Cuba ha vivido, vive y vivirá en un permanente Girón frente a las continuas y arreciadas agresiones perpetradas en su contra por EE.UU., desde el mismo inicio de su revolución el 1 de enero de 1959.
Al cumplirse este 19 de abril el 64 aniversario de la derrotada invasión mercenaria de Playa Girón (Bahía de Cochinos), la isla caribeña continúa enfrentado las embestidas de Washington y triunfando ante cada una de ellas.
Pero las administraciones de turno de la Casa Blanca siguen sin aprender la lección de su humillante primer revés en América Latina, en 1961, y persisten en su frustrado empeño de rendir a la mayor de las Antillas y derrocar así su proceso revolucionario.
Incontables han sido y son las acciones de EE.UU. contra Cuba para lograr su propósito, desde el criminal bloqueo económico, comercial y financiero que le impone hace 65 años, arreciado en los últimos tiempos, hasta hechos terroristas e intensas campañas mediáticas.
Con el retorno al Despacho Oval del presidente Donald Trump, en enero pasado, su régimen fallido parece seguir siendo abofeteado por el pueblo del decano archipiélago del Caribe, que resiste y vence a su mal vecino poderoso del norte.
Trump y su corrupta y desprestigiada camarilla volvieron a incluir a Cuba en la ilegal lista de Washington de países patrocinadores del terrorismo, y protagonizan una infame campaña de desprestigio de la colaboración que presta la isla en las esferas de la salud, la educación, las ciencias y el deporte en numerosas naciones del mundo.
A esa conducta hostil de la Casa Blanca, la mayor de las Antillas responde hoy con firmeza, recordando, que igual a lo sucedido en Girón, Trump y sus empleados de poca monta, entre ellos el perverso secretario de estado, Marco Rubio, serán derrotados y terminarán en el basurero de la historia, como sus predecesores.
Mas de una decena de mandatarios estadounidenses y sus ejecutivos, no han podido arrodillar a Cuba, y por supuesto no será el actual, ni los que vengan después, quienes lo consigan. Habrá Girón para todos los que lo intenten.
La nación caribeña es rebelde por naturaleza y nunca se dejará pisotear, lo ha demostrado en múltiples ocasiones, y además cuenta con el respaldo mayoritario de la comunidad internacional, y la solidaridad de los pueblos del mundo.
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