Poco se sabe de las comunidades aborígenes del siglo XXI, tal vez muchos creen que son parte del pasado. Sin embargo, Pascual Pichun Collonao es un joven chileno integrante de la comunidad Mapuche, que sufre las consecuencias de intentar defender los derechos de los Pueblos Originarios en su país. La política de Chile lo sentenció […]
Poco se sabe de las comunidades aborígenes del siglo XXI, tal vez muchos creen que son parte del pasado. Sin embargo, Pascual Pichun Collonao es un joven chileno integrante de la comunidad Mapuche, que sufre las consecuencias de intentar defender los derechos de los Pueblos Originarios en su país. La política de Chile lo sentenció a prisión por lo que tuvo que pedir asilo político en Argentina y desde hace dos años vive fuera de su lugar. En diálogo exclusivo con NOVA nos cuenta cómo es su realidad y acusa a Michelle Bachelet de fingir ser socialista.
-¿Cómo comienza la lucha por las tierras del Pueblo Mapuche en chile?
– La lucha de los pueblos originarios comienza cuando llega Colón a América, esto marca un antes y un después en la historia de los pueblos originarios. Específicamente con los mapuches, se inicia con la conformación de los dos Estados, tanto argentino como chileno, y allí comienza la disputa sobre la posesión de las tierras, que hasta ese entonces era controlado autónomamente por los Pueblos Mapuche.
– ¿Qué sucede con los pueblos originarios a partir de la llegada de los españoles?
– Después de la división de los Estados, viene la invasión, que de este lado la llamaron la campaña del desierto, que fue directamente el exterminio de un pueblo. Del lado de Chile también, o sea, conjuntamente los dos países recurren al genocidio de quienes habitaban las tierras antes de que Colón llegase. A partir de allí, nace el proceso de recuperación de las tierras, antes era el proceso de defensa.
Las tierras que antes eran de los Mapuche, pasan a manos de los colonos y latifundistas que llegaron a América. Sintetizando la historia, en Chile se inicia un nuevo proceso de recuperación a partir de los 80, durante todo ese tiempo el Pueblo Mapuche se había mantenido en bajo perfil, para recuperar la identidad y obtener el reconocimiento como mapuches. Para entonces, muchos integrantes se fueron amoldando a la cultura imperante y abandonaron los pueblos para irse a la ciudad.
El proceso de recuperación se trata de restablecer las tierras que eran de los pueblos originarios y que se los latifundistas ahora explotan. Hasta ahora se sigue con ese proceso.
– ¿Qué gobiernos chilenos criminalizan la protesta de los Mapuche?
– Esta recuperación, trajo obviamente respuesta del Estado, que en la vuelta de la democracia, paradójicamente, cuando asume Patricio Álvarez, y se compromete a legislar por los derechos de los pueblos originarios, por presión también de los propios pueblos. En el año 93 se hace la reforma de la Constitución chilena y se crea una ley que reconoce que exista una sociedad antes de la sociedad de Chile, pero no reconoce específicamente a los pueblos mapuches. Y la práctica precisamente, demuestra eso. A partir de ese antecedente las comunidades comienzan a movilizarse nuevamente.
Otro atenuante, fue que con la legislación pinochetista, se abrió todo el mercado económico chileno, esto permitió que las inversiones extranjeras ingresen en Chile para comprar las tierras. Especialmente, para la deforestación y la producción de celulosa, estas inversiones capitalistas se realizan sobre territorios mapuche y el efecto es que cada vez se va reduciendo más el control territorial que tiene la comunidad.
– ¿Qué significó la apertura de los mercados para los Mapuche?
Debido a ello, las comunidades empiezan a movilizarse ya que estaban sumidos en la pobreza y la contaminación ambiental. Eso lleva a que tomen conciencia y empiecen a luchar por recuperar esos espacios territoriales y también por empezar a constituirse como fuerza política. Porque estamos en ese paso, para recuperar las tierras primero queremos tener conciencia política cada uno de los integrantes del pueblo.
