Esa masa de dólares diarreicos, emitida por la libre, se distribuye alegremente por el mundo, y Chile, como es natural en una colonia, recibe su parte.
Ya te lo conté alguna vez, todos los Bancos Centrales del mundo tienen un único mandato en sus estatutos: luchar contra la inflación. O conservar el valor de su moneda si prefieres, lo que es más o menos lo mismo. En nombre de ese Valhalla que sirve de pretexto, los presidentes de los BC suelen declarar y hacer boludeces de alto calibre.
Mayormente para ocultar su propia incompetencia y esconder su inconmensurable inutilidad, amén de disimular políticas económicas inaptas, puestas en práctica por gobiernos ineptos.
Los monetaristas inventaron que la inflación es un fenómeno provocado por el exceso de disponibilidad de guita, arguyendo que si un kg de tomates resume el producto interno, y el stock de moneda es de mil pesos -simplificando-, el precio del kg de tomates es precisamente eso: mil pesos.
Si emites moneda, p.ej. mil pesos más, sin producir ni un cuesco, automáticamente el precio del kg de tomates, representado por el stock monetario pasa a dos mil pesos. Ergo inflación.
Por esa razón -la vida es simple-, la presidente del Banco Central alegó estar en contra de un nuevo retiro de fondos de pensión porque ese aumento de disponibilidad monetaria se traduciría por un aumento de la inflación, LQQD proclaman algunos profes de matemáticas al finalizar la demostración de un teorema (Lo Que Queda Demostrado).
Ahora bien, la masa monetaria disponible no es la que emite un pinche país tercermundista como Chile, sino un agregado algo más complejo e importante.
Cuando los acuerdos de Bretton Woods en julio de 1944, Mon Général De Gaulle alegó que la preeminencia del dólar le daría a los EEUU el insano privilegio de exportar inflación a todos los países del mundo visto que las emisiones en dólares no las controla ni Cheo el Cojo.
El Imperio se comprometió entonces a respaldar sus emisiones con reservas de oro, un chiste que duró lo que duró.
“El 15 de agosto de 1971, aprovechando la pausa estival, el presidente Richard Milhous Nixon le puso fin a la convertibilidad del dólar en oro. Se terminó así el etalón oro en el que estuvo fijado el valor de las monedas durante dos mil años. El gobierno USA renunció (unilateralmente, nota del autor) a sostener el precio de su moneda, previamente fijado en U$ 35 la onza de oro fino.
(…)
Esta devaluación de facto del dólar consagró el fin de la estabilidad monetaria de la pos-guerra inducida por los acuerdos de Bretton Woods. Las monedas de todos los países comenzaron a “flotar” de manera aparentemente desordenada: su tasa de cambio varía día a día de modo tal que se equilibren las balanzas comerciales de los diferentes países…” (www.herodote.net)
A partir de ahí… EEUU emitió tanta más moneda cuanto que su producción interna se redujo, y creció el déficit de su balanza comercial. Dicho en cristiano: los EEUU importan mucho más de lo que exportan, consumen más de lo que producen, y pagan con papel p’al culo de color verde.
No lo digo yo, lo sabe tododiós. Mira ver. Buscando en los sitios web del Imperio encuentras lo que sigue, de nada, cuando se te ofrezca:
¿Qué es el déficit nacional? (What’s the national deficit?)
Un déficit se produce cuando el gasto del gobierno federal excede sus ingresos. El gobierno federal gastó U$ 1,61 millones de millones más de lo que colectó en el año fiscal 2023, lo que se traduce en un déficit nacional.
U$ 1.613.421.672.350
Año fiscal a la fecha (desde Octubre 2022), total actualizado mensualmente utilizando la base de datos del Monthly Treasury Statement (MTS).
Por otra parte, el déficit comercial de los EEUU gira anualmente en torno al billón de dólares (un millón de millones), déficit cubierto alegremente por la emisión de papel p’al culo verde en plan Open Bar.
Esa masa de dólares diarreicos, emitida por la libre, se distribuye alegremente por el mundo, y Chile, como es natural en una colonia, recibe su parte. El eventual retiro de los ahorros de los futuros pensionados, comparado con el volumen de la parte de dólares diarreicos que nos toca… es peccata minuta, o una poquedad como decía un tuca-tuca que conocí hace años.
Sobre todo si tomas en cuenta que, con el noble objetivo de luchar contra la pandemia (los laboratorios que inventaron vacunas chantas lo recuerdan con los ojos llenos de lágrimas…) entre los años 2020-2022 los EEUU emitieron cerca de 6 billones de dólares diarreicos, mientras la muy avasallada Unión Europea emitió por su parte unos 3,5 billones de euros de disentería. O sea:
U$ 6.000.000.000.000
EUR 3.500.000.000.000
Si le prestas atención, por ahí apareció, o más bien reapareció, un burbujeo inflacionario que llevó al presidente de la época del BC, que no era otro que el muy orondo Mario Marcel, a declarar muy suelto de cuerpo:
“Alta inflación se debe a factores transitorios” (sic).
En estos días, la actual presidente del BC señaló:
«una eventual aprobación de un nuevo retiro provocaría efectos negativos significativos en varias dimensiones para la economía de nuestro país».
Como lo pone la misma Rossana Costa:
«El impacto en el gasto y en las distintas variables macroeconómicas y financieras podría hacer que la inflación volviera rápidamente a cifras de dos dígitos».
¡Xux!
De este modo los culpables de la pobreza son los pobres. Por partida doble.
Si, reducidos a la necesidad de utilizar sus “ahorros extremadamente voluntarios” para hacerle frente a su vida de mierda se ven obligados a recuperar una parte, son además culpables de la inflación que reduce el poder adquisitivo de sus magros recursos. Y de una vejez sin previsión, ni pensión, ni madre ni padre ni perro que les ladre.
A estas alturas te estás preguntando… ¿Y… el preservativo?
Se trata del condón de piel de cocodrilo, tamaño XXXL, forrado en cuero de elefante, en el que tendrás que meterte para no seguir siendo la víctima forzada de la costra política parasitaria.
Prevenido quedas…
*Imagen de Pikist