Posiblemente no se haya inventado aún la palabra que sirva para describir el ingenio de un artista como David Byrne. Hace casi 30 años este visionario del espacio musical completó la hazaña de conquistar la escena de la vanguardia neoyorquina al frente de una perfecta maquinaria bautizada como Talking Heads (Cabezas Parlantes), que subió al […]
Posiblemente no se haya inventado aún la palabra que sirva para describir el ingenio de un artista como David Byrne.
Hace casi 30 años este visionario del espacio musical completó la hazaña de conquistar la escena de la vanguardia neoyorquina al frente de una perfecta maquinaria bautizada como Talking Heads (Cabezas Parlantes), que subió al podio de la música internacional como una de las grandes bandas de todos los tiempos.
Un título que mantiene hasta hoy cuando se cumplen casi dos décadas de que dijera adiós a los escenarios con la publicación del álbum Naked.
Desde entonces David Byrne (1952), ganador de un Oscar por la banda sonora de El último emperador, de Bernardo Bertolucci, ha desplegado con sabiduría de alquimista una carrera que lo consolida como uno de los más renombrados músicos de culto a nivel mundial. Su incombustible capacidad creativa lo ha impulsado también a desarrollar proyectos de referencia tanto en el terreno de la música como en el de las artes plásticas y visuales.
A fines del pasado año, Byrne volvió a defender su posición de militante por la paz, que lo ha llevado a participar en megaconciertos antibelicistas junto a figuras de calibre mundial como Lou Reed, Laurie Anderson y Moby, entre muchas más.
Su nombre apareció junto al de un amplio grupo de artistas como Neil Diamond, AC/DC, REM, Pearl Jam, Red Hot Chili Peppers, Rage Against The Machine, y James Taylor, entre otros, que exigieron el cierre de la prisión en la ilegal Base Naval de Guantánamo y denunciaron el uso de la música como forma de tortura en esa instalación militar, «una práctica insultante en sí misma, para no hablar del uso de la música», según dijo a este redactor en entrevista exclusiva por correo electrónico.
«A medida que los del público criticamos esta práctica, nuestros representantes se van dando cuenta de que la tortura no es una política que goce de popularidad. El uso de la tortura se legitimó claramente desde los altos círculos hacia la base durante el gobierno de Bush, y fue surgiendo una cultura de complicidad», señaló.
En una ocasión, consideró al ex gobernante George W. Bush como un Midas al revés, «porque arruinó todo lo que tocó». Ahora está esperando que Obama cumpla con una de sus promesas de campaña y cierre la cárcel en la Base Naval de Guantánamo, ocupada ilegalmente en territorio cubano.
«Yo pienso que Obama va a cerrar la prisión; le tomo la palabra. Sin embargo, me doy cuenta de que las fuerzas de la derecha norteamericana se han levantado y están al ataque, y el tiene las manos ocupadas, y está enfrentando cientos de obstáculos irracionales y disparatados».
El bloqueo de EE.UU. contra Cuba es inútil y contraproducente
En 1991 el autor de canciones como Psycho Killer y Once in a Lifetime, desafió el bloqueo al publicar en Estados Unidos bajo su sello Luaka Bop el disco Canciones Urgentes. Los grandes éxitos de Silvio Rodríguez.
No obstante, aclara que no solo grabó la obra de uno de los fundadores de la Nueva Trova, «también otras colecciones: Los Van Van, Celeste Mendoza y muchos otros que eran invisibles en aquel momento en Estados Unidos».
Byrne, quien ha editado también a artistas latinos de altos quilates como la célebre cantante peruana Susana Baca y el brasileño Tom Zé, considera el bloqueo norteamericano como «una reliquia de la Guerra Fría, que no sólo ha sido inútil, sino también contraproducente».
Sabemos que la Florida ha sido un poderoso grupo de presión en este caso y una influencia política a lo largo de muchas décadas, así que el debate racional no es lo que predomina en este asunto. Sin embargo, las jóvenes generaciones parecen tener una mente más abierta, así que hay razones para ser optimistas».
Sobre la posibilidad de un concierto en Cuba afirmó: «Me encantaría, pero pienso que lo difícil sería la parte económica. El año pasado no pude dar conciertos en Brasil, México ni Argentina, plazas donde actúo con regularidad, y todo debido a la crisis económica».
El ex líder de los Talking Heads, banda que puso de cabeza al mundo de la música con su inclasificable mezcla de ritmos que van desde la new wave, el punk, pasando por el pop hasta el afro-funk, retomó hace poco la alianza con uno de sus «hermanos de causa», el legendario artista inglés Brian Eno.
La identificación entre ambos viene desde los días en que Eno, considerado el padre del ambient, participó en la producción de tres emblemáticos discos de la «Factoría Talking Heads»: More songs about buildings and food, Fear of music y Remain in light.
De la unión de estos dos genios musicales nació ahora Everything That Happens Will Happen Today, álbum nominado a la reciente edición de los Premios Grammy, cuyo estilo definieron como una mezcla de «gospel, folk y electrónica».
Música y desafíos -¿Qué hay del David Byrne de Talkings Heads en este disco?
-Escucho un poco de él, quizás más en el sentido estructural que en lo evidentemente audible. Oyendo algunas canciones, como I Fell My Staff y Poor Boy, veo que se sustentan más bien en grooves que en las modulaciones y cambios de cuerda tradicionales. En este sentido estas canciones se parecen más a canciones de Talking Heads, como The Great Curve y Once in a Lifetime.
-Tras su separación, Los Talking Heads se volvieron a reunir por única vez para celebrar su entrada en el Salón de la Fama del Rock and Roll en el 2002. ¿Ha considerado la posibilidad de una nueva unión de la banda?
-Me complace ver algunas de estas re-uniones de bandas, sobre todo por aquellos grupos que no consiguieron atraer grandes cantidades de público en su primera encarnación y tampoco consiguieron ganarse mucho la vida en ese entonces.
Me parece justo que ahora consigan algo del reconocimiento que hubiesen merecido en otra época. Las otras reunificaciones de bandas las considero menos justificadas, pareciera que sólo persiguen el dinero. Yo en lo personal tengo nuevos proyectos en camino y acabo de terminar una gira de un año, así que no siento la necesidad de mirar atrás».
-¿Cree que el punk mantenga en alguna medida los principios contestarios y rebeldes de sus inicios?
-Está claro que mucha música punk nunca llegó al gran público, pero en los años siguientes surgieron muchos imitadores que sí llegaron a esas audiencias, y han sido muy bien asimilados por la industria musical. Es fácil asimilar el sonido de la rebelión adolescente.
Dicho esto, el espíritu de «hágalo usted mismo» que era parte del movimiento sobrevive hoy, aunque los estilos musicales han cambiado. Al principio Eno y yo vendimos nuestro disco a través de nuestro propio sitio web, y lo hicimos sin la participación de ninguna disquera. Otras acciones (más jóvenes) van por un camino similar: están tomando el control de los medios de producción y distribución».
-¿Cómo hace para repartirse entre el David músico y el David artista plástico y visual?
-Fácil: voy en bicicleta a las exposiciones, a los estudios o a las galerías, o a visitar amigos, y luego actúo en un teatro en la noche.
-¿Por donde pasa hoy el principal desafío para David Byrne?
-Nunca aprendí a tocar piano, a no ser con dos dedos, así que esa es una de mis metasâ?? y una colaboración con un joven compositor cuyo trabajo también es un reto y tratar de influenciar a más gente subrepticiamente para conseguir que se animen a andar en bicicleta.