido nuevos medios de comunicación y se ha incrementado el ciberactivismo, factores cuya capacidad de influencia pueden ser determinantes a la vista de un porcentaje de indecisos en los comicios del domingo que el CIS calcula entre un 31 y un 47 por ciento.

De la elección final de esos indecisos dependerá también la fuerza de Podemos y Ciudadanos para negociar posibles pactos que según los expertos demostrarán si ambos partidos mantienen sus premisas idealistas, lo cual será determinante con vistas a las elecciones generales de este año.

«No va a desaparecer ni Ciudadanos ni Podemos ni las plataformas ciudadanas, puede haber refundaciones o fusiones porque estamos en un momento muy volátil, pero esas bases sociales que se han divorciado del PP y el PSOE difícilmente van a volver a un sistema anterior», añadió Lobera.

Fuente: http://es.reuters.com/article/idESKBN0O70T120150522?sp=true