El triunfo de la derecha más conservadora es responsabilidad absoluta del actual gobierno. De aquellos que diseñaron e implementaron reformas regresivas para los trabajadores como la laboral, quizá la peor estocada para el mundo sindical desde el año 31 (pactos de adaptabilidad y servicios mínimos). Podrán esgrimir que aumentaron la gratuidad para un sector importante […]
El triunfo de la derecha más conservadora es responsabilidad absoluta del actual gobierno.
De aquellos que diseñaron e implementaron reformas regresivas para los trabajadores como la laboral, quizá la peor estocada para el mundo sindical desde el año 31 (pactos de adaptabilidad y servicios mínimos). Podrán esgrimir que aumentaron la gratuidad para un sector importante de la población, lo que es cierto; que se logró por fin la ley de aborto tres causales; que se instaló el debate sobre la identidad de género y sobre sus legítimos derechos; pero, el PODER, el verdadero PODER, ese que permite controlar el Estado por parte de una clase social se ha mantenido intacto, fortalecido desde el punto de vista jurídico con la Reforma Laboral. Este triunfo del empresariado sobre los trabajadores y la sociedad, es responsabilidad absoluta del gobierno y de los partidos que forman parte de la coalición. Desdeñaron la opinión de la mayoría de los sindicatos genuinos y solo contaron con el beneplácito de la CUT, quizá la organización más obsecuente de la que se tenga memoria en nuestra historia. Este triunfo de la derecha más radical es fruto del rol que jugaron en estos cuatro años ministros, subsecretarios y muchos congresistas defendiendo la filosofía monetarista del sistema económico, político y social, que no trepidaron en colocarse del lado empresarial cada vez que el movimiento social intentaba arrancar algún beneficio o restituir derechos esenciales. Hasta último minuto las AFP (fondos de pensiones) contaron en el gobierno con sus grandes aliados.
El gobierno y la Nueva Mayoría (NM) es el mayor responsable de que la derecha regrese al gobierno. Ministros como Eyzaguirre son los más grandes responsables del triunfo de la derecha al provocar a millones de chilenos que dicen «NO+AFP». Eyzaguirre logró que muchos chilenos definitivamente no fueran a votar por Guillier, al igual que el asesor Rosales que defendieron las AFP y atacando los sistemas de reparto solidarios.
La gente común, el pueblo, los trabajadores ya no les creen y no creyeron en la descompuesta política del «mal menor».
Eso se acabó y para siempre.
Por eso, no fueron a votar, porque no les creyeron una vez más, pero no significa que apoyen a Piñera.
Aquí perdió el candidato Guillier y toda su coalición. Que no tuvo programa para las mayorías, sino una oferta de medidas subsidiarias que en lo esencial mantienen intacto el modelo.
No faltarán quienes quieran sacar la conclusión simplista de que los chilenos son «derechistas», porque votaron a Piñera. Falso. Los trabajadores chilenos, el pueblo lo ha demostrado. Está por los cambios. Más de un millón de votos obtenidos en el Plebiscito autoconvocado por NO+AFP y los millones que se han movilizado tras una causa que aún no ha sido resuelta y por tanto está plenamente vigente es prueba de ello. Eso, es expresión concreta de que los chilenos no quieren seguir como están. Ese es el camino que convoca al pueblo trabajador, sin ambigüedades, sin eufemismos, sin dependencia y con absoluta autonomía de los gobiernos de turno y, en especial con autonomía de los empresarios.
Este año termina con el triunfo de la derecha. Por cierto que es un desaliciente moral importante, en especial para quienes viven de su trabajo esperando tiempos mejores . La responsabilidad es única y exclusiva del gobierno, lo demás es cuento. La mayoría de los que forman parte de esta Coordinadora, JAMÁS tuvimos confianza de que los cambios provendrían de estas coaliciones. Sabemos que no es lo mismo Piñera que Guillier, la lucha quizá será más dura; pero los trabajadores en materia de derechos sociales saben que no será fácil esta pelea. Los trabajadores no estamos para cambios evolutivos o lineales. En Seguridad Social se requieren cambios inmediatos y estructurales, pues los viejos no pueden seguir esperando.
Todo vuelve a lo de siempre. Esta batalla la ganaremos con más organización, más unidad, mas movilización y más convicción.
Por ahora la lucha que más sentido les da a millones de chilenos, es la lucha por NO+AFP, así que a seguir organizándonos en las comunas, en los sindicatos junto a otros actores sociales como los estudiantes y los pobladores.
Hoy han derrotado al gobierno, a lo que queda de la NM. Para el mundo del trabajo la tarea continúa.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.