-¿Qué utilización de las tierras tenía la comunidad Mapuche?
– Antiguamente era por rotación, es decir, se producía en un espacio por un tiempo y se iban trasladando, por un tema de la cosmovisión, porque se cree que la tierra tiene que descansar un tiempo para tomar fuerza y así poder volver a trabajarla.
– O sea que la cultura misma tiene que adaptarse a los cambios del nuevo mundo…
-Por supuesto, la irrupción de las forestales cambió todo el panorama de creencias con el cual se manejaban los pueblos originarios, nos obliga a producir siempre en el mismo lugar y llega a cambiar la identidad de los lugares. Por ejemplo, hay tribus que se identificaban con algo en particular, como un árbol, y muchos de los árboles nativos, han ido desapareciendo. Entonces, hay una violación en todo sentido, a la identidad cultural de los pueblos.
– ¿Cuál es el cargo de tu padre dentro de la comunidad Mapuche?
– Mi padre asume como lonko, que sería jeque político, de una comunidad de alrededor de 500 familias. La persecución comienza cuando él asume, ya que empieza un reorganización de identidades territoriales que nuclea todas las necesidades de muchas comunidades. Mi padre juega un rol muy particular, porque es la cabeza visible del movimiento mapuche, por eso viene la persecución hasta encarcelarlo.
– ¿ Los acusan de terroristas?
– A mi y a mi hermano nos encarcelan acusados de un supuesto hecho terrorista, pero eso responde a la persecución que teníamos, nosotros éramos los coordinadores de las comunidades. Hacíamos un trabajo de mensajeros, al llevar la información hacia distintos lados. Lo que intentan al detenernos es cortar con el flujo de la comunicación entre nosotros, los Mapuche. Es una muestra de amenaza para que termine la protesta, es decir, los Mapuche recibían el mensaje de que «si siguen hablando, les va a pasar esto».
-¿Por qué viniste a la Argentina?
– Principalmente por la persecución política, porque yo tengo una condena y un proceso. Fui a juicio excarcelado, me condenaron a 5 años por un hecho del que no tuve parte y adujeron que era integrante de una asociación ilícita terrorista.
En el 2005 presenté el pedido de refugio político a Kirchner, porque fui victima de una persecución política por parte del Estado, con la policía, y además los latifundistas con sus «matones» nos torturaban.
El estado chileno es conciente de la existencia de esas fuerzas represivas pero no hace nada porque, ha pasado a ser meramente un administrador del capital extranjero. Un capital que lo que hace es explotar recursos naturales del país, llevándose toda la producción para el exterior. En Chile, no hay nada que sea estatal, es todo privado, hasta las rutas.
-¿Cómo sigue tu lucha desde acá?
– Creo que hay un resurgimiento de la generación de Mapuche que somos concientes de la realidad que estamos viviendo, sobretodo en la recuperación de los derechos políticos y territoriales. Cuando planteamos la reorganización del Pueblo Mapuche no estamos desconociendo la existencia de otra sociedad. Cuando hablamos de autonomía, nos referimos a la reconstrucción de una nueva sociedad donde podamos convivir y que no se marquen las diferencias entre nosotros.
Estamos abocados a tomar herramientas que nos puedan ser útiles al proyecto que tenemos como pueblo, es decir, que pensamos que no todo lo que viene de occidente es malo. Por ejemplo, el hecho de que muchos de nosotros estemos estudiando en las Universidades significa una necesidad de tomar herramientas. Para convertirnos en armas para un proyecto de pueblo.
– ¿Cuál es tu opinión acerca del gobierno de Bachelet?
– Creo que no existe el socialismo que dice hacer. Ella marca una diferencia sólo porque es mujer nada más. Pero mantiene los mismo modelos políticos y económicos que los que hubo en la dictadura, que siempre favorecían a los capitales extranjeros. Además, ignora la lucha de nuestros pueblos, hace poco en una gira por Europa, dijo que éramos delincuentes.