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Dando batallas que aún no están perdidas

Fuentes: Rebelión

Cualquier intento de entender la democracia sin tener en cuenta su relación con el capitalismo es dudoso. A pesar de que habitualmente se equipare el capitalismo -o el eufemismo de los mercados libres- con la democracia, una y otra cosa siguen siendo proyectos distintos, con tensiones muy fuertes entre sí que pueden desencadenar un conflicto […]

Cualquier intento de entender la democracia sin tener en cuenta su relación con el capitalismo es dudoso. A pesar de que habitualmente se equipare el capitalismo -o el eufemismo de los mercados libres- con la democracia, una y otra cosa siguen siendo proyectos distintos, con tensiones muy fuertes entre sí que pueden desencadenar un conflicto directo. Robert W. McChesney (2013)

 

Les copio los pasos finales de la nota 19 de Manuel Sacristán a la biografía de Gerónimo. El título: «Genocidio conseguido o frustrado». Léanla cuando tengan un momento.

El paso que quería recordar:

«[…] La ley Roosevelt ha tenido buenos efectos, sobre todo al principio de su vigencia, pero no ha impedido la implantación del poder, estatal y federalmente apoyado por los blancos, de jefes indios más o menos envilecidos por el sistema económico-social vigente. El comportamiento de los consejos oficiales sioux cuando la acción de Wounded Knee, hace un par de años, es un buen ejemplo de lo que son esos órganos de autogobierno.

Cuando se quiere hacer una balance del intento de genocidio de que han sido objeto los indios norteamericanos se puede decir que ese intento se ha frustrado, también por lo que hace a los apaches, pero al mismo tiempo hay que recordar a aquellos para los que no se frustró.

Los que consiguieron sobrevivir no están desapareciendo. No llegan (1970) a ser ni la mitad de los que presumiblemente eran al llegar los europeos, pero están multiplicándose más deprisa que el resto de la población estadounidense, incluidos los negros, los «soldados-búfalos», que decían los indios.

Por último, los indios por los que aquí más nos interesamos son los que mejor conservan en los Estados Unidos sus lenguas, sus culturas, sus religiones incluso, bajo nombres cristianos que apenas disfrazan los viejos ritos. Y su ejemplo indica que tal vez no sea siempre verdad eso que, de viejo, afirmaba el mismo Gerónimo, a saber, que no hay que dar batallas que se sabe perdidas. Es dudoso que hoy hubiera una consciencia apache si las bandas de Victorio y de Gerónimo no hubieran arrostrado el calvario de diez años de derrotas admirables, ahora va a hacer un siglo.

Unas cifras sobre los apaches: en 1970 se contó a unos pocos y sueltos individuos apaches lipanes y quiovas, 1.000 apaches jicarillas, 8.000 apaches occidentales y 1.100 apaches chiricahuas y mezcaleros».

Así, pues, hay que dar batallas que se sabe perdidas y, sobre todo, hay que dar batallas que aún no se han perdido y que merecen nuestro apoyo y solidaridad (No se me escapa: sé que es fácil hablar y más fácil aún hacerlo desde la distancia y con la comodidad de una silla, un ordenador y una conexión a la red).

Eduardo Garzón lo ha expresado así [1]. Copio sus notas finales:

«[…] Ahora bien, que nadie piense que el drama griego ha acabado. Ya han sido convocadas importantes manifestaciones y huelgas en contra del acuerdo firmado con la troika, y en el interior de Syriza la oposición es tan grande que ya ha dimitido uno de sus diputados, siendo previsible que no sea el único en los próximos días. Los posibles escenarios que se manejan hablan de un nuevo gobierno de «unidad nacional» conformado por el ala más moderada de Syriza y diputados del PASOK y Nueva Democracia, o incluso de nuevas elecciones generales».

Permanezcamos atentos y activos, apunta Eduardo Garzón, porque esto no ha acabado. Desde luego que no.

 

Notas:

[1] http://www.lamarea.com/2015/07/14/por-que-tsipras-ha-aceptado-las-salvajes-condiciones-de-la-troika/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.