El pasado 15 de julio connotados intelectuales neoliberales mexicanos presentaron un desplegado titulado: “Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia”.
Intelectuales que avalaron fraudes electorales, participes de gobiernos neoliberales, defensores de las reformas antipopulares del periodo y parte de la élite del poder neoliberal, hoy se presentan como defensores de la democracia. Habría que preguntarnos, ¿de qué democracia hablan estos intelectuales neoliberales?
La idea de democracia ha acompañado los procesos de cambio, es al fin y al cabo una idea que habla de autodeterminación, de liberación y del pueblo como constructor de su destino. Una idea disruptiva del orden y utópica en tanta su concreción plena parece inalcanzable. Sin embargo, con la imposición neoliberal este sentido se trastoca, produciéndose un vaciamiento de la idea de democracia.
La democracia “liberal” que acompaña al neoliberalismo ha sido desprovista de sus rasgos radicales y subversivos. Fue vaciada en su significado profundo y en su horizonte de trasformación, dejándola como un mecanismo, un procedimiento. La democracia quedo limitada, sin adjetivos, pero útil a la dominación neoliberal.
En la democracia neoliberal la soberanía popular deja de existir ya que los centros de decisiones se ligan a los poderes económicos, la representación popular es cooptada por el gran capital y se establece la imposibilidad de transformaciones más allá de la hegemonía neoliberal. La relación neoliberalismo-democracia no es directa ni armónica como algunos ideólogos neoliberales la han querido presentar. El neoliberalismo se impone a la democracia, la reestructura y si le estorba prescinde de ella, adaptándose a los golpes militares, al fraude electoral y a la manipulación mediática.
La democracia neoliberal tiene cuatro características centrales: 1) la democracia se vuelve un medio no un fin, 2) la democracia no toca el ámbito económico, 3) la democracia se desprende de la soberanía popular como factor fundante y 4) la democracia es solamente representativa y electoral. Es esta la democracia en la que creen los intelectuales neoliberales.
No hay que engañarse, la preocupación de estos intelectuales no es la democracia, es sobre todo la defensa del régimen neoliberal del que ellos eran parte, su meta es la restauración, con los privilegios que ello acarrea. En ello trabajan y su plan está claro, revivir el “Pacto Por México” para unidas todas las fuerzas neoliberales buscar avanzar rumbo a la elección intermedia del 2021.