La izquierda colombiana logró el 28 de mayo su mejor resultado electoral en dos siglos de historia republicana y quebró el bipartidismo que en el último medio siglo ha prevalecido en un sistema político antidemocrático. A pesar de la reelección del presidente Álvaro Uribe (rehén de los grupos paramilitares y títere de los grandes grupos […]
La izquierda colombiana logró el 28 de mayo su mejor resultado electoral en dos siglos de historia republicana y quebró el bipartidismo que en el último medio siglo ha prevalecido en un sistema político antidemocrático. A pesar de la reelección del presidente Álvaro Uribe (rehén de los grupos paramilitares y títere de los grandes grupos económicos y del imperialismo), Olgher Santodomingo asegura que el surgimiento de la alternativa popular ha devuelto la esperanza que la Unión Patriótica infundió al pueblo colombiano en los años 80, hasta que cuatro de sus candidatos presidenciales y miles de sus dirigentes y militantes fueron masacrados por los paramilitares al servicio del Estado.
Santodomingo, uno de los representantes del Polo Democrático Alternativo (PDA) y del Partido Comunista Colombiano (PCC) en España, nieto e hijo de trabajadores petroleros, fue secretario general de la Unión Sindical Obrera (sindicato de la industria del petróleo) y destacado dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores. Amenazado por los grupos paramilitares debido a su defensa de los derechos de los obreros colombianos, fue víctima de un atentado con granada. Ha participado en numerosas iniciativas a favor de la negociación política del conflicto armado y actualmente, además, preside la Asociación de Inmigrantes y Refugiados Entreiguales y es uno de los responsables de la Asamblea Internacional por la Paz de Colombia, con sede en Madrid.
– ¿Cómo se articuló y creció la candidatura de Carlos Gaviria?
– Nuestra candidatura presidencial fue el resultado del compromiso unitario de la izquierda colombiana representada mayoritariamente en el Polo Democrático Independiente (PDI) y en la Alternativa Democrática (AD). Después de un proceso complejo, creamos el Polo Democrático Alternativo (PDA) y, además de elaborar un programa conjunto denominado «Ideario de Unidad», al evocar las experiencias pasadas acordamos realizar una consulta popular (entre Antonio Navarro Wolf del PDI y Gaviria de AD) que ganó Gaviria y Navarro pasó a ser el jefe de debate del PDA. La unidad en la campaña electoral fue la nota predominante, las características personales de Carlos Gaviria y el acumulado de muchos años de lucha por el cambio pusieron el resto.
– ¿Qué papel jugó el PCC en su campaña?
– Nuestro interés en la unidad es programático, no coyuntural. Nuestra disposición práctica y nuestra actuación son consecuentes con esas definiciones. El objetivo programático más importante del Partido es la construcción de un gobierno democrático de carácter amplio y eso sólo puede ser abordado por un bloque unitario de todos los sectores que crean en la necesidad y en la posibilidad de la salida política negociada del conflicto político, social y armado que vivimos con la participación activa de la sociedad colombiana.
– ¿Qué valoración hace del resultado de Gaviria?
– Es un resultado formidable, esperanzador. Superar los 2.600.000 votos (el 22% del electorado) no tiene precedentes y es producto del acumulado de la lucha social por la democracia, hoy más vigente que nunca. Es la expresión del sector del pueblo que lucha y que se decidió a votar a pesar de las amenazas de los grupos paramilitares, que tres días antes de las elecciones amenazaron con teñir de sangre «la ola amarilla» (color de la bandera del PDA) si Uribe no ganaba las elecciones.
– ¿Qué significa para el pueblo colombiano la reelección de Uribe?
– Es un retroceso histórico. Hemos denunciado que empeorará la situación política y económica colombiana si dejamos que se cumplan los objetivos de Uribe. Pero el fortalecimiento del PDA hace muy difícil cumplir esos designios, a pesar del 62% que obtuvo. Porque, además de la abstención del 54%, mucha gente de las zonas rurales copadas militarmente no votó por el temor a sufrir represalias.
– La prensa española habla de desmovilización de los paramilitares. ¿Es cierto?
– No, los observadores internacionales de la ONU y la OEA han denunciado que la continuidad de los asesinatos selectivos de dirigentes sociales y las amenazas previas a las elecciones demuestran que el paramilitarismo sigue actuando con absoluta impunidad. Y todo parece indicar que el fortalecimiento del PDA a su pesar y el desmonte que la Corte Constitucional hizo de algunos de los aspectos retardatarios de la mal llamada «Ley de Justicia y Paz» ha hecho que algunos de sus más connotados portavoces hablen de fracaso de las «negociaciones» con el Gobierno de Uribe y anuncien que continuarán asesinando dirigentes sociales y políticos populares «hasta que no quede ningún comunista».
– ¿Cuáles son las líneas esenciales de la política de Uribe para su segundo mandato?
– Continuará con el autoritarismo expresado en la política de «seguridad democrática» (la seguridad no es responsabilidad del Estado, sino de toda la población y de ahí la legalización de los paramilitares con la «negociación» y la mal llamada Ley de Justicia y Paz) y su entrega de los intereses nacionales con la «negociación» del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Aunque en los últimos días de la campaña electoral habló de una búsqueda de negociación con la insurgencia, es posible que vuelva a intentar derrotarla militarmente para no perder recursos acordados con Washington dentro del «Plan Patriota». En cualquier caso, ya nada será igual porque Carlos Gaviria anunció el mismo 28 de mayo que seremos una oposición firme que no se vende ni se deja cooptar.
– ¿Qué papel juega Uribe en una América Latina que vira hacia la izquierda con Chávez, Evo y Fidel?
– Es la carta de los EEUU en lo que ellos siempre han considerado «su patio trasero». Uribe es incondicional de los intereses estadounidenses más reaccionarios en la región y en el mundo. Fue el primero en apoyar la guerra de Irak, ha sido el más sumiso en las llamadas «negociaciones bilaterales» del TLC que ha significado la ruptura del Pacto Andino y ha sido el principal instigador del enfrentamiento con la República Bolivariana de Venezuela. Estados Unidos cuenta con su apoyo incondicional, pero también sabe que no será ni mucho menos tan fácil como hasta ahora.
– ¿Cuál es el futuro del Polo Democrático Alternativo?
– El reto que tenemos es desilusionar a quienes ya hacen cábalas y además instigan la ruptura del PDA. Está previsto que antes de finalizar 2006 se celebrará el Congreso de la Unidad en el que seguramente se definirá el PDA como un Frente Amplio de partidos y movimientos, se elegirá una dirección nacional de consenso, se ajustará el programa «Ideario de Unidad» y se aprobará la línea política de oposición al Gobierno de Uribe y de preparación de lo que posiblemente será el triunfo de la izquierda dentro de 4 años. Serán cuatro años decisivos en la preparación del nuevo poder y por eso lo más importante es consolidar el PDA y profundizar la unidad, involucrando a otros sectores que quieren ingresar a este gran Polo Democrático.