El nuevo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), Daniel Gedda, invita al gobierno a sintonizar su agenda política con las demandas de los movimientos sociales. Asimismo, respalda la iniciativa de abrir farmacias populares en las comunas y califica a la exitosa huelga del Registro Civil e Identificación como un ejemplo […]
El nuevo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), Daniel Gedda, invita al gobierno a sintonizar su agenda política con las demandas de los movimientos sociales. Asimismo, respalda la iniciativa de abrir farmacias populares en las comunas y califica a la exitosa huelga del Registro Civil e Identificación como un ejemplo para los trabajadores. El dirigente estudiantil acusa a los grandes empresarios de atentar contra el bienestar de la población mediante la colusión económica y el estímulo a la corrupción de la política, para mantener sus privilegios.
Daniel Gedda Nuño (22), es estudiante de 4° año de derecho. Fue abanderado de la lista de Izquierda «Crecer» y milita en la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), fuerza política que surgió en 2011 al fragor del movimiento estudiantil de ese año. Es hijo del documentalista Francisco Gedda y sobrino del periodista, poeta y músico Máximo Gedda Ortiz, dirigente del MIR, asesinado en 1974 por la Dina.
¿Qué opina la UNE del gobierno de la presidenta Bachelet?
«Tenemos una visión crítica. Ha sido incapaz de concretar sus propias iniciativas y su programa vació de contenido las demandas sociales. Este gobierno carece de voluntad transformadora, intenta dejar a todos contentos. Al tratar de hacer eso, da la espalda a sus partidarios y termina sumido en la improvisación. Solo podemos ser críticos ante un gobierno como el actual. Dudamos que alguna vez tuviera un genuino deseo de cambiar la penosa realidad que estamos viviendo. Intenta hacer transformaciones de espaldas al pueblo y solo maquilla un modelo que ya no da el ancho porque tiene sumido a Chile en la desigualdad.
Postulamos que las transformaciones se realicen junto a los movimientos sociales. Esta sería la única manera de garantizar la realización de efectivas reformas tributaria, educacional y laboral. Los cambios se deben hacer con quienes inicialmente levantaron las propuestas y no con las fuerzas conservadoras que representan el statu quo .
Ante esta realidad, el camino es la movilización y acumulación de fuerzas desde la base social. Tenemos que levantar una alternativa desde los movimientos sociales que nos permita dar pasos importantes hacia el objetivo de resquebrajar el modelo de dominación y transitar desde un Estado subsidiario a un Estado garante de los derechos ciudadanos. Más allá de la pasividad actual, en algún momento el pueblo saldrá a la calle a exigir esos derechos».
REAPROPIARSE DE LA POLITICA
¿Cómo se puede disminuir la brecha de la desigualdad?
«El Chile actual es una construcción del ideario gremialista, que rechaza la política como actividad transformadora de la sociedad y la separa artificialmente de los problemas de la gente. La política es una actividad reservada a unos pocos, la inmensa mayoría debe vivir su existencia cotidiana fuera de toda proyección. El dogma gremialista afirma que los estudiantes debemos restringir nuestras actividades al ámbito de la educación y esto, desde una visión conservadora.
Para construir un Chile distinto tenemos que avanzar hacia una sociedad con derechos garantizados. Para que eso ocurra hay que abrir una discusión política que hoy está restringida a la elite. Sólo podremos avanzar en la medida en que los estudiantes seamos capaces de integrarnos con pobladores y trabajadores para levantar en conjunto demandas sociales de amplio respaldo. Que el sector estudiantil esté hoy en una posición de avanzada no quiere decir que los otros sectores sociales no estén realizando esfuerzos de articulación importantes. El camino para construir esta alternativa transformadora pasa por cambios cuya inspiración provenga directamente del Chile excluido.
La política debe ser reapropiada en forma directa por todos nosotros. Tenemos dos Chile contrapuestos, uno que es funcional al sistema, y otro vive alienado y alejado por completo de las decisiones que una minoría toma en su nombre».
LA HUELGA DEL REGISTRO CIVIL:
UN EJEMPLO
¿Qué opina del reciente conflicto que enfrentó al gobierno con los trabajadores del Registro Civil e Identificación?
«Fue una lucha que apoyamos. La huelga del Registro Civil fue banalizada por los medios de comunicación que controlan el gobierno, la derecha política y los grandes empresarios. Se aseguró que son trabajadores con altos sueldos y que se quejaban injustamente. Nuestro análisis es distinto: si los trabajadores estatales tienen mejores salarios que otros, se debe a su capacidad de movilización y a su organización. Reivindicamos esas capacidades más allá de las caricaturas que trazó la prensa. Sus formas de lucha son admirables. Movimientos como el del Registro Civil son los que tenemos que construir desde ahora: con trabajadores dignos, que no están dispuestos a ser avasallados en sus justas demandas laborales. Esfuerzos como ese debieran replicarse en otros espacios de la sociedad para salir de esa posición conformista que lamentablemente tienen muchos trabajadores».
¿Cuál es su opinión sobre la colusión de las empresas papeleras y otras?
«Esto ha revelado que el modelo de libre mercado es puro maquillaje. En la realidad, es un sistema que se basa en la codicia y en la acumulación geométrica de riqueza para construir un Chile al servicio de unos pocos. Los grandes empresarios dicen trabajar para que el país crezca y se desarrolle. Pero situaciones como la colusión y la acción corruptora de la política, revelan los verdaderos propósitos y los intereses que impulsan la actividad de ese empresariado.
Ellos quieren mantener las condiciones de desigualdad que vive el país. Ricos y pobres son frutos de este modelo neoliberal, que hace primar el lucro y el interés personal por sobre el bienestar colectivo. El Tribunal de Defensa de la Libre Competencia aplica multas irrisorias, que las empresas incluyen como parte de sus gastos corrientes. No hay arrepentimiento en sus propietarios, en esos empresarios. Estas son operaciones controladas desde los niveles más altos de cada empresa con la finalidad de incrementar las ganancias».
FARMACIAS POPULARES
¿Qué piensa sobre la farmacia popular de la Municipalidad de Recoleta?
«El modelo subsidiario busca alejar al Estado lo más posible de la sociedad para que los privados hagan y deshagan a su gusto. Iniciativas como la farmacia popular de Recoleta demuestran la incapacidad del Estado subsidiario para cumplir su rol de atender las necesidades y derechos silenciados de las grandes mayorías.
Iniciativas como esta son propias de un Estado garante, que asegure derechos básicos a la población. Una farmacia popular puede ofrecer medicamentos a precios módicos y dar así una mejor calidad de vida a las familias de la comuna. Lo que está claro con esta iniciativa es que el Estado subsidiario solo puede ahondar desigualdades y desequilibrios, haciendo que los derechos más elementales no sean garantizados.
Tenemos que avanzar hacia un modelo político, social y económico que asegure esos derechos básicos. En este sentido, la farmacia popular de Recoleta señala un buen camino para reducir la desmedida influencia de empresas oligopólicas que sólo quieren lucrar. Esta iniciativa busca salvaguardar la salud de la población. Por mucho que se esmere la elite política en desvirtuar la idea de farmacia popular, ella demuestra en los hechos la ilegitimidad del actual modelo, que ha sido perfeccionado conjuntamente por la clase empresarial y la casta política. Muestra cómo los empresarios nos pasan por encima y al quedar al descubierto, no les queda más que retroceder. Cuando se develan casos como el de las farmacias, que cobran precios desmesurados por productos destinados a la salud de la población, queda claro que lo que les importa es el interés egoísta de las empresas. Iniciativas como la farmacia popular de Recoleta serán cada vez más frecuentes en el país».
PROCESO CONSTITUYENTE
¿Qué opinión tiene del proceso constituyente?
«Cualquier apertura a un debate constituyente es positiva, porque tenemos una Constitución con muchos cerrojos que restringen la voluntad popular. En los marcos de la actual institucionalidad no tenemos posibilidad alguna de regir de manera autónoma nuestro destino como nación.
Tenemos que avanzar hacia una forma que vaya más allá de los espacios institucionalmente establecidos. La institucionalidad actual no da el ancho para terminar con el modelo de dominación. La voluntad popular debe expresarse en una participación directa y vinculante en la elaboración de la nueva Constitución. Que los cabildos propuestos por el gobierno sean solo consultivos y no vinculantes, es una traba importante. La propuesta de proceso constituyente viene desde arriba, sin asumir que la opinión de cada ciudadano debe manifestarse de manera efectiva, sin restricciones. La correlación de fuerzas actual no es favorable para los partidarios del cambio. Este proceso constituyente podría lograr cierta apertura mediante una mayor movilización social».
LA IZQUIERDA EN LA UC
¿Por qué ganó la Izquierda en la Universidad Católica?
«Chile entero está exigiendo cambios: y la UC no es la excepción. Desde hace años los movimientos sociales buscan respuestas. Ahora los estudiantes tenemos una perspectiva mucho más crítica sobre el país real, que no está funcionando para los sectores más desposeídos.
En 2015 el movimiento estudiantil estuvo volcado hacia sus problemáticas locales y a resolver demandas internas relacionadas con la democratización de los planteles y del modelo educativo. Pero seguimos acumulando fuerzas para que la próxima vez que nos movilicemos, lo hagamos articulados con otros sectores sociales.
No hemos perdido la capacidad de aportar al debate sobre educación e intentamos abrir espacios de diálogo con un gobierno que se niega a realizar esta reforma junto con el movimiento social por la educación. En 2016 seguiremos actuando para conseguir una reforma en que la educación deje de ser un bien de mercado. Apostamos a profundizar la gratuidad, queremos terminar con el lucro en todos los niveles y avanzar en la democracia interna de todo el sistema universitario».
Los empresarios quieren paralizar las reformas con la excusa del estancamiento económico…
«En un país en que el 1% de sus habitantes concentra el 30% de la riqueza, en que más del 50% de la población gana menos de trescientos mil pesos y en que el Estado regala recursos patrimoniales a las grandes compañías privadas, lo que falta no son recursos económicos, sino voluntad política. Si existiera esa voluntad, el Estado podría disponer de más medios para financiar los cambios en educación, en salud y vivienda, avanzando hacia una reforma tributaria en que los ingresos fiscales provengan de un aumento significativo del royalty minero o del impuesto a la renta, y no de tributos regresivos como el IVA.
No son válidas las excusas para posponer las demandas de un pueblo que ha vivido con ingresos miserables durante más de 40 años. No hay argumentos económicos que justifiquen que las pensiones sean apenas de 75 mil pesos o que millones de personas mueran esperando una atención médica.
Que se tilde de ‘radicales’ a quienes queremos avanzar en estas formas elementales de justicia social, demuestra que hay quienes consideran normal la ausencia de derechos sociales básicos. Esos derechos están garantizados desde hace 50 años en casi todo el mundo. Pero todavía en Chile persisten privilegios de una minoría que intenta defenderlos en forma desesperada. Los grandes medios de comunicación responden a conglomerados económicos y financieros y el discurso de estos grupos privilegiados prima sobre el propósito de muchos periodistas de informar de manera veraz y más profesional. Llamo a los profesionales de la prensa a que sigan resistiendo esas presiones».
Publicado en «Punto Final», edición Nº 841, 20 de noviembre, 2015