Concebida como la agenda del Estado cubano para esta materia, «constituye la piedra angular en el desarrollo de políticas a favor de las mujeres, al tiempo que da continuidad al avance y desarrollo de la igualdad de género en el país, en tanto institucionaliza este derecho», señala el documento. El programa actualiza el Plan de […]
Concebida como la agenda del Estado cubano para esta materia, «constituye la piedra angular en el desarrollo de políticas a favor de las mujeres, al tiempo que da continuidad al avance y desarrollo de la igualdad de género en el país, en tanto institucionaliza este derecho», señala el documento.
El programa actualiza el Plan de Acción de seguimiento a la IV Conferencia de la ONU sobre la Mujer, que ha sido objeto de tres evaluaciones nacionales, la última en 2013.
Esos procesos han reconocido avances y también desafíos en la lucha contra las manifestaciones de discriminación y violencia hacia las mujeres en ámbitos laborales, familiares, en la promoción a cargos de dirección, y en los medios de comunicación, puntualiza el decreto firmado por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel.
También señala la insuficiente preparación y el conocimiento sobre género que tienen personas que se desempeñan en cargos directivos, en puestos formadores y a nivel social.
El programa tiene como objetivo primordial promover el avance de las mujeres y la igualdad de derechos, oportunidades y posibilidades refrendados en la Constitución de la República, además de profundizar en los factores objetivos y subjetivos que, como expresiones de discriminación, persisten en la sociedad cubana.
Consta de 46 medidas, cada una con responsables y participantes definidos en las áreas de empoderamiento económico; medios de comunicación; educación, prevención y trabajo social; acceso a la toma de decisiones; legislación y derecho, marco normativo y sistemas de protección contra todas las formas de discriminación y violencia; salud sexual y reproductiva; y estadísticas e investigaciones.
Las acciones diseñadas abarcan aspectos como la creación de condiciones adecuadas de trabajo y sin discriminación para las mujeres, que tengan en cuenta sus necesidades específicas, así como la atención diferenciada a las gestantes.
También el mejoramiento de servicios de cuidado, apoyo a las familias y al trabajo doméstico; además de crear condiciones para, cuando sea posible, medir y valorar económicamente la contribución a la economía familiar y social del trabajo no remunerado de las mujeres.
Plantea, igualmente, incorporar en la estrategia nacional de comunicación el tratamiento a los temas de género, incrementar la capacitación de profesionales de los medios, garantizar una gestión de comunicación institucional con perspectiva de género y enfoque de derechos humanos e impulsar la presencia de mujeres realizadoras, en especial en el cine y la televisión.
En materia educativa, propone capacitar en temas de género, educación sexual, igualdad y no discriminación, así como promover cursos que aborden los temas de racialidad, diversidad sexual, género, violencia de género, trata de personas, entre otros.
Varias medidas del programa apuntan a la promoción y acceso de las mujeres a la toma de decisiones, incluidos organismos de la Administración Central del Estado y el sistema empresarial.
Otras se dirigen a perfeccionar las políticas y la legislación sustantiva y procesal en materia familiar, laboral, de seguridad social, administrativa y penal, así como garantizar la labor institucional para prevenir, atender, enfrentar y dar seguimiento a la violencia de género e intrafamiliar, la prostitución, la trata y el tráfico de personas y a todas las formas de discriminación por cualquier condición.
El programa aboga, además, por fortalecer la perspectiva de género y los derechos sexuales en todos los programas de salud en general, especialmente en los de salud sexual y reproductiva, incluidas la reproducción humana asistida y las relativas al cambio anatómico del sexo.
También por «asegurar el derecho de las mujeres a decidir el número de hijos y el momento en que desee tenerlos», así como «garantizarles condiciones para un parto seguro y amigable».
Una medida en particular habla de exigir y revisar la efectiva incorporación, en las estadísticas continuas y especiales que se emiten oficialmente, las variables socio-demográficas de sexo, edad y color de la piel para los análisis de género correspondientes.
Estimular el desarrollo de las investigaciones científicas en diferentes áreas, con enfoque de género, para así profundizar en la situación de las mujeres e identificar desigualdades, es otro de los pasos recogidos en el documento y que deberá tener un seguimiento sistemático.
En el campo de las investigaciones, destaca la creación de un Observatorio Científico de Género que permita monitorear la utilización correcta del enfoque de género en la construcción de indicadores y captación de estadísticas, así como realizar análisis integrales, cuantitativos y cualitativos, en materia de igualdad, de cara a la adopción de políticas públicas.
El 10 de marzo, dos días después de emitido el decreto que puso en vigor el PAM, una reunión del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros evalúo algunas de sus medidas.
De acuerdo con reportes de prensa, durante el intercambio el presidente cubano exhortó a una amplia divulgación del documento, como base fundamental para el desarrollo de nuevas políticas a favor de las cubanas.