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Pensar la educación en la Cuba-2024 (V)

De la memoria y la historia

Fuentes: Rebelión

Nos falta una herramienta fundamental para evaluar, repensar y proyectar la educación cubana visto el 2024. Aún no hemos realizado en el país un estudio sobre la Historia de la educación en la Revolución. Solo poseemos acercamientos parciales. La posibilidad en el momento es la de concitar la memoria y la historia que vivimos. A ambas recurro en esta quinta entrega.

Los logros de la Revolución Educacional

Los conocidos avances educacionales de los primeros treinta años de la Revolución se concretaron en medio de un movimiento socio pedagógico, que halló soluciones progresivas a las contradicciones principales que en calidad de desafíos desataron el curso de los acontecimientos. La certera atención a las tensiones entre la centralización y descentralización, entre la unidad y la diversidad y entre la masividad y la calidad, condujeron al Primer (1976) y Segundo (1987) Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación.

El Primer Perfeccionamiento a partir de 1976 representó un tránsito hacia la nueva concepción de la educación y la pedagogía cubana creada en la Revolución. Fue este un resultado directo de los trascendentales procesos educativos del socialismo en el país, desatados a partir del movimientos educacional de masas que hizo posible la alfabetización de más de 900 mil campesinos, y trabajadores agrícolas y urbanos en 1961, y llevó en los quince años que le siguieron a no menos de 3 millones de trabajadores a alcanzar seis y nueve grados de instrucción, en un país donde se universalizó el acceso a la educación general de los niños y jóvenes, y de hecho se creó la sociedad educadora como nueva cualidad histórico sociológica del sujeto nacional popular revolucionarioi.

Con el Perfeccionamiento eclosionó la primera generación de pedagogos formados en las concepciones martianas y marxistas de la Revolución. Líderes de magisterio y ciencia nacidos desde los primeros programas de formación creados por el Comandante en Jefeii. Jóvenes que cruzaron el batistato entre manifestaciones y guerrillas para llegar a las aulas del nuevo ministerio, donde el Dr. Armando Hart Dávalos supo unir a lo mejor del magisterio del Oriente y el Occidente -espacio primero en resolver los sectarismos y anticomunismos que hacían peligrar la unidad de los revolucionarios-, a los que siguieron maestros voluntarios, alfabetizadores, makarenkas –que con la impronta de homenaje al pedagogo soviético Antón Makarenko, rescataron las tradiciones del normalismo cubano-, y los primeros graduados de los Institutos Pedagógicos.

La fundación del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domench en 1972 y la construcción colectiva de este plan por el Comandante en Jefe, en diálogo de ciencia con los jóvenes pedagogos que lo diseñaron –y también con los estudiantes-, la creación del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (ICCP) en 1976, y la transformación en 1977 de los Institutos Pedagógicos de la universidades de La Habana, Villa Clara y Oriente, en Institutos Superiores, marcan el proceso en lo institucional.

El Segundo Perfeccionamiento en 1987, en pleno proceso de rectificaciones y tendencias negativas, colocó su atención en las contradicciones fundamentales del proceso pedagógico, en particular las que se establecen entre el enseñar y el aprender. Entre sus tareas fundamentales realizó un análisis de la aplicación práctica –desde la escuela– de los planes de estudio, programas, libros de texto y orientaciones metodológicas, así como del nivel de apropiación de los contenidos por los estudiantes.

1990: Un accidente en la continuidad

Acorde a los nuevos retos educacionales la continuidad en la dirección del MINED se buscó en 1990 en el Dr. Luis Ignacio Gómez Gutiérrez un directivo procedente de la educación superior, con resultados en su gestión –sobre todo en el sector ciencia-, rector de una de nuestras más prestigiosas universidades. Coincidió la llegada del ministro Gómez Gutiérrez con la abrupta irrupción del período especial y el esfuerzo nacional para lograr que ninguna escuela cerrara, y se mantuviera la vitalidad el sistema.

Al nuevo ministro las mieles del poder le hicieron perder las condiciones que lo llevaron al honroso cargo. Pronto introdujo un sistema de ordeno y mando, con la exigencia de subordinación total de los cuadros en todas las instancias.

