Al MIR Saludo al Movimiento Izquierda Revolucionaria, que a la lucha proletaria se unió desde el nacimiento. Saludo su surgimiento allá en el sesenta y cinco, desde entonces con ahinco entre los pobres se integra, saludo a la roji-negra este año dos mil cinco. El MIR afianzó su acción en varios frentes sociales, muchas instancias […]
Al MIR
Saludo al Movimiento
Izquierda Revolucionaria,
que a la lucha proletaria
se unió desde el nacimiento.
Saludo su surgimiento
allá en el sesenta y cinco,
desde entonces con ahinco
entre los pobres se integra,
saludo a la roji-negra
este año dos mil cinco.
El MIR afianzó su acción
en varios frentes sociales,
muchas instancias legales
de lucha, organización.
Tuvo gran aceptación
en numerosos sectores,
estudiantes, pobladores
campesinos y obreros,
los pobres, el pueblo entero
eran los grandes actores.
De la cordillera al mar
nacen organizaciones,
los comienzos, los embriones
de el Poder Popular.
En medio de éste andar
dieron el golpe de estado,
los patrones preocupados
qu´el pobre se hermanaba,
emprendieron la asonada
más sangrienta que se ha dado.
El golpe fue dirigido
contra el pueblo organizado,
porque unido había osado
mostrar su puño erguido.
El futuro fue prohibido
a punta e´ fusil y muerte,
necesitaban en suerte
mostrar que son poderosos,
pa´ nunca un «roto» ansioso
mañana se haga fuerte.
Y murieron los mejores
en la venganza azuzada,
fueron las fuerzas armadas
los viles ejecutores.
Los patrones los mentores
los culpables de esa «gracia»,
hoy se llenan «verbi gratia»
sus bolsillos de dinero,
la sangre de los obreros
mancha aún la democracia.
Y vino la resistencia
que el MIR asumió temprano,
artesanal, hecha a mano
con heroismo, impaciencia.
Fue con mucha consecuencia
que se suplieron falencias,
nuestro norte y referencia
era el sueño colectivo,
él era, nuestro activo
en la ardua resistencia.
Fue una época dura
los años del genocida,
mucho tezón muchas vidas
se llevó la dictadura.
En medio de esa locura
muchos «compadres» murieron,
otros desaparecieron
cuando tejían futuro,
en el telar más duro
que jamás otros tejieron.
A la Memoria
Mi canto es a lo humano
mi verso es sin olvido,
por los desaparecidos
los muertos y torturados.
Canto al preso olvidado
por las leyes y desatino,
al que lo mató un asesino
en falso enfrentamiento,
al que sufrió extrañamiento
cual forzoso peregrino.
Mi canto es pa´l consecuente
ese que nadie recuerda,
al que fue motor y cuerda
del trabajo resistente.
Mi verso es para el valiente
que trabajó clandestino,
que iluminó los caminos
encendiendo la mañana,
por el que tocó la diana
inventando otro destino.
Mi canto es pa´ las mujeres
a las que poco se nombra,
clandestinas en las sombras
empeñosa en sus deberes.
En medio de sus quehaceres
fueron madre, compañera,
que dándose por entera
afrontaron los peligros
trabajando por los signos,
de una nueva primavera
Mi canto es pa´ los de abajo
a los que la vieron dura,
y en tiempo de dictadura
la sudaron a destajo.
Resistencia fue el trabajo
sin sueldos, ni privilegios,
sin coimas se hicieron viejo
en experiencia y coraje,
y tocaron sin ambages
sonidos de un nuevo arpegio.
A los jóvenes le canto
que hicieron su propia gesta,
en los paros y protestas
con audacia y sin quebrantos.
A los que luego el manto
de los pactos y ambiciones,
puso olvido a sus acciones
con fatal indiferencia,
hoy requieren su presencia
sólo pa´ las elecciones.
Le canto al que resistió
de mil formas y maneras,
desde adentro, desde afuera
y que jamás claudicó.
Verseo al que sintió
en su´alma contestaria,
que la gesta es unitaria
de México a la Argentina,
que en America Latina
la lucha es unitaria.
Canto pa´l que no pactó
ni metió de contrabando,
amarres que estan «fregando»
a ese Chile que luchó.
Canto al que no se vendió
ni se sentó con golpistas,
ni transó, rayó la pista
antes de iniciar la senda,
canto al que sin prebendas
lucha aún por sus conquistas.
A todos los que cayeron
va este canto a lo humano,
al MIR, a mis hermanos
a todos los que murieron.
A todos los que sufrieron
este toquío encendido,
mi homenaje mas sentido
mis mas sinceras albricias,
y mientras no haya Justicia
no hay perdón, no hay olvido.
Beto
Viena, 15 de Agosto 2005