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Reseña de España y Cataluña. Historia de una pasión, de Henry Kamen, Madrid, La esfera de los libros, 2015, 307 páginas (traducción de José C. Vales)

Deconstruyendo mitos, falsedades históricas e inferencias políticas sesgadas y desinformadas

Fuentes: Rebelión

Lo esencial: léanlo. Si yo tuviera poder para ello (otros lectores, conjeturo, señalarían algo muy parecido), sugeriría la lectura obligatoria de este libro de Henry Kamen en los últimos cursos de la ESO (algunos capítulos cuanto menos), en ciclos formativos, en bachillerato y en primeros cursos universitarios, de ciencias y de letras por supuesto. Lectura […]

Lo esencial: léanlo. Si yo tuviera poder para ello (otros lectores, conjeturo, señalarían algo muy parecido), sugeriría la lectura obligatoria de este libro de Henry Kamen en los últimos cursos de la ESO (algunos capítulos cuanto menos), en ciclos formativos, en bachillerato y en primeros cursos universitarios, de ciencias y de letras por supuesto. Lectura de estudiantes y de profesores. No sólo de Cataluña sino del resto de España (y también para personas interesadas de todo el mundo).

No hace falta presentar al autor, es más que conocido. Salvo error por mi parte, reside desde hace tiempoen Barcelona donde hace años nos regaló un pregón para la Mercè que muchos no hemos olvidado.

La estructura del libro: Índice. 1. Un solo pueblo. 2. El principio del distanciamiento. 3. Un estudio detallado sobre el conflicto con la Inquisición. 4. La intervención militar. 5. El engaño del Pacto de Génova. 6. El mito de 1714. 7 ¿Una nación dentro de una nación? 8. El fracaso de los intelectuales. 9. Los generales. 10. Nuestra lengua. 11. Retórica y realidad en Cataluña. 12. Las ficciones del separatismo.

Se dirá, se podrá decir desde cosmivisiones nacionalistas-secesionistas: mentalidad españolista aunque sea el autor un historiador británico. Nada de eso. Para una refutación a la totalidad de esa fácil e indocumentada pseudocrítica basta leer los capítulos 10 y 11. Nada de rancio españolismo, más bien todo lo contrario.

No hay apenas notas a pie de página salvo en algún caso imprescindible. Las razones del autor: este breve ensayo, señala (que no es tan breve), lo componen una «serie de reflexiones sobre las relaciones históricas entre España y una de sus unidades constitutivas, la región de Cataluña». De este modo, la atención del mismo «se concentra en Cataluña, pero también tiene en cuenta las diferentes actitudes castellanas frente a esa región». Escrito más como una meditación a vuelapluma, prosigue, «que como un libro formal de historia, en general o cuenta con notas a pie de página, ni referencias bibliográficas, aun cuando he leído y he tenido en cuenta gran cantidad de estudios sobre el tema». Destaca uno de estos estudios: Josep R. Llobera, Foundations of National Identity: From Catalonia to Europe. Hay una excepción sin embargo a esta decisión: «el núcleo fundamental del ensayo está dedicado a los sucesos acaecidos en 1714 y a la mitología que se ha generado en torno a ellos, de modo que en ese caso sí consideré necesario aportar ciertas referencias documentadas» (p. 9). «Mitología» no es palabra impropia en este caso.

No se pretende ningún resumen, finalidad nada razonable en este caso, sino señalar algunas de las tesis centrales presentadas y defendidas por el autor. A título de ejemplo:

1. Cataluña no quedó aplastada ni reducida a la nada tras aquel 11 de septiembre de 1714, fecha de la rendición de Barcelona durante la Guerra de Sucesión tras varios meses de asedio.Cataluña siguió siendo una región importante, próspera y floreciente, el territorio más rico de España.

2. Los hombres que tomaron la decisión equivocada en 1714 -y perdieron- eran hombres que compartían los valores que la mayoría de los catalanes comparten a día de hoy: la creencia en la unidad de España, pero también en los valores y el carácter particular del pueblo catalán.

3. Ninguno de los hombres de aquella malhadada generación de 1714 pueden servir de referencia para el mundo nacionalista-secesionista porque todos ellos esgrimieron que su causa era «per la pàtria i per tota Espanya», una frase, señala Kamen, «que ningún político separatista pronunciaría jamás en la actualidad. Narcís Feliu de la Penya, un abogado de Barcelona de aquellos años, por ejemplo. El mismísimo Jordi Pujol, nos recuerda el autor, que ahora abomina de esa figura histórica, señalaba el 7 de noviembre de 1983: «Para los que tenemos como objetivo básico la construcción de una Cataluña sólida y progresiva, la figura Narcís Feliu de la Penya es del todo actual».

4. Cataluña durante antes del XVIII una entidad distinta de Castilla pero compartía completamente la vida peninsular aunque hubiera «aduanas comerciales y puestos fronterizos entre las dos comunidades hasta el siglo XVIII. Según un viajero italiano de 1526, Barcelona era «la ciudad más hermosa de España y de Francia». La misma opinión tenia el médico suizo Thomas Platter, que en 1599 pensaba que Barcelona era «una de las ciudades más ricas y más hermosas de España e incluso de toda la Cristiandad» (p. 19).

5. La página web, señala el autor, página oficial de una ciudad catalana que no cita nos informa de que el reinado de los Reyes Católicos relegó a Cataluña a un papel subordinado en el conjunto de España. La Corona de Castilla impuso su propia administración así como su idioma en Cataluña. Comentario del autor: «Nada de eso ocurrió jamás, pero la ficción ahora ha alcanzado un estatus de verdad en la historiografía del nacionalismo regional. Cuando uno de los historiadores fundamentales de Cataluña, Jaume Vicens Vives, se dedicó en serio a la investigación formal de este período y especialmente de Fernando II, «el rey católico», fue criticado por alguno de sus colegas y calificado como un «instrumento» de los españoles» (p. 29).

6. Ni el año 1714 dio luz a ningún fervor nacionalista ni de allí nació ninguna ideología separatista, señala Kamen. «En ningún momento y por ningún aspecto puede deducirse que los rebeldes de Cataluña entendieran que había una divergencia entre sus intereses y los de España: continuaban compartiendo ideas, aspiraciones y la vida social y económica de la vieja España que siempre había conocido» (p. 165)

Hay más, mucho más. Casi todo contrario al «sentido común histórico desinformado» que las fuerzas nacionalistas y sus próximos han logrado imponer en gran parte del imaginario catalán, especialmente entre los jóvenes de dos generaciones. El futuro (fuertemente secesionista) fue diseñado con visión de futuro..

Incomprensiblemente no se ha añadido un índice onomástico y analítico. Más necesario si cabe que en otras ocasiones.

No digo, porque nunca puede afirmarse, que este libro contenga toda la verdad histórica y que, a partir de él, ya podemos dormir y repetir. No, no digo eso. Pero sí que podemos encontrar verdades, tesis fundamentadas y muchos ideas fructíferas y de enorme interés. Lo relativo a la mitificación y desinformación de 1714 vale su peso en páginas y en verdad histórica, sobre todo si un ha vivido en .Cat los actos propagandísticos del tricentenario.

En resumen: un libro de cabecera que pide ser meditado y estudiado, y ampliado con estudios que estén a su altura… Y releído por supuesto.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.