La salida del MINED del Dr. Ramón Rodríguez Hermidaiii fue un hecho ejemplarizante. El Ministro decidió que Rodríguez Hermida luego de quince años como Rector de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, cesara en esta responsabilidad y pasara a ocupar la de Director Provincial de Educación en la Ciudad de La Habana, y a solo seis meses de estar en el nuevo cargo el ex rector también fue liberado de esta responsabilidad. La primera sustitución se produjo en contra de la opinión de la comunidad universitaria, la segunda en plenitud del ejercicio del nuevo cargo, con soluciones en desarrollo a los problemas que enfrentaba la educación en la capital, y un masivo apoyo a su gestión entre los directivos y maestros habaneros.

El profesor Rodríguez Hermida era un trabajador incansable. Rector, que bien cumplía el “decimo mandamiento” y los estudiantes de la carrera de Historia en Ceiba, aún hoy cuando se juntan para rememorar lo recuerdan como el mejor profesor de Filosofía, aquel que dejó huella. En los momentos de su sustitución se le reconocía como uno de los cuadros más preparados y exitosos del MINED. Y a este activo de la educación cubana en plenitud de creación y compromiso, el ministro Gómez Gutiérrez lo extrañó de la educación, hecho que realizó además con crudeza e irrespeto. No narro una historia, la testimonio: En el momento trabajaba como dirigente profesional del Partido Comunista de Cuba a cargo del sector educacional en un municipio capitalino.

En la enseñanza media, proa de la Revolución Educacional en los años setenta y ochenta, se concentró el mal hacer. El mantenimiento obligatorio de los preuniversitarios en el campo, liquidó la base de voluntariedad con la que nació el programa. La falta de recursos, la salida de profesores del subsistema, el aumento de la deserción escolar y los impactos y deterioros materiales y humanos del período especial, re escalaron la necesidad de la cercanía de las familias ausentes, crearon una crítica situación en las instalaciones y la enseñanza preuniversitaria entró en una severa crisis.

El Destacamento de luchadores por la calidad de la Educación

Hace 30 años, en el XX Aniversario de la creación del primer contingente del Destacamento Pedagógico, el 30 de mayo de 1992, asistí en el teatro de la Escuela Formadora de Maestros Salvador Allende, a un ejercicio de valiente crítica revolucionaria. Y no casualmente la historia coloca al mismo ministro Gómez Gutiérrez en el polo del peor hacer.

El ministro Gómez Gutiérrez se autoproclamó líder de una llamada “tercera” Revolución Educacionaliv. Y el “experimento” para lanzar a escala de país la “tercera” Revolución se hizo en el curso 1991-92. La departamentalización forzada, el freno a la iniciativa y la innovación, los fórceps tecnocráticos de una llamada calidad educativa, los sufrieron inicialmente los profesores y estudiantes de las provincias orientales. Y la primera batalla frente a la contra- Revolución Educacional la dio el Destacamento Pedagógico

Mis compañeros destacamentistas reunidos con Fidel en el XX Aniversario de la creación del primer contingente del Destacamento Pedagógico, sometieron a incisiva censura las concepciones tecnocratizantes entonces en introducción en el MINED, objetaron la departamentalización y alertaron sobre la polarización cuantitativista de la propuesta de calidad educativa que se ensayaba.

Fidel se percató de que allí se había establecido un polo de objeciones, frente al curso de propuestas que impulsaba el Ministro de Educación. A este propósito expresó:

“Todo lo que ustedes han planteado y las ideas que han sugerido lo considero, realmente, muy valioso y de un enorme interés. Yo partía de la premisa de que difícilmente alguien pudiera saber más que ustedes de los problemas de la educación después de 20 años de trabajo en ese campo, de haber permanecido en sus puestos durante esos años en la misión que entonces les dio el país, en la tarea para la cual fueron convocados, para la cual se solicitó la cooperación de ustedes. Era difícil que un grupo pudiera tener más datos y más información directa que la que ustedes tenían, y que algún grupo pudiera ayudarnos más que lo que nos podían ayudar ustedes en nuestro noble y necesario esfuerzo por perfeccionar la educación, en la lucha por la calidad de la educación.

