Una de las consecuencias más brutales de la crisis económica son los suicidios laborales; suicidios relacionados con penosas condiciones de trabajo que han aumentado con los niveles de explotación. Cuando los empresarios hacen caja y despiden, obviamente, aumenta el desempleo, ocasión que aprovechan para rebajar las condiciones laborales (sueldos menores, jornadas más largas, etc.). Esta […]
Una de las consecuencias más brutales de la crisis económica son los suicidios laborales; suicidios relacionados con penosas condiciones de trabajo que han aumentado con los niveles de explotación. Cuando los empresarios hacen caja y despiden, obviamente, aumenta el desempleo, ocasión que aprovechan para rebajar las condiciones laborales (sueldos menores, jornadas más largas, etc.). Esta dinámica llega a ser tan macabra que está haciendo que aumenten los suicidios de trabajadoras y trabajadores que no pueden soportar más el estrés. Y esto está pasando en lugares tan distantes como China, por ejemplo en la transnacional taiwanesa Foxconn fabricante de aparatos como el iPhone de Apple, en Europa, por ejemplo en la también transnacional francesa France-Telecom, o en Estados Unidos, donde los y las trabajadoras que se quitaron la vida en sus puestos de trabajo aumentó casi un 30% al inicio de la crisis; lugares distantes que comparten precariedad laboral.
Cuando los grandes capitalistas no pueden, o no quieren, aumentar sus beneficios invirtiendo en producción recurren a la especulación financiera en los llamados «mercados»; conduciéndonos una y otra vez a burbujas especulativas que explotan sin compasión para la mayoría y para la alegría de unos pocos que se embolsan cantidades multimillonarias. Estos mismos mercados, es decir, los capitalistas que invierten en ellos, no se inmutan cuando mueren trabajadores y trabajadoras en el tajo. Sin embargo, castigan con sarna a la empresa que aumente los salarios de sus empleados frente a una ola de suicidios laborales.
Si los capitalistas en los mercados financieros no paran de ganar dinero y atacar a los y las trabajadoras, en el mercado de la vivienda, como no podía de otra manera, hacen más de lo mismo. Los bancos y cajas son dueños ahora de miles de inmuebles y terrenos que están aguantando a la espera de suban los precios; solo rebajan pisos viejos o de poca calidad. Esto no es nuevo, ya lo hicieron durante la crisis de principios de los noventa. Las consecuencias: miles de personas pierden sus casas, no pueden permitirse alquilar o comprar una vivienda y muchos tienen que volver a vivir con sus padres.
El análisis de los mercados capitalistas, además de enseñarnos las tripas de un sistema financiero construido para enriquecer enormemente a unos pocos a expensas de la mayoría, también muestra claramente cómo los gobiernos, ya sean conservadores (PP) o liberales (PSOE), gobiernan fundamentalmente para los mismos que se hacen de oro en los mercados.
Por ejemplo, analicemos qué ha hecho el gobierno de Zapatero con la política impositiva ahora que anuncia, en medio de sus ataques sin descanso a los y las asalariadas, una próxima reforma fiscal. El PSOE en el gobierno ha rebajado a la mitad lo que las grandes empresas pagan sobre sus beneficios (el tipo efectivo) durante los últimos tres años; ha pasado del 20 al 10% (y era del 23% en 1999). Este regalo multimillonario del PSOE a los grandes capitalistas lo ha realizado mediante beneficios fiscales teóricamente destinados a crear empleo de calidad; obviamente un fracaso estrepitoso, ¡¿o no?!
Además, supuestamente, la rebaja de impuestos para las grandes empresas está destinada a atraer inversiones extranjeras. Pero entonces, ¿por qué el mismo gobierno ha aumentando las exenciones fiscales para estimular a las empresas españolas a instalarse fuera? Y claro, estas ayudas han hecho que las grandes empresas hayan salido masivamente al exterior, donde si sufren pérdidas pueden deducirlas y si obtienen ganancias pueden traer los dividendos sin pagar impuestos. Así que los grandes del Ibex están ganando miles de millones en el exterior y las arcas públicas ni lo notan. Además, cuando la filial en el extranjero se endeuda mediante un préstamo de la matriz española, los gastos financieros de ese préstamo se deducen en la declaración de impuestos de aquí; el resultado: ¡más rebajas de impuestos aunque se batan récords de beneficios!
El gobierno del PSOE ya ha subido recientemente los impuestos a los y las trabajadoras al aumentar tributaciones indirectas como el IVA; a pesar de que, según la Comisión Europea, la carga fiscal de las rentas europeas del trabajo para 2008 era el doble que para las rentas de capital. Veremos por dónde sale ahora la anunciada reforma impositiva pero, visto lo visto, apuesto a que se concentrará en subir el tipo marginal del IRPF en vez de hacer una reforma seria del Impuesto de Sociedades que afectaría especialmente a las grandes fortunas y a las rentas altas.
Pero es que el gobierno del PSOE, además de rebajar los impuestos a los más ricos y las grandes empresas, está regalando dinero baratísimo a los especuladores, los bancos y las cajas de ahorro. A los más de 250.000 millones puestos ya a disposición de las entidades financieras desde el inicio de la crisis a tan solo un 1% de interés, el gobierno ha anunciado ahora que tras las «pruebas de esfuerzo» bancarias habrá más dinero barato, especialmente para la reestructuración de las cajas de ahorro (mediante el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria). Cajas que, al mismo tiempo, está privatizando. ¡Una jugada perfecta para sus amigos!
Supuestamente, las «pruebas de esfuerzo» bancarias estaban encaminadas a aumentar la «confianza de los mercados» en la economía del Estado español y que bajara la prima de riesgo de los bonos de deuda pública. Este objetivo se consiguió durante varias semanas tras la publicación de los resultados, pero diferentes noticias internacionales en pleno agosto (producción industrial y ventas minoristas en China no fueron las esperadas, el crecimiento en Estados Unidos no fue tampoco lo previsto…) terminaron con una huida masiva de capital hacia inversiones seguras (bonos del tesoro americano y alemán, dólar y yen). De nuevo los dueños de los mercados, que nunca se sacian por mucho que Zapatero los alimente, atacaron a los bonos de la deuda pública que repuntaron hasta niveles anteriores a los famosos «test de estrés».
La consecuencia final de toda esta mierda es que cuando la mayor parte de la población lo pasa mal por la crisis, unos pocos tienen cada vez más dinero. El número de millonarios del Estado español (con más de 1.000.000 de dólares) creció un 12,5% en 2009 (son 143.000, según el Informe Anual sobre la Riqueza en el Mundo de Merrill Lynch). Y son más ricos, precisamente, por la subida de sus acciones en las bolsas y por sus inversiones en fondos de alto riesgo, muy rentables ahora que hay crisis. Deben estar contentos los millonarios, pues el banco inglés Citi anunció en pleno verano que tenemos crisis para rato: la economía española volverá a la recesión en la segunda mitad de 2010.
Frente al ‘dar a los mercaderes lo que es de todos’ del PSOE (y del PP, también), demos a los mercaderes y a sus amigos políticos lo que se merecen…
Jesús M. Castillo es profesor del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad de Sevilla y militante de En lucha.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.