Aquí en Madrid como en toda Europa la vida intelectual, política y jurídica está atravesada en su diaria discusión por el tema del conflicto social, político y armado interno colombiano. Unos procurando la solución política de él para que sea incruenta su resolución. Otros, los mercaderes de la guerra con la aspiración de profundizarlo para […]
Aquí en Madrid como en toda Europa la vida intelectual, política y jurídica está atravesada en su diaria discusión por el tema del conflicto social, político y armado interno colombiano. Unos procurando la solución política de él para que sea incruenta su resolución. Otros, los mercaderes de la guerra con la aspiración de profundizarlo para sacar ganancias, obtener provecho y/o satisfacer egos y súper-egos.
En ese sentido aprecié las fructíferas preocupaciones y aportaciones de quienes asistimos, en la Librería Asociativa Traficantes de Sueños de la Calle Embajadores, cerca al pluricultural y burbujeante Lavapiés, a la presentación del Libro Colombia feroz: Del asesinato de Gaitán a la Presidencia de Uribe, del conspicuo periodista de la Radio Televisión Española José Manuel Martín Medem, a quien conozco hace más de una década en sus escritos y trabajos de comunicador acerca de temas cruciales de Colombia, Cuba y México.
Con la introducción al conversatorio intelectual por parte de la ilustre jurisconsulta Paz Bermejo, al lado de Iván Forero, el propio Martín Medem con sus «…historias canallas…», las personalidades colombianas y españolas presentes, se condujo el conjunto de intervenciones hacia recuerdos, experiencias, sentires y también posibilidades de solución, entre ellas la de querer hacer prevalecer la búsqueda de la verdad histórica, y otros de indicar que la solución política negociada del conflicto social, político y armado colombiano, que es lo que se requiere en este momento, pasando por la misma verdad para que haya coherencia entre la verdad del expediente con la histórica, concreción de la justicia internacional para complementar la interna que a veces se queda en la impunidad, precisar la reparación integral y construir condiciones favorables jurídicas, políticas, culturales y administrativas para que no se repitan los crímenes de guerra, de lesa humanidad y acciones genocidas. Todo siempre hacia la transformación de la patria, para que haya paz con justicia social y no continuar en guerra con injusticia social.
Habrá que esperar qué tanto se discute, o qué tanto sucede en este país esquinero de Sur América hasta que el 17 y 18 de Mayo de 2010 se reúna aquí mismo en Madrid la Cumbre de la Unión Europea con América Latina y el Caribe «… para estudiar cómo aprovechar la innovación para un desarrollo sostenible…», en el entendido también globalizante y financiero pues según afirma el ABC en su edición número 52 «…no en vano, la Unión Europea es el mayor inversor internacional en la región, con más de 230.000 millones de euros anuales, y también su segundo socio comercial – el primero si nos referimos al Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y Chile – con unas importaciones valoradas en más de 100.000 millones de euros al año y unas exportaciones que se aproximan a los 90.000 millones de euros…» termina afirmando este diario madrileño con la previsión que hace el Fondo Monetario Internacional según José A. Camarero cuando indica que la economía española retrocederá un 0.7 % el próximo año.
La diáspora colombiana en diferentes países del mundo sufrirá ahora en el exilio, sin contar los inmigrantes propiamente dicho, la crisis general que no podrá resolver el capitalismo. Por ejemplo en España según el Informe 2008 de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado CEAR, publicado por Entimema, de 7.662 personas de todos los continentes que solicitaron asilo en el país Ibérico, Colombia ocupó el primer puesto con 2.497, de un gran total en la Unión Europea de 2.909 solicitantes colombianos, a los cuales sólo admitieron a trámite a 1.300. Es toda una tragedia acá y allá.
El Libro Colombia feroz: Del asesinato de Gaitán a la Presidencia de Uribe, del español Medem, es pues un gran aporte investigartivo que coloca a Colombia en sol poniente de la geopolítica mundial, libro que controvierte, libro que agudiza el intelecto, que enfurece y a la vez enternece el sentir de los pueblos en el trajinar de la solidaridad, para mirar a Colombia con la belleza de una mirada Intifada como la de Hana quien ilumina el diario transformar.