Por eso no me extraña nada el contenido de las discusiones, las ideas que aquí se han debatido y las sugerencias que se han hecho, llenas de sentido y de sabiduría.

Desde luego que lo más importante es el momento en que tiene lugar este encuentro y las posibilidades de que todas esas ideas se analicen rápidamente —no es cuestión de dejar esto para las calendas griegas—, que se valoren y se apliquen todas las que pueden ser aplicadas, o se expliquen cuáles pueden ser y cuáles no pueden ser, y por qué, y cuáles medidas se venían aplicando; hay una actitud muy abierta, una actitud de apertura total en el Partido, en el Gobierno, en el ministerio, para escuchar ideas y criterios, para discutir y reunir todos los factores que nos permitan alcanzar los objetivos que debemos proponernos. Por eso ningún momento mejor que este para haber realizado esta reunión”.

Certero en la construcción de puentes para que lo contradictorio generara desarrollo, el comandante fertilizó la idea de la creación del Destacamento  de luchadores por la calidad de la educación en Cuba: impresionado por el aporte crítico de los destacamentistas, preciso: “tenemos que empezar a trabajar desde mañana, desde mañana empezar a analizarlo todo, verlo todo, y mantener el contacto; luego, en el futuro, mantener los intercambios”v.

El Ministro incumplió la indicación de convocarnos. Nada haría para atender las críticas realizadas. Con total complicidad para el interesado olvido, menos haría en la dirección de materializar un Destacamento de luchadores por la Calidad de la Educación en Cuba. No permitiría contrarios, mucho menos si estos eran sujetos dialécticos, fidelistas confesos y actuantes. El problema por demás tenía raíces más profundas

La “calidad educativa” impulsada por el ministro Gómez Gutiérrez nada tenía que ver con lo que pensaban y practicaban los destacamentistas. La certeza de lo que se pretendía la tuve lejos de Cuba, con los maestros y sindicalistas de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación en sus luchas contra una propuesta coercitiva de calidad educativa que les intentaba imponer un ministerio de educación neoliberal, asesorado por especialistas cubanos en “calidad educativa”. Y por supuesto que mi posición estuvo donde me dictó la ética martiana y fidelistavi.

La Revolución Educacional a contracorriente

Mientras el ministro Gómez Gutiérrez enarbolaba la pretendida “tercera” Revolución, actuó de hecho para destruir buena parte de las sólidas bases forjadas por la Revolución Educacional fidelista que realmente existíavii.

Los logros de las tres décadas iniciales de la Revolución Educacional, sirvieron de trinchera y fortaleza para quienes se resistieron a los embates del desatino La enseñanza primaria resistió el ataque tecnocráticoviii. La alarma crítica llegó desde la eticidad profunda y la sensatez del magisterio, que hizo desaparecer de las pantallas de los televisores en breve tiempo, la aberrante mención que colocaba por aquellos días, con total irrespeto, a una escolar afirmando “que estaba aprendiendo tres veces más”.

La escuela primaria no pudo ser afectada. Los resultados que se midieron en Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE), por parte de la Oficina Regional para la Educación de la UNESCO, con sede en Santiago de Chile, lo confirman.

En el primero (1997) y segundo estudio regional de la UNESCO, (2006), Cuba obtuvo un primer lugar regional absoluto en las cinco asignaturas y los grados evaluados. Como recuerda Paul Torres Fernández, Cuba en el primer y segundo estudios del ERCE, en 1997 y 2006 obtuvo un primer lugar regional absoluto en las cinco asignaturas y los grados evaluados. En Matemática y Lenguaje de 3° y 4° grados, en 1997, y Matemática y Lenguaje de 3° y 6° grados, así como Ciencias Naturales de 6° grado, en el 2006. Las mediciones y evaluaciones del ERCE, hechas en momentos críticos del Período Especial, hablan de una hazaña épica realizada por nuestros maestros y estudiantes en calidad de invictos.

La intervención directa del Comandante en Jefe a través de la Batalla de Ideas a partir de 1999 fue decisiva. El Comandante desarrolló más de setenta programas educativo-culturales, fuera de la subordinación directa de la dirección del MINED. La formación pedagógica en buena medida pudo reorientaron su hacerix. Los profesores generales integrales cumplieron el propósito de parar la falta de profesores en las secundarias básicas en la capital, los aprendizajes que recibieron y sobre todo la mística fidelista que los imbuía impactó en el clima pedagógico y político social de las escuelas donde trabajaron. Pero la enfermedad del subsistema de la enseñanza media ya era crónica.

En estos años la aportación internacional de la experiencia cubana fue de significación. Con el estímulo de Fidel se creó en el año 2001 el Programa Yo sí puedo, en el Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño (IPLAC)x, y se cumplió con éxito el objetivo de aportar una respuesta al flagelo del analfabetismo en el mundo. El Yo sí puedo se aplicó en treinta países de América Latina, África, Asia, Oceanía y Europa Occidental y permitió alfabetizar a más de 10 millones de adultos en nueve idiomasxi. Venezuela, y Bolivia se convirtieron en territorios libres de analfabetismo.

Un balance de lo positivo que creció a contracorriente está en un folleto que publiqué en el 2005, cuya presentación se realizó en el Congreso Internacional de Pedagogía de ese año en La Habanaxii.

Los profesores generales integrales

La idea del Programa de Profesores Emergentes para Secundaria Básicaxiii, también conocidos como los Profesores Generales Integrales, hecha realidad por Fidel en el 2000, como parte de la Batalla de ideas, fue desatendida por la dirección del MINED y finalmente abortó a siete cursos de su aplicación.

El Programa contó con un primer ejercicio de experimento con 100 jóvenes –llamados por Fidel Los Valientes-, concentrados en la Escuela Pedagógica Escuela Formadora de Maestro José Martí, en Cojimar. El curso fue diseñado y llevado a efecto por un grupo de calificados pedagogos, pero a diferencia del cuidado y seguimiento con que la dirección del MINED cuidó el intercambio y las recomendaciones de los pedagogos que desarrollaron el experimento del primer curso del Destacamento Pedagógico en 1972-1977, en el caso de Los Valientes esta imprescindible fusión de ciencia, evaluación de criterios y necesidades, y voluntad política, no se produjo. La academia pedagógica cubana acompañó el plan, y se realizaron estudios y propuestasxiv, que tampoco fueron atendidas.

Luego del experimento de los “100 Valientes”, en la Escuela Pedagógica Presidente Salvador Allende, en La Habana, se organizó una facultad de formación, con un claustro de excelencia proveniente en su mayoría de los Institutos Superiores Pedagógicos. El 2 de septiembre del 2002 comenzaron sus clases 4,542 jóvenes recién graduados de bachilleres, incluidos 134 técnicos medios con doce grados de escolaridad, procedentes de toda la isla. La idea de la dirección de la Revolución comprendía para un plazo de 5 años, formar más de 30 mil jóvenes como docentes bien preparados, que continuarían sus estudios superiores, a la vez ejercerían como profesores de Secundaria Básica bajo la nueva concepciónxv.

Las visitas del Comandante al Plan en la que fue prolijo en compartir ideas y sueños sobre cómo podía ser la secundaria básica en el siglo XXI, quedaron para ser realizados en otro momento revolucionario de la educación cubana. La entrega y el entusiasmo de los profesores generales integrales –muchos aún continúan en la educación-, el aporte del claustro de excelencia con que contó el Programa, se inscribe como uno de los planes más hermosos de la Batalla de ideas.

La propuesta de Fidel de dotarnos de un profesor general integral en la secundaria básica, fue maltratada con la improvisación y el abuso de poder, para obligar a los profesores en ejercicio en un cambio de curso, a asumir asignaturas para las que nunca se habían preparado, con una real consecuencia en la calidad de los aprendizajes. Batalla campal fue la resistencia de los profesores de la enseñanza media a ser convertidos en meros operadores de videos enlatados.

En el citado folleto cuya presentación se realizó en el Congreso Internacional de Pedagogía 2005, en La Habana, al referirme de forma directa a lo que ocurría en mí país expresé: “Hay que cuidar que la introducción de los recursos de las nuevas tecnologías –las clases en video y la computación en primer lugar- contribuyan a lograr un estadío superior… combatiendo toda manifestación de acomodamiento, o asunción mimética de los empobrecedores discursos tecnologicistas que se ofertan –bajo el rótulo de sociedad de la información-como parte de los paquetes ideológicos neoliberales”xvi.

Cuando en agosto de 2008, la nueva dirección del MINED dio a conocer que se abandonaba el modelo del profesor general integral, no se explicó este cambio con el respeto y la precisión que precisaba. Solo repercutió la decisión en la prensa enemiga, siempre atenta para envenenar y atacar.

El pensar re proyectar la novedosa ´propuesta del Comandante en Jefe, de un profesor preceptor en la secundaria básica, y el estudio sobre el Programa de Profesores Emergentes para Secundaria Básica -de los Profesores Generales Integrales- es una deuda que tiene la academia pedagógica cubana.

Prestidigitación política y descontrol

Las cifras directivas del Estado, los indicadores medidos por la UNESCO, la comparación con el estado deplorable de la educación en América Latina y el mundo, mantuvieron un respaldo de credibilidad, a lo que realmente era una insuficiente y liquidacionista gestión directiva en el MINED.

Los llamados entrenamientos metodológicos conjuntos, no resolvieron las expectativas de perfeccionamiento y desarrollo del sistema Si por su despliegue organizacional y publicitario, concitaban la idea de “que se controlaba y avanzaba”. Los entrenamientos a los que se les endilgaba la mención expresa de ser “el método más revolucionario” sirvieron de vectores de promoción del citado ministro, uno de sus autoresxvii.

En la Reflexión “Los vivos y los muertos” a raíz de la sustitución en abril del 2008 del ministro Gómez Gutiérrez el Comandante en Jefe dibujó de manera dramática la complejidad de los 18 años de contra-Revolución Educacional, dentro de la propia Revolución Educacional: “Usted puede pensar que su pequeño barco avanza río arriba -evalúa Fidel, pero si la corriente es más fuerte estará retrocediendo”xviii.

Cada vez que leo la Reflexión me embargan a la vez la ira y la tristeza. Más allá de lo que en sentimientos provoca, la Reflexión resulta una evidencia principal para entender la Historia reciente de la educación, para entender parte importante de los fenómenos negativos que se enfrentan en el presente. Tal conocimiento resulta indispensable para articular las soluciones del 2024.

Más allá de las habilidades para asumir los méritos de otros, del manejo para confundir y maquillar datos y deterioros, el ministro Gómez Gutiérrez impuso y deshizo, silenció alertas y eliminó oponencias con plena impunidad ¿Cuánto fallaron los mecanismos de control partidista y gubernamental? Tendremos que profundizar en este otro ángulo de la problemática: La Historia no es un ejercicio fiscal, y si una reconstrucción de verdades que nos ayuden a no equivocarnos en el presente.

Notas

i Ver: Felipe de J. Pérez Cruz: La alfabetización en Cuba: lectura histórica para pensar el presente”, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2001.

ii Felipe de J. Pérez Cruz: El aporte de Fidel Castro Ruz a la formación de maestros: una revolución pedagógica en la revolución, Ciencias Pedagógicas. Revista electrónica científico-pedagógica (ICCP): ISSN: 1605–5888 RNPS: 1844. No. 1 (enero-abril), Año 2020, 4ta Época. Págs. 23-33. Disponible en: https://www.cienciaspedagogicas.rimed.cu/index.php/ICCP/article/view/217

iii Ramón Cuétara López: Ramón Rodríguez Hermida, fundador y primer Rector del Varona, Varona  no.72, La Habana, ene.-jun. 2021. En: https://www.redalyc.org/journal/3606/360670798003/360670798003.pdf

iv Ver Luis Ignacio Gómez Gutiérrez (Ministro de Educación: 1990-2008): II Seminario Nacional para educadores, La Habana Ministerio de Educación, La Habana, 2001; Discurso pronunciado en el seminario nacional del MINED. Ministerio de Educación, La Habana Mayo 2004.

v Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado por el comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del Encuentro 20 años después de la creación del destacamento pedagógico «Manuel Ascunce Domenech», efectuada en el palacio de las convenciones, el 30 de mayo de 1992, «año 34 de la Revolución». http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1992/esp/f300592e.html

vi Felipe de J. Pérez Cruz: El debate acerca de la calidad: ¿Un imperativo o una manipulación? Educación y cultura, Edición No. 81, Bogotá, 2008, p 11-18. En: https://www.fecode.edu.co/ images/Revista_Educacion-1-100/Educacion2020Cultura2081.pdf

vii Felipe de J. Pérez Cruz: Fidel Castro Ruz en la historia de la educación revolucionaria. Aspectos para una sistematización, En: XXIII Congreso Nacional de Historia, Ediciones UNHIC, La Habana, 2018.

viii Ver: Pilar Rico Montero y otros: El modelo de la escuela primaria cubana; una propuesta desarrolladora de educación, enseñanza y aprendizaje, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2008. En: https://www.mined.gob.cu/wp-content/uploads/2019/03/modelo_primaria.pdf

ix Ver: Rolando Forneiro Rodríguez: Universalización de la educación superior pedagógica: modelo pedagógico de formación docente. Curso 19. Pedagogía 2007.

x Leonela Relys Díaz: “Yo, sí puedo”. Un programa para poner fin al analfabetismo. Editorial Abril. La Habana, Cuba, 2005. Jaime Canfux Gutiérrez: Hacia una escuela cubana de alfabetización, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2007. En: https://educationincuba.files.wordpress.com/2016/07/hacia-una-escuela-cubana-de-alfabetizacion.pdf

xi Ver: Salim Lamrani: El programa de alfabetización “Yo, sí puedo”: una propuesta cubana a la problemática del analfabetismo en el mundo. Etudes caribeennes, No. 52 | Août 2022 En: https://doi.org/10.4000/etudescaribeennes.25061.

xii Ver: Felipe de J. Pérez Cruz: La educación latinoamericana: retos y confirmaciones. Editora Política, La Habana, 2005.

xiii El plan tuvo tres momentos, el primero de los cien jóvenes bautizados por Fidel como los que estudiaron en la Facultad Salvador Allende, y los que luego lo hicieron en la escuela José de la Luz y Caballero.

xiv Ver: Nadina Travieso Ramos: Concepciones didácticas de los futuros profesores integrales de Secundaria Básica: análisis y discusión. Colectivo de autores. Modelo del profesional para el profesor General Integral de Secundaria Básica. La Habana Cuba: Ministerio de Educación; 2001; Teresita Miranda Lena y T, Páez Suárez V: El currículo para la formación de profesores integrales: alternativa ante los retos del desarrollo. Cuba: Curso 30. La Habana Congreso Internacional de Pedagogía; 2002, Katia Ledesma Crespo y otros: La formación del Profesor General Integral: una p propuesta metodológica interdisciplinaria para el desarrollo de las actividades prácticas de Química en la unidad 1 de 8vo grado.

xv Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto de inauguración del Curso de Formación Emergente de Profesores Integrales de Secundaria Básica. Teatro «Karl Marx», 9 de septiembre del 2002. En: http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/acto-de-inauguracion-del-curso-de-formacion-emergente-de-profesores-integrales-de

xvi Felipe de J. Pérez Cruz: La educación latinoamericana: retos y confirmaciones. Editora Política, La Habana, 2005, p 61-62.

xvii Luis Ignacio Gómez Gutiérrez. y Sergio H. Alonso Rodríguez. El entrenamiento metodológico conjunto: un método revolucionario de dirección científica Editorial Pueblo y Educación, 2007.

xviii Los vivos y los muertos, Cubadebate, 22 abril 2008. En: http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2008/04/22/los-vivos-muertos